Videojuegos y violaciones: los derechos humanos no son prejuicios morales

Azul Corrosivo
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4 min readMar 4, 2019
Cursed image

Ha aparecido en Steam Rape Day, un juego que tiene previsto su lanzamiento en abril y cuya sinopsis es violar a mujeres durante un apocalipsis zombie. Y aunque no es el primero ni será el último de esta calaña, esta luz verde por parte de la plataforma es especialmente sangrante después de la polémica que suscitó la entrevista a Marina Amores en El Intermedio, donde señalaba que existen títulos que incluyen las violaciones como mecánica principal, y que ella misma explicaba aquí tras semanas de acoso ininterrumpido. Tras la emisión del programa, laSexta utilizó un titular deshonesto y fuera de contexto al que sus detractores se agarraron para justificar el acoso que todavía hoy sigue sufriendo.

Esos días se dijeron cosas durísimas de Marina, se la increpó y amenazó “en honor a la verdad”; se hicieron infinitas bromas por parte de personas relevantes de la industria del videojuego y se intentó minar su carrera profesional alegando “desconocimiento del medio”. Hemos visto incluso a un educador llamando “prejuicios morales” a las demandas de dignidad de un colectivo.

Te mereces un día de violar, mastodonte

Justo un mes después, Rape Day ha pasado los filtros de Steam gracias al cambio de política en los contenidos de Valve, por la que ahora se permite la inclusión de prácticamente cualquier juego en la plataforma. Curiosamente, las reacciones iniciales han virado de “no existen ese tipo de juegos” a “solo es un juego, no hay que censurar” en cuanto se ha confirmado que, efectivamente, estos productos siguen existiendo y teniendo espacio en los canales masivos, al alcance de cualquiera.

De repente, el análisis de Marina ha dejado de ser mentira; ahora solo es un ataque a la libertad de expresión, el comodín más utilizado para comportarse como una persona de mierda sin enfrentarse a ninguna consecuencia. Se esgrime que todo hijo sano del patriarcado tiene derecho a desarrollar un producto que atenta explícitamente contra los derechos humanos de la mitad de la población, que plantea una vulneración tan grave como la violación como fuente de diversión. ¿Condenar un juego cuya mecánica principal es violar es un ataque a la libertad de expresión, pero encontrar disfrute en la idea de violar a un sinfín de mujeres no lo es?

Me pinchas y no sangro

En una época en la que nos hemos preguntado cientos de veces por qué se sigue usando la violación como mecanismo para hacer evolucionar el arco de los personajes femeninos en los artefactos culturales, ¿cómo es posible que una parte de la industria siga defendiendo la existencia de un producto que normaliza y glorifica la violación? Si un juego sobre torturar judíos sería inconcebible, ¿por qué las mujeres seguimos siendo sujetos de segunda? ¿Por qué los códigos morales básicos dejan de aplicarse cuando se trata de nosotras?

Incluso el creador de este esperpento decidió eliminar una escena que involucraba a un bebé por miedo a que se clasificara como explotación infantil. Pensaba que solo era ficción y que sus mensajes no afectaban a la vida real. ¿Dónde están las leyes que nos protegen a nosotras?

La violencia contra las mujeres no es un divertimento ni un hobby, y no hay justificación alguna para apoyar un contenido que refuerza la concepción social de que existimos únicamente para complacer los deseos de los hombres. Y aunque este tipo de juegos no son una muestra representativa del total de títulos, es necesario señalarlos y rechazarlos de forma férrea y constante para eliminarlos del panorama a largo plazo. Y digo eliminarlos porque no deberían tener cabida en una sociedad que se hace llamar moderna; una sociedad que ha empezado a despertar y hablar claro sobre consentimiento, deseo y agencia.

El discurso de odio no es libertad de expresión. Y si algún patán sigue sintiendo la imperiosa necesidad de crear un producto que nos veje, nos tendrá enfrente, a nosotras y a las que vengan detrás. Siempre.

Y recordad: incluir violaciones en la trama es libertad creativa, pero exigir más y mejores personajes femeninos es agenda y lobby feminista.

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Comunicación audiovisual, cultura y gatos. Never not hungry. Antes en BuzzFeed España y BuzzFeed LOLA.