Alba
Published in
Aug 11, 2023
Pedí lo mismo que ella
porque su sonrisa me distrajo.
No podía pensar en otra cosa
que en su mirada y sus labios.
No me importaba el viento,
ni el frío, ni cuantas veces
miraba hacia otro lado.
Me contó de sus sonetos,
sus miedos y algún
secreto encajonado.
Me ofreció un vino
que al final nunca tomamos.
Con su vestido blanco,
su pucho y su pelo despeinado
me propuso desarmarme
sobre su vientre
y discutir nuestro pasado.
Le regalo estas pobres rimas
a quien después de tanto caos
me hizo sentir un poco menos desdichado.