El futbol y la vida

Pep Lupe Mourinho
BAMcomunicacion
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2 min readFeb 26, 2020

A veces, la gente que no creció corriendo detrás de un balón nos pregunta por qué el futbol es tan importante para nosotros, los que sí. Casi siempre nos quedamos callados y sonreímos, o tartamudeamos argumentos que no nos convencen ni a nosotros mismos. No tenemos a la mano, o sí, pero nos da pudor decirla, la respuesta más rápida y honesta: «Porque el futbol es la vida».

Siempre que veo un balón, recuerdo las tardes de mi infancia y adolescencia que pasé corriendo detrás de uno, y soy feliz. Vienen a mi memoria las risas, los amigos, las horas interminables que me resguardé en ese refugio que es el futbol. Jugando olvidábamos cualquier problema, pequeño o grande, y lo único que existía era el presente. Cuando eres niño, el balón borra el mundo, se convierte en el mundo.

Por eso, para mí y para muchos, el futbol no es un concepto abstracto, un conjunto de reglas a seguir, un fenómeno independiente que se desenvuelve allá afuera en el mundo, ajeno a nosotros; sino un componente de lo que constituye nuestra misma esencia, uno que ha sido parte de nosotros desde que tenemos memoria.

Y entre más cerca del corazón guardamos algo, entre más fundamental es para nosotros, más difícil es separarlo del resto de lo que nos hace ser quienes somos. En nuestro caso, el futbol y la vida se confunden, son una y la misma cosa.

Por eso nos apasiona tanto, por eso le gritamos a la televisión y festejamos los goles de nuestro equipo como si fueran anheladísimos logros personales. Cuando vemos, jugamos, vivimos el futbol, en el fondo aún sobrevive aquella alegría primigenia que nos hizo amar al deporte y que nos hizo amar la vida.

Nos gusta tanto el futbol porque nos convierte de nuevo en el niño que corre detrás de un balón y olvida el mundo.

Foto de david clarke en Unsplash.

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