Solo el 1% de la población podrá ser donante de órganos

¿Cómo innovar frente a problemas que parecen no tener solución?

BA Lab Innovación
BA Lab Innovación
4 min readMar 19, 2019

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Trabajamos en conjunto con el Instituto de Trasplante de la Ciudad, aplicando metodologías ágiles para pensar soluciones que permitan ampliar el número de donantes registrados.

Durante el año pasado, desde el Laboratorio de Innovación trabajamos con el Ente Autárquico Instituto del Trasplante de la Ciudad (EAIT) para poder, a través de metodologías ágiles, hallar soluciones para un problema histórico en la donación de órganos: la baja tasa de donantes registrados en el sistema. La metodología aplicada fue Pensamiento de Diseño (en todas sus etapas: Investigación, Definición de problema, Ideación, Prototipado y Testeo), y permitió arribar a hallazgos e ideas desde nuevas perspectivas que se desconocían. Además, el equipo del EAIT incorporó nuevos conceptos y dinámicas que les servirán para aplicar a otros desafíos que enfrentan a diario.

A problemas viejos, soluciones nuevas

Hasta mediados de 2018, y desde hacía muchos años, una de las principales necesidades del equipo del EAIT era la de aumentar la cantidad de donantes registrados en el sistema. Fue desde esta problemática, que surgió la posibilidad de trabajar en conjunto y aplicar el proceso de Pensamiento de Diseño de principio a fin, una de las metodologías que más aplicamos desde el Laboratorio para crear y diseñar soluciones centradas en el ciudadano/a que sean innovadoras.

El recorrido tuvo sucesos inesperados. Pasados los primeros 4 meses de trabajo, nos encontramos con una situación que hizo que nuestro objetivo quedara obsoleto: la aprobación y posterior reglamentación de la Ley N° 27.447 o más conocida como «Ley Justina». Esta nueva ley reafirma la figura de donante presunto, por la cual se considera donante a toda persona capaz, mayor de 18 años, que no haya dejado constancia expresa de su oposición a la donación. La principal diferencia es que antes, esa voluntad podía ser expresada verbalmente por lo que se solicitaba a la familia del fallecido que dé testimonio de la voluntad de su familiar. Ahora todos somos donantes a menos que hayamos dejado registrada por escrito la voluntad de no donar. Este contexto nos obligó a modificar nuestro plan de trabajo para abocarnos al nuevo desafío que se presentaba, ya que la ley desviaba el foco de aumentar la cantidad de donantes registrados y nos planteaba una nueva necesidad: la de transformar la opinión de la población respecto al sistema de procuración y trasplante para generar una comunidad donante.

Territorios inexplorados: un cambio de perspectiva

Durante la etapa Definición de Problema, identificamos que existen miedos y mitos que actúan como barreras al momento de decidir si ser o no donante, es por ello que propusimos el desafío de «¿Cómo generar confianza en el sistema de donación de órganos?», que implicaba lograr un cambio cultural y de percepción en nuestra sociedad. Luego de esto, llegó el momento de pensar ideas. Para hacerlo, trabajamos co-creando con personal del Instituto de Trasplante, con vecinos/as de la Ciudad y profesionales de diferentes disciplinas. Buscando alimentar el trabajo desde miradas multidisciplinarias, acercamos también el desafío a dos escuelas de creatividad que participaron pensando nuevas ideas.

En la Ideación abrimos la puerta a ideas de todo tipo y origen, desde intervenir los nombres de las calles de la Ciudad, hasta generar cortos audiovisuales para la difusión o incluso pensar en una obra de teatro itinerante para acercar el tema a los ciudadanos/as y brindar información certera. Finalmente, algunas de las ideas que podían ejecutarse en redes sociales, y por lo tanto de manera veloz y económica, fueron prototipadas y testeadas para entender mejor el alcance y la recepción de la temática.

Innovar y ser innovadores/as

Este proceso implicó un salto de calidad, no solo sobre los hallazgos particulares del sistema de trasplante, sino también para el equipo de trabajo, que después del camino recorrido, hoy se sienten posicionados en otro lugar. Alejandra Naveiro, subgerente de Relaciones Institucionales del EAIT, destacó: «Con esta metodología de trabajo en equipo que aprendimos, cambió totalmente nuestra forma de ver y de hacer.» «Nos sirvió realmente mucho para abrir la mente y pensar desde otro lado».

Los desafíos que se presentan en la actualidad, nos obligan a una revisión y adaptación de nuestros modelos y procesos de trabajo. Tenemos la necesidad de cambiar la forma en que diseñamos políticas públicas, tomando al vecino/a como centro de todos los proyectos, apuntando siempre a la mejora continua y al mejor aprovechamiento de los recursos existentes. El Pensamiento de Diseño fue una dinámica totalmente disruptiva para el EAIT, trabajamos en equipo y de forma colaborativa, teniendo así la posibilidad de distribuir roles, asignar tareas y ser mucho más ágiles a la hora de tomar decisiones o resolver imprevistos. La pluralidad de actores con los que contamos tanto para las etapas de investigación como de ideación, nos permitió contrastar resultados y que el equipo del Instituto de Trasplante pudiera arribar a nuevas conclusiones y tener una mayor capacidad de gestión del riesgo en futuros proyectos.

El recorrido que realizamos junto al Instituto de Trasplante es un claro ejemplo del potencial que tiene la innovación pública de incorporar nuevos procesos y metodologías para lograr una gestión más ágil e innovadora de los proyectos.

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