El pirquinero de Andacollo y el cineasta flojo
Hace mucho tiempo, haciendo un viaje al norte de Chile, visite un pequeño pueblo llamado Andacollo, en la cuarta región. Un pueblo pequeño, perdido, pero preparado siempre para recibir a los fieles de la Vírgen del lugar y a los pirquineros que hasta el día de hoy extraen artesanalmente oro. Haciendo una visita a un pirquinero, el hombre nos contaba el proceso de la minería artesanal y cómo lo que él extraía pasaba por diferentes procesos que acababan en oro y cómo este se valorizaba en la Bolsa de Londres lo cual era clave para determinar todos los ingresos del proceso. Recapitulemos: Un pirquinero en un pueblo perdido hablándome de cómo la Bolsa de Londres determinaba su labor diaria en unas montañas sudamericanas. El hombre tenía muy clara la película. En el cine y el audiovisual, irónicamente, no es así.
Vengo llegando de Ventana Sur, un mercado de cine que el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) realiza desde hace varios años en Puerto Madero, Buenos Aires. Me llama la atención cómo muchos realizadores no manejan, no entienden o no saben sobre los aspectos del negocio en el cual se mueven. No saben qué hace que funcione la industria en la cual se mueven.
A diferencia del pirquinero, que sabe que sus negocio y quehacer diario esta ligado a la bolsa londinense, hay gente que no tiene idea sobre datos básicos como quién distribuye en su país, quien compra, quien no, y que ni siquiera maneja las cifras de las últimas películas o de películas similares a las que quiere hacer.
* Leer Box Office Mojo o tener información de películas de su estreno en Estados Unidos y creer que se conoce el mercado es tan absurdo como… lo siento, no se me ocurre nada tan absurdo. Es un mercado y ellos no son tus clientes (por mucho que sueñes con ello).
No busco desincentivar la participación de gente que nunca ha estado en un mercado, sino todo lo contrario: estudiemos, conozcamos, averigüemos, conozcamos gente y aprendamos (esto último no para). Probablemente fue así como el pirquinero aprendió la importancia que tenía Londres en su trabajo y, en base a eso también logró descubrir que a veces hacer un tour sobre su tema complementaba sus ingresos, atraía más dinero y era más entretenido que extraer metal.
