Bibliofilia presenta Comentarios sobre el multiverso (1)
El Flash de dos mundos
Las realidades paralelas en el cómic
Publicada como el número 123 de la cabecera, El Flash de dos mundos (Flash of Two Worlds!) fue escrita por Gardner Fox, orientada editorialmente por Julius Schwartz, y dibujada por Carmine Infantino, es la presentación del Multiverso: ese concepto que engarza realidades paralelas con versiones alternativas de los superhéroes cuyo impacto más trascendente consiste en abrir las posibilidades imaginativas de un medio destinado al asombro.
Para el neófito: El Flash de dos mundos es el encuentro de los dos velocistas, Barry Allen (el representante de la Edad de plata) y Jay Garrick (de la Edad de Oro) en el hogar de éste último — de acuerdo con el canon, la llamada Tierra 2 — y las peripecias que tuvieron para desarticular la banda de 3 criminales, y enemigos de Garrick, a saber: el Violinista, el Pensador, y Penumbra. La aventura finaliza con el regreso del velocista de la Edad de Oro, Jay Garrick, a la lucha contra el crimen, mientras Allen, gracias a la vibración de su cuerpo, atraviesa el umbral del tiempo y el espacio para volver a Tierra 1 con la intención de contar la historia a Gardner Fox, guionista y amigo que ha relatado, a manera de ficción, las aventuras de Garrick.
Tan cercana a la ciencia ficción como propia de la épica superheroica, la trama de El Flash de Dos Mundos contó desde su aparición con el respaldo del público y la crítica ya que presentó la paradoja del viaje temporal de una manera didáctica, con un gran sentido literario. Vista con la perspectiva de los años, ninguna figura del panteón superheroico pudo haber realizado ese viaje sin quedar, al menos, en ridículo. Flash, el velocista Barry Allen que conoció la Generación X latinoamericana a través de las traducciones de Novaro y Editora Cinco, vibra de una manera inaudita para atravesar el tiempo y encontrar a Garrick, material de ficción comiquera de nuestros padres, con el que construirá una relación basada en la confianza cuyo impacto afectará las tramas posteriores de DC Comics, sin acudir a explicaciones pseudocientíficas, jerga o aparatos de potencia inverosímil.
Bajo la dirección de un conocedor del pulp como lo fue Schwartz, cuya biografía El hombre de dos mundos es el relato del hito comiquero, Fox plantea la paradoja del encuentro entre dos personajes de ficción del que uno tiene noticias permanentes a través del cómic mientras otro habita en una realidad apacible, alejado del vértigo de combatir el crimen. Con un bucle, Fox es amigo personal de Allen y tendrá, a futuro, la labor de narrar sus aventuras en la tierra alternativa a la que nuestro velocista tuvo acceso.
Un terreno inestable en el que arriba no es igual que abajo desmiente la máxima del hermetismo y da un paso adelante en el simbolismo basado en la fuerza de la metáfora científica. Tal es la potencia del multiverso, cuya fuerza retórica primero consiste en el descubrimiento de realidades alternativas para, con posterioridad, transformarse en un espacio desbordado con versiones, llevadas hasta la extenuación, de las figuras del panteón superheroico.
Flash como pivote de la Liga de la Justicia es el héroe del contrapunto en las gran trama que surgiría en la década del ochenta con Crisis en Tierras Infinitas. Paradoja: la entrada y salida del velocista en el escenario multiversal es semejante a la del heraldo de la antigüedad. Todos los escenarios de Crisis, el relato canónico de DC Comics, cuentan con el velocista para advertir de las consecuencias del conflicto temporal. Al transformar a Flash de combatiente a mensajero, Schwartz, Gardner e Infantino, no solo introdujeron un concepto que funciona muy bien como recurso editorial, sino que también transformaron las tramas del género, en su momento aún ocupado en la lucha de antagonistas.
Continuará…
