Todos queremos hacer una película
Hoy todos quieren hacer una película. Ejemplo: hombre en sus treinta y tantos, casi cuarenta, sufre grave enfermedad de la cual se salva airoso. Viene la revelación, la epifanía de la vida:¡tengo que hacer una película! Mucha plata, muchas copias, mucha prensa…cero historia y evidente fracaso artístico-comercial. ”Plantar un árbol, tener un hijo, ¿hacer una película?” ¿Desde cuándo?
Imagínese que el papel y el lápiz bajaran de precio un día y todo el mundo corriera a comprar cuaderno y lápiz pasta. Convengamos, por favor, que yo sería el primero en motivar a la gente para que se exprese en el papel, que escriba poemas, cuentos, etc…pero de ahí a mandarlo a una editorial y que la editorial lo publique, es otro cuento. ¿Porqué un editor, en su sano juicio, publicaría una novela aburrida, o que carece de habilidad narrativa o que, en verdad, demuestra que el autor no tiene dedos para el piano? Si quiere practicar la mano, juegue, agarre su cámara de video (que ahora viene hasta incorporada en el teléfono) y juegue. Escriba guiones, haga cortometrajes…a la larga, como todo oficio, esto se hace en la práctica.
No se trata tampoco de decir radicalmente ‘pastelero a tus pasteles’, por que sería una discriminación sin sentido, pero cualquiera diría que es una boludez no haber escrito jamás un cuento y correr a escribir una novela entera; sin embargo, nadie dice nada cuando alguien que ni siquiera ha dirigido un nanometraje, se tira a dirigir un largometraje entero…