La importancia de un buen sueño

En nuestra búsqueda por ser más productivos y conquistar el mundo, a menudo pasamos por alto un factor fundamental: la calidad del sueño.

Wellness Girly
Bienestar
3 min readApr 15, 2024

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¿Puedo funcionar con solo 4 horas de sueño? ¡NO!

Nuestro cuerpo necesita un equilibrio para funcionar correctamente, lo que implica dormir las horas adecuadas según nuestra edad. Si no lo hacemos, es como exigirle a nuestro cerebro que trabaje a toda marcha o como intentar encender un auto sin batería. Sin un descanso adecuado, simplemente no podemos avanzar.

Cuando duermes menos de lo necesario, estás privando a tu cuerpo del descanso vital. Esto puede resultar en la pérdida de hasta el 25% de tus neuronas cerebrales, afectando funciones básicas y procesos hormonales. Además, compromete tu sistema inmunitario, haciéndote más susceptible a enfermarse después de haber estado expuesto a un virus.

Si te desvelas, nunca terminas de recuperar las horas que perdiste.

La falta de sueño no solo afecta tu capacidad cognitiva y tu seguridad, sino también tus relaciones personales. ¿Alguna vez te has sentido irritable, con poca paciencia o más propenso a experimentar emociones negativas después de una noche de poco descanso? La ciencia respalda este fenómeno: la privación del sueño puede aumentar la irritabilidad y reducir la capacidad para manejar el estrés y regular las emociones. ¿La solución? Priorizar un sueño de calidad para mantener un equilibrio tanto físico como emocional en tu vida diaria. Tu bienestar y tus relaciones personales lo agradecerán. Además, dormir lo suficiente también es crucial para prevenir accidentes, ya que la falta de sueño puede afectar tu capacidad de reacción y aumentar el riesgo de sufrir percances.

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Cantidad = Calidad

¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando dormimos? Es como si nuestro cuerpo se desconectara, al menos parcialmente. Durante el sueño, nuestro organismo realiza una serie de procesos vitales que son esenciales para mantenernos saludables y en equilibrio. Desde la consolidación de la memoria hasta la reparación de tejidos, pasando por la regulación hormonal y la eliminación de toxinas.

Cada noche, cuando nos rendimos al sueño, embarcamos en un viaje fascinante a través de diferentes etapas que componen el ciclo del sueño. Este ciclo, que se repite cada 80 a 100 minutos a lo largo de la noche, se compone de dos fases principales: el sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM) y el sueño con movimientos oculares rápidos (MOR).

El sueño NREM

  • Etapa 1: La puerta de entrada al sueño. En esta etapa, el cuerpo comienza a relajarse y la actividad cerebral se desacelera, preparándonos para un sueño profundo.
  • Etapa 2: El hogar del sueño ligero. Pasamos la mayor parte del tiempo en esta etapa, caracterizada por ondas cerebrales más lentas y una frecuencia cardíaca y respiración más estables.
  • Etapa 3: El sueño profundo. El cuerpo se repara y regenera en esta etapa, crucial para la recuperación física y mental. Se caracteriza por ondas cerebrales lentas y amplias, y es en esta etapa donde soñamos con mayor intensidad.

El sueño MOR

El sueño MOR, también conocido como sueño de ondas rápidas, se caracteriza por una intensa actividad cerebral similar a la de la vigilia. Los ojos se mueven de un lado a otro bajo los párpados cerrados, y es en esta etapa donde experimentamos los sueños más vívidos y memorables.

La importancia de un ciclo completo

Cada ciclo de sueño, compuesto por las etapas NREM y MOR, nos permite alcanzar un descanso profundo y restaurador. Si interrumpimos este ciclo, podemos experimentar fatiga, somnolencia diurna, problemas de concentración y memoria, cambios de humor e incluso un mayor riesgo de accidentes.

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