¿Críticos o reporteros de cine?
Estimado amigo periodista-crítico de cine:
Admito que me canso, me agoto, cada semana. Cada jueves, cada viernes, y a veces los sábados. Esos son los días que aparecen tus columnas y me pregunto, semana a semana, cuál es tu rol.
¿Quieres reportear de cine o críticar cine?
Porque críticar, amigo mío, no es decir que esta ‘buena o mala’ la película. No, porque eso es relativo, porque hay que contextualizarla dentro del género, de la obra de su director, etc. Truffaut citaba a Girardoux: “No hay obras, sólo autores”, argumentando que para “el crítico de cine es todo lo contrario: no hay autores y las películas son como las mayonesas, salen bien o mal”.
No es, tampoco, ponerle nota (porque la nota la pone el maestro al alumno de la misma área de conocimiento, no de otra); y tampoco es, con todo respeto, establecer si es recomendable. ¿En qué términos puede ser o no recomendable? ¿Para quién?
Leo a veces artículos de la revista El Amante, de Argentina, de Cahiers du Cinema (edición española), de Sight and Sound. Sí, algunos son muy especializados y quizás un editor de una revista de espectáculos te lo tiraría por la cabeza. Sin embargo, sí rescato que abren el seso. No me dicen ‘no veas’, tampoco me dicen ‘no te la recomiendo’. No, muy por el contrario, contextualizan, generan debate, ocupan la película como una excusa para hablar de cine, de la forma del cine, las influencias, etc.
No digo que no odiemos ciertas películas. Nadie puede quererlas a todas. Pero en las revistas que te menciono, no las sepultan poniéndole solo una estrella. Y escucha esto, a veces si dos críticos de la misma revista opinan diferente, ¡publican las dos críticas!
De verdad, no quiero leer ladrillos académicos, pero por favor seamos sinceros. Si usted no vibra, si en su opinión haría mejores películas que las que crítica o, en su opinión, ya no se hace nada bueno, sea prudente. Los de su especie odiaban a Hitchcock (por encontrarlo comercial) y complicaron a Orson Welles, hoy indiscutible maestro.
No olvide que los lectores se forman con usted. Ese, amigo mío, es un aspecto irrenunciable de su labor y al mismo tiempo una responsabilidad importante: acortar la brecha entre ciertas películas y el público, sobre todo entre las más chicas y ambiciosas que no tienen el presupuesto de marketing de una película grande para empapelar la ciudad. Si pone en contexto, si rescata lo nuevo y bueno (no por ser nuevo, sino por bueno) con argumentos, todos salen ganando.
Quizás, si encuentra absurdo lo que digo, debiera reportear, no criticar.
* Les dejo un artículo de Truffaut, el destacado director y crítico: Los siete pecados capitales de un crítico de cine