¿Qué tan difícil puede ser observar?

BA Lab Innovación
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2 min readAug 30, 2018

Muy difícil. En principio, lo que permite la observación en el marco del proceso de Diseño del Pensamiento es abordar como objeto de trabajo un problema real y no una idea personal. No hay que subestimar esta tarea, para practicarla de forma eficiente hay que tener en cuenta ciertas condiciones que nos permitan asegurar la objetividad y evitar errores en etapas más avanzadas del proceso, para asegurarnos que no resulten en una investigación mal realizada.

Para empezar vamos a remarcar algo muy sencillo, pero que se pone en práctica muy poco: hay que salir de atrás del escritorio. Caminá, recorré, visitá. El diferencial de la metodología de Diseño del Pensamiento es pensar productos, servicios o políticas que estén centradas en el usuario, y es imposible entender lo que piensa, cómo vive o en qué cree esa persona desde una computadora. Tenemos que ver qué es lo que ocurre en el propio entorno del objeto que estamos analizando, observar el fenómeno en acción.

Eso sí, cuando salgas, no olvides llevar un cuaderno. ¡Anotá todo! Es imprescindible para poder analizar y profundizar en los resultados. A veces confiar en nuestra memoria puede jugarnos una mala pasada. No sólo por olvidar cosas, sino también porque tomar como fuente un recuerdo puede arrojar información sesgada, es decir, condicionada por datos que ya conocíamos. Notas, fotos, grabaciones, todo tipo de registro es válido para acompañar una buena observación.

Otra cuestión a tener en cuenta al momento de practicar la observación, es tomarse un tiempo prudencial para realizarla. Si destinamos un tiempo muy reducido, las conclusiones que podremos sacar serán muy acotadas y no enriquecerán la investigación. Por otro lado, una observación muy extensa puede hacernos perder el foco del fenómeno que estamos relevando.

¿Cómo podemos saber cuál es el tiempo que debe durar la observación y si lo estamos haciendo de forma objetiva? Esto puede variar según nuestro objeto de estudio, pero te sugerimos seguir estos pasos: 1) relevar una cantidad de información que creamos suficiente para trabajar, 2) retirarnos del espacio de campo y analizar los datos para elaborar una conclusión 3) volver al campo para comprobar la teoría que elaboramos.

Si observamos hechos contradictorios a lo que habíamos concluido en primera instancia, volvemos a relevar más información o podemos probar modificando alguna de las variables de observación. Por ejemplo cambiar el horario o día de la semana en el que realizamos la observación, lo que nos permitirá determinar nuevas variables y ajustar nuestra conclusión. Si los hechos validan nuestra hipótesis: ¡hemos llegado al problema!

¿Qué otro consejo le darías a un compañero observador? ¡Contanos!

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