Hugh Trevor-Roper. Fuente The Times

Paranoide, esquizoide. Final.

Bibliofilia presenta Los últimos días de Hitler, H.R. Trevor-Roper

cerohd
Bibliofilia
Published in
6 min readApr 10, 2017

--

Inicio

Considerado por The Guardian como uno de los cien libros de no ficción más importantes del siglo XX, el relato de la caída del régimen Nazi, en abril de 1944, permanece como un hito narrativo que impregna la comprensión popular de lo que fue Alemania bajo el embrujo hitleriano.

H.R. Trevor-Roper, oficial de inteligencia británico, contó con una oportunidad única para escribir la crónica que ocupa esta entrada. Enviado a Berlín a pocos días de la rendición, contó con acceso a documentos guardados en el Búnker de Hitler así como a testimonios directos de quienes sobrevivieron a la debacle.

(…) el relato de la caída del régimen Nazi, en abril de 1944, permanece como un hito narrativo que impregna la comprensión popular de lo que fue Alemania bajo el embrujo hitleriano

Tanto polemista como historiador, la fama de Trevor-Roper es una combinación de ambas. Los últimos días es el primer libro escrito y publicado sobre el final de la Segunda Guerra Mundial, deudor en su estilo a los clásicos históricos que centran su enfoque en el carácter de los hombres y sus obras.

De tono grandilocuente, cargado con juicios subjetivos que acompañan descripciones personales de toda la corte hitleriana, Trevor-Roper asume su rol moral de ser el responsable de aclarar el mito para que las generaciones futuras eviten la pesadilla totalitaria.

Un superventas con setenta años de vigencia, su influencia en cuanto a estructura y estilo se vislumbra, por ejemplo, en La Segunda Guerra Mundial (Pasado y Presente) de Antony Beevor, entre otros. Los últimos días de Hitler inaugura el subgénero de literatura de guerra basado en un conflicto que, para bien y para mal, ha marcado el compás geopolítico de las últimas décadas.

Adolf Hitler. Lienzo de Heinrich Knirr (1937) en Dominio Público

El destino de un caudillo

En los primeros días del nazismo, Hitler demostraba un genio político que corremos grave riesgo de olvidar ahora, pero que convendría recordar en todo momento

Pese a sus orígenes humildes y a una mediocre carrera militar en la Primera Guerra Mundial, la construcción de la imagen de Adolf Hitler, así como el dominio férreo del estado alemán y la lealtad enceguecida de un pueblo, parte de reconocer un genio político arrastrado por la megalomanía, la superchería y la adulación de una corte de hombres de muy diversa procedencia, todos subyugados por el carisma de esta figura, en un principio incómoda para el establecimiento alemán.

Trevor-Roper relaciona la figura del caudillo y su excepcionalidad con la circunstancia que afronta en su época histórica. Deudor de Thomas Carlyle, sostiene que el poder total otorgado por el pueblo a un hombre puede conducirlo a la realización de sus fines.

De esta forma, el destino de un caudillo como lo fue Hitler es explicable a partir de varios factores, por ejemplo, su extraordinaria presencia que todo lo somete bajo el poder de su voluntad, y también a una circunstancia histórica que permitió su ascenso y posterior consolidación como Canciller del Reich.

Oratoria, masas y rituales multitudinarios. Fuente.

Alrededor de esta idea, Trevor-Roper profundiza en las consecuencias que tuvo para una nación seguir ciegamente los designios de un líder que consideraba los propósitos de su doctrina superiores a cualquier otra finalidad humana, como la felicidad o el amor.

La devoción hacia Hitler por parte del pueblo alemán, atestiguada por Albert Speer en una trinchera en donde los combatientes ofrendaban su vida por el Führer y el Reich Milenario, es uno de los fenómenos de masas más impresionantes que nos legó el Siglo XX: obediencia y sumisión para cumplir con ideales infusos que, al igual que su doctrina, fueron construidos con superchería y racismo, ungidos por la rabia y la frustración de la derrota en la Gran Guerra y hábilmente construidos por un demagogo que buscaba razones en los caracteres y los astros.

