La nueva niñez
Tendencia de educación
La niñez está cambiando y con ella la educación. La tecnología le ha permitido a la juventud, niños y adolescentes, reformular su posición en la sociedad, dejando atrás el concepto de que por su corta edad no podían aportar de manera significativa en los engranajes del mundo. Los niños ahora son agentes de cambio que hacen valer su voz, ideas y posiciones.
¿Qué está pasando?
Las necesidades por parte de los estudiantes frente a la educación han venido cambiando. El internet y el universo de posibilidades que ofrece, han permitido que desde edades muy cortas, los niños puedan aprender lo que quieran sin necesidad de un profesor o un pénsum curricular estructurado. Y, gracias al internet, también, los niños encontraron los canales apropiados para que su voz llegara a todos los rincones del mundo.
Greta Thunberg es un ejemplo de lo anterior. Con más de 14.5 millones de seguidores en Instagram, esta activista ambiental que empezó su carrera a los quince años con un plantón frente al parlamento sueco que le valió su primer momento de fama, fue elegida en el 2019 como la persona del año según la revista TIMES, y se convirtió en la persona más joven en lograr este reconocimiento. Thunberg ha sido nominada dos veces al premio Nobel de paz y se ha convertido en la voz de una generación cansada de hacer lo que se les dice y que quiere, al revés, hacer lo que ellos creen que se debe.
Esta corriente de niños y adolescentes que tienen los canales y las formas para hablar y pensar por sí mismos, va de la mano con el estudio realizado en el 2019 por la revista PC en la cual entrevistaron a más de mil niños y sus familias para entender desde qué edad obtuvieron por primera vez una tablet o un celular inteligente. Los resultados demostraron que el 24% de los niños recibieron entre los tres y ocho años una tableta, y un 76% un celular entre los nueve y quince años. Los cambios en ciertos aspectos de la educación formal vienen ocurriendo debido al internet y a las necesidades de los estudiantes. Un ejemplo de esto es el método Montessori, cada vez más de moda, cuyo servicio de educación propone que desde pequeños los niños tengan las habilidades para tomar decisiones, de esta forma tendrán agencia e independencia de sus padres.
Añadido a lo anterior, la educación formal presenta un reto más, además del cambio del paradigma hacia una enseñanza basada en el pensamiento crítico, y son las plataformas de aprendizaje en línea como Platzi y Crehana. La tecnología le permite a las personas, también, aprender dónde, cuándo y como quieran. Lugares como Crehana cuentan con más de 700 cursos de distintas índoles y para el 2021 tenían alrededor de siete millones de estudiantes en toda América Latina. Estas plataformas, además, cuentan con un diseño que ha centrado sus esfuerzos en las necesidades, motivaciones y dolores de los usuarios. Desde el user centricity construyen experiencias de aprendizaje que se ajusten a la necesidades de los estudiantes.
Por su parte, Elon Musk, el multimillonario y máximo accionista de Tesla y Space X, ha fundado tres colegios: Ad Astra, Astro Nova y Synthesis, lugares educativos en los que se le enseña a los estudiantes cómo resolver problemas complejos, pensamiento crítico y estratégico. Inicialmente, los colegios eran solo para hijos de trabajadores de sus empresas, sin embargo, al ver la acogida, las puertas se han abierto al mundo.
¿Cuál es la visión haptiqueña del futuro?
El paradigma educacional irá cambiando. Tal vez no sea un movimiento vertiginoso, sin embargo a medida de que los niños y adolescentes tengan más oportunidades de acceder al internet y a nuevas tecnologías, sus necesidades específicas frente a la educación cambiarán, y buscarán espacios en los que puedan aprender habilidades blandas y temas relacionados a cómo vivir, cómo resolver problemas, liderar y tomar decisiones. Esto, sumado al hecho de que el mercado busca cada vez más perfiles profesionales con abanicos amplios de saberes y quehaceres y no tan solo personas especializadas en un único tema, hará que la educación tradicional vaya perdiendo terreno hasta llegar a un punto en el que o se adapta al mercado o desaparece.
En el futuro las instituciones educativas tendrán que preguntarse entonces cómo pueden hacer para entender las necesidades específicas de los estudiantes para potenciarlas.
Tal vez todos los estudiantes ya no necesitarán saber de memoria la tabla periódica, ni la historia de sus países, sino aprender específicamente métodos para liderar, solucionar y tomar decisiones, ya que muchos de los conocimientos mencionados anteriormente serán solucionados por la tecnología. Por esa razón, clases de meditación y empatía, entre otras, cada vez ganan más fuerza dentro de los horarios escolares.
Tampoco, entonces, dominará el ambiente académico con horarios específicos, lugares físicos, y un pénsum que está escrito en asfalto. Las nuevas ofertas académicas ponen sobre la mesa la posibilidad de estudiar y aprender sobre lo que quieran, cuándo quieran y como quieran, hecho que pondrá a las instituciones académicas en una situación específica de cómo deben generar el contenido, ¿con profesores en clases estrictas o con contenido on demand?
Asimismo, en un mundo en el que las experiencias cada vez toman más fuerza e importancia no solo en la forma en que se vive sino también cómo se aprende, las instituciones educativas están ante la oportunidad de diseñar sus ofertas como servicios que ocurren en el tiempo, con puntos de contacto y procesos que generarán en el usuario recordación y fidelización.
Al final, sobre todas estas aristas queda volando la pregunta de cómo las instituciones académicas se están preparando para un ambiente de aprendizaje cambiante en el que los estudiantes buscan aprender cómo vivir la vida.
En Háptica sugerimos:
1. Investigar y analizar
Conocer a profundidad a los estudiantes y preguntarse si la educación está centrada en sus necesidades. De esta manera, el paso a seguir será construir estrategias que respondan a lo que ellos verdaderamente necesitan.
2. Prototipar
En el diseño, antes de lanzar grandes productos o cambios, primero se prototipan las ideas a menor escala, para de esta manera sacar conclusiones rápidas y que se puedan ir perfeccionando en el andar.
