Alan Peña: el suplicio que pudo evitarse

Benjamín Contalba
Benjamín Contalba Rojas
2 min readApr 11, 2017

En la tarde del 11 y la madrugada del 12 de diciembre de 2016, en la calle Rayenco #01983, un padre y madre de dos niñas de 5 y 6 años, perpetraron el asesinato de Alan Matias Peña Aguilera, por venganza. Fue una menesterosa mediagua, contigua a la casa de los asesinos, Pablo Morales y Johana Mora, la sede de tortura, golpes, martillazos y asfixia, que durante 12 horas, tuvieron al menor de 13 años en agonía.

Por Benjamín Contalba

Alan Peña

La historia pudo seguir otro rumbo si no fuera por el mal procedimiento de la sede Alborada del Sename en Temuco. Diagnósticos erróneos y medicamentos mal empleados agravaron la situación de Alan.

Augurios de un mal camino

Alan ya tenía antecedentes que nunca fueron tratados. En su contra había tres denuncias por abuso sexual. El 2014 sufrió la separación de sus padres y el mismo año, fue internado en el Sename.

Conoce las historias de los involucrados.

Johana Mora y Pablo Morales

Johana trabajaba en una fábrica de humitas, Pablo como vendedor ambulante de CD’s pirata, ropa usada y cachureos. Entre 2010 y 2011 Pablo cayó preso por consumo de drogas y por microtráfico. Ambos tomaron la determinación de venganza, tras, supuestamente, su hija de 5 años, ser violada por Alan Peña.

Revisa aquí el seguimiento cronológico del asesinato.

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