Optimiza tu tiempo y no mueras en el intento

¿Te sientes como si estuvieras corriendo una maratón contra el reloj todos los días? ¡No te preocupes! Este mensaje es para ti. Aunque el día solo tenga 24 horas, a veces parece que no son suficientes para hacer todo lo que queremos.

Wellness Girly
Bienestar
4 min readApr 28, 2024

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Priorizar tareas

Todos hemos caído en esa trampa: dedicar más tiempo del necesario a actividades que no nos aportan mucho. ¡TikTok puede ser una de esas distracciones! Pero aprender a organizar nuestras tareas y establecer prioridades nos ayuda a evitar perder tiempo en cosas menos importantes y nos permite aprovechar mejor cada día.

Si eres estudiante, establecer metas puede ser fundamental para optimizar tu tiempo. ¿Quieres mejorar tus calificaciones, pasar más tiempo con amigos o desarrollar nuevos proyectos? Identificar tus objetivos te ayuda a priorizar las tareas que te acercarán a ellos. Pregúntate qué actividades son realmente necesarias para alcanzar tus metas y cuánto tiempo estás dispuesto a dedicarles. Así podrás enfocarte en lo que realmente importa y aprovechar al máximo tu tiempo.

Ahora que has establecido tus metas mensuales, es momento de evaluar la urgencia de cada tarea. Haz una lista detallada de todas las actividades que necesitas completar, desde las más pequeñas como revisar tu agenda, hasta las más grandes como terminar un artículo académico en dos días. Esto te ayudará a visualizar claramente qué tareas requieren tu atención inmediata y cuáles pueden esperar un poco más.

Un consejito útil: las tareas que te acercan directamente a tus metas suelen ser las más importantes.

Ordenar

Una forma común de abordar la priorización de tareas es utilizando la matriz de Eisenhower, que clasifica las tareas según su urgencia e importancia. Otra técnica es asignar a cada tarea una puntuación basada en su impacto y la cantidad de esfuerzo requerido.

Después de evaluar tus tareas, organízalas por orden de prioridad. Comienza por las tareas urgentes e importantes, luego sigue con las tareas importantes pero no urgentes. Las tareas urgentes pero no importantes y las que no son ni urgentes ni importantes deben abordarse después o, si es posible, delegarse a otros.

Matriz de Eisenhower

Esta técnica, popularizada por el expresidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, clasifica las tareas en función de dos dimensiones: urgencia e importancia. Las tareas se dividen en cuatro cuadrantes:

Cuadrante 1: Tareas urgentes e importantes, que requieren acción inmediata.

Cuadrante 2: Tareas importantes pero no urgentes, que necesitan planificación y pueden contribuir a objetivos a largo plazo.

Cuadrante 3: Tareas urgentes pero no importantes, que pueden ser distracciones y deben minimizarse si es posible.

Cuadrante 4: Tareas no urgentes ni importantes, que son actividades que se pueden posponer o eliminar.

Asignación de puntuaciones

Esta técnica implica asignar una puntuación a cada tarea en función de su impacto y el esfuerzo requerido para completarla. Por ejemplo, puedes asignar una puntuación del 1 al 5 para el impacto (siendo 5 el más alto) y otra del 1 al 5 para el esfuerzo (siendo 1 el más bajo). Luego, multiplicas estas dos puntuaciones para obtener una puntuación total para cada tarea. Esto te ayuda a priorizar las tareas según su importancia y el tiempo que tomarán realizarlas.

Calendarizar y hacer esquemas

Asigna tiempo para cada tarea: Antes de comenzar tu día, estima cuánto tiempo necesitarás para completar cada tarea. Sé realista al establecer estas estimaciones, considerando la complejidad de la tarea y tu nivel de concentración.

Crea un horario: Utiliza un calendario o una agenda para crear un horario detallado para todo el día. Asigna bloques de tiempo específicos para cada tarea y actividad, asegurándote de incluir tiempo suficiente para descansar y recargar energías.

Sé flexible: Reconoce que pueden surgir imprevistos a lo largo del día, y sé flexible en tu enfoque. Mantén espacio en tu horario para manejar estos imprevistos y ajusta tu agenda según sea necesario.

Establece límites de tiempo: Para evitar la procrastinación y mantener el enfoque, considera establecer límites de tiempo para ciertas actividades. Por ejemplo, asigna un tiempo específico para revisar correos electrónicos o trabajar en un proyecto particular.

Revise y ajuste regularmente: Al final de cada día, revisa cómo fue tu día en comparación con tu horario planificado. Identifica lo que funcionó bien y lo que podría mejorarse, y ajusta tu enfoque en consecuencia para los días siguientes. Este proceso de revisión y ajuste te ayudará a mejorar continuamente tu administración del tiempo y tu productividad.

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