Todas sentimos miedo, aprende cómo superarlo

Ana Victoria García
Bitácora Emprendedora

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Por Ana Victoria García

“El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son”, Tito Livio.

Quien te diga que no tiene miedo, está mintiendo. Todos en algún momento nos hemos sumergido en esta sensación ¿la clave? no paralizarte.

El 80% de las mujeres que vienen a pitchear sus proyectos a Victoria147 mencionan la palabra “miedo” como parte de su presentación. Es muy raro que elijan hablar del miedo cuando sólo tienen 10 minutos para “vender” su proyecto y convencer no sólo al fellow, sino a ellas mismas de que su idea tiene un gran potencial de crecimiento. Pero ¿por qué nos pasa esto?

Nos cuesta creer en nosotras mismas

Según una investigación a nivel mundial que realizó la empresa de consultoría McKinsey, se encontró que, si se le ofrece una promoción o un nuevo proyecto a un hombre, él se siente confiado de aceptarlo si cuenta con el 68% del conocimiento que se requiere para realizarlo, mientras que la mujer sólo da el paso si tiene el 95% de las habilidades que necesita el puesto.

¿Qué tiene eso que ver? ¡Todo!

Las mujeres dudamos de nuestro talento, creemos que estar sobrecapacitadas es necesario para cualquier situación y lo anterior tiene un impacto directo en nuestras expectativas y en los resultados que logramos.

Nos da miedo fallar, nos da miedo perder, nos da miedo fracasar y en muchos de los casos preferimos incluso no intentarlo; y eso es fallar de verdad. Si no nos retamos, nunca sabremos de qué somos capaces, y esto sólo genera inseguridad, pues ni siquiera nos damos la oportunidad de ponernos en acción, de ver lo que podemos lograr, de tener éxito, de fallar, de intentarlo y de volverlo a intentar una y otra vez.

La circunstancia más afortunada que puedes vivir es probarte y ver que saliste victoriosa, en ese momento tu confianza crece, te sientes preparada y más fuerte para el siguiente reto, empiezas a creer más en ti y te das cuenta que venciste tu gran temor.

Es normal sentir miedo. El miedo es una emoción que nos abruma y nos hace sentir que estamos en peligro real o ficticio, y desde el punto de vista preventivo podría ser útil, el problema es cuando el miedo extiende su estadía en nuestra vida y más allá de sólo advertirnos, nos detiene e imposibilita.

La única opción para superarlo, es confrontarlo. Entender la razón que genera tu miedo y actuar. El miedo no se desvanece solo, si lo evades, se acumula, crece o nunca se va. Cuando lo enfrentas, adquieres esa seguridad que te hace más fuerte y te prepara para cualquier otro episodio. Tu miedo termina cuando tu mente se da cuenta que es ella quien lo crea y ella misma quien lo termina.

Porque crecimos queriendo ser perfectas, no valientes

El miedo también proviene de las expectativas que tenemos sobre nosotras mismas, pero sobre todo de lo que esperan de nosotras nuestras amigas, papás, suegros, pareja, hijos, jefes… esos sólo provoca una parálisis que no te permite soltar el miedo a fallar. Hace unos años vi el TED talk de Reshma Saujani, ella menciona cuáles son las principales diferencias cuando se educa a una niña versus un niño; al parecer los niños están más expuestos a tomar riesgos y ser recompensados por ello, mientras que las niñas son socialmente premiadas por jugar a salvo, sin riesgos y aspirando a hacer las cosas correctamente, como se debe.

¿Será que debemos sacudirnos este complejo de perfección y comenzar a sentiros cómodas con lo imperfecto?

Lo que pensamos, es lo que atraemos. Lo que hacemos, es en lo que nos convertimos

Independientemente de cómo crecimos, los miedos heredados o las expectativas sobre nosotras, tenemos dos opciones: seguir nuestros patrones pasados o continuar adelante. Y eso depende completamente de uno mismo.

Seguro has experimentado en algún momento que piensas o deseas tanto algo, que acaba sucediendo; le dedicas tu máximo de energía, que genuinamente lo estás creando. La mente es una herramienta poderosa, los pensamientos son el vehículo para decretar, así que está en tus manos elegir correctamente esos pensamientos, porque será lo que finalmente materializarás.

Igual que los pensamientos, las palabras que utilizas para comunicarte tienen un gran peso e influencia en ti. Sé consciente de las palabras que eliges y sobretodo de aquellas que usas para hablarte a ti misma. Es muy frecuente que seamos duras con nosotras, y hay que tener cuidado, pues las palabras que nos dedicamos nos generan valor, pero también pueden causar miedo o culpabilidad.

El miedo y tu emprendimiento

Al ser emprendedora te das cuenta que vives tomando decisiones importantes todos los días, puedes equivocarte al tomarlas, pero no puedes dudar de ti al hacerlas. Tu proyecto, tu equipo y tus clientes dependen de la confianza con la que lideres tu día a día; sí, suena pesado… lo es, pero también muy gratificante. Así que a sacudirnos los miedos, pensar en grande y decretar ese gran sueño que hoy te hizo levantarte emocionada de tu cama.

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Ana Victoria García
Bitácora Emprendedora

🙋🏼Fundadora de @Victoria147org ✍️ Autora del libro “Ellas” 🎤Conferencista ⚡️Curadora de curiosidades