El poder total otorgado por el pueblo a un hombre puede conducirlo a la realización de sus fines

Fue una hipótesis al calor de los acontecimientos que aún conserva vigencia para explicar la potencia con la que un líder, en origen, vacuo “recordemos su preferencia por los pasteles de crema” como lo describe Trevor-Roper, condujo a una nación y al mundo a un límite nunca antes visto: el de una conflagración en la que los motivos eran étnicos (“la superioridad de la raza aria”) como perversamente románticos (“Solo Alemania puede conducir a la Humanidad a ideales más puros y trascendentes”) cuyo saldo de 70 millones de muertos en siete años aún no ha sido superado por alguna otra aventura macabra de la humanidad.

Hitler y su Estado Mayor preparando el ataque a las Ardenas. Fuente.

Una comparsa de corte

“Recordemos su preferencia por los pasteles de crema” como lo describe Trevor-Roper, condujo a una nación y al mundo a un límite nunca antes visto

Trevor-Roper describe como el estado se plegó a la ambición de su líder gracias al despotismo con que éste dominó las psiquis de sus subordinados; así, por ejemplo, el destino de Goebbels, fanático de “carácter latino” que impuso la narrativa del Reich milenario a las multitudes que soportaban la inclemencia de la guerra, o la caída en desgracia de Himmler y Göring por las mismas banalidades con que fueron, en algún momento, ungidos por Hitler para ser su reemplazo, son escenas de comparsa en las que las luchas por el poder eran una manera de ganar su favor y alcanzar, mediante obediencia y lealtad ciegas, el reconocimiento anhelado.

Las luchas de poder son el entretelón en el que se escenifica la caída. El atentado que estuvo a punto de acabar con Hitler marca el inicio de un soterrado conflicto entre Martin Bormann y el Estado Mayor, culminando en suicidio cuando huye del Ejército Rojo. Speer, que advierte el declive, apuesta por un diálogo franco con el Führer, al que renunciará para salvar su vida; Dönitz, a la espera, imagina un Reich menos beligerante con posibilidades de inserción en el mundo que nacerá después de la rendición, y los subordinados reprueban en silencio el abandono de Hitler de la escena por la puerta obvia: el suicidio.

El final de Hitler y del Reich milenario

Portada de The Stars and Stripes del 2 de mayo de 1945 con el anuncio de la muerte de Hitler. Dominio Público Wikipedia.

“El Führer ha muerto; está ardiendo ahí fuera”

La versión de Trevor-Roper ha sido la más precisa con respecto al final de Hitler, Eva Braun, Goebbels, Bormann, entre los últimos días de abril y la primera semana de mayo. Recoge, así mismo, el diario de Hans Linge, su criado y los de Morel, su doctor personal (de éste último se ha escrito uno de los documentos capitales para comprender la relación entre el Tercer Reich y las drogas: Blitzer: Drugs in Nazi Germany, por Norman Ohler)

Como lo señalamos al inicio de la entrada, el libro de Trevor-Roper ha logrado calar profundamente en la caída del régimen y el posterior suicidio de Hitler.

Su impacto es tal que los libros escritos con posterioridad deben a éste las imágenes del retiro del Führer al Búnker; la conferencia en la que ordena el fusilamiento de los traidores; la despedida con apretón de manos para cada uno de sus servidores; la redacción de un nuevo testamento para desautorizar a Göring y a Himmler así como la vacilación de todo el Estado Mayor durante esos momentos en contraste con el júbilo de los soldados quienes, advertidos de la muerte inminente del Führer, celebran no tanto por su vida sino por su pronta muerte a manos de las tropas del Ejército Rojo.

Título original: The Last Days of Hitler, H.R. Trevor-Roper, 1946.

La traducción al español corrió a cargo de Eduardo de Guzmán y la edición leída para esta nueva entrada de Bibliofilia corresponde a Plaza y Janés Editores, 313 páginas, 1966.

Siguiente entrega: High Hitler, Norman Ohler.

Suscríbanse al boletín para recibir las novedades de Bibliofilia. Prometemos 3 al mes, ni uno más y tal vez uno menos.

Comenten a placer y recomienden con un ❤ en la parte inferior de esta entrada. Sean bienvenidos a esta pasión.

--

--

cerohd
Bibliofilia

★ Creado en 2013, este es el blog del Imaginauta, conocido bajo un anterior avatar como Hijo de la máquina★