Blockbuster it’s gone
Hace tiempo que entrar a una tienda para arrendar un video se transformó en una experiencia nostálgica, una que con el tiempo se contará como hoy nuestros viejos hablan en la sobremesa de lo que fue la matiné. Como suele pasar, se recordará más poéticamente de lo que realmente era. Hace semanas, Blockbuster cerró y muchos lo tomaron como el fin de la era cine en la casa. Craso error.
Con el tiempo las formas de ver cine han ido cambiando: la televisión significó la quiebra de la sala de cine al dar entretención a la gente en sus casas; la aparición del video mejoró ésto dando a la gente la opción de ver lo que ellos querían ver, cuando quisieran y en las cantidades que les diera la gana; y ahora último, internet da la misma opción con dos grandes ventajas: el catalogo es gigante y no solo lo puedes ver en un solo medio, sino prácticamente en cualquier pantalla.
Al igual que con el VHS y el DVD, internet permite ver películas legal o ilegalmente. Por eso no extraña que Blockbuster haya cerrado. No fue, como dicen los medios, la piratería que los dejó en la quiebra. Fue no entender que se iba a acabar, tarde o temprano un formato y que tenían que renovarse. Ahora bien, lo cierto es que no quebraron. Simplemente se acogieron a una ley que permite –en lenguaje sencillo- condonar deudas y partir de cero. Esperemos que ahora