La tentación del anonimato

Edgar
Bitcoin México
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6 min readJul 6, 2015

¿Por qué nos tienta el anonimato? ¿Por qué aprovechamos el hecho de estar solos, sin ser vistos por ojos ajenos, para llevar a cabo cosas que no haríamos si alguien nos mirara?

En primer lugar podemos sentirnos liberados de juicio. Y sí estamos liberados del juicio nos libramos así mismo del castigo coercitivo.

El juicio sólo puede llegar por una segunda o tercera persona, jamás llegará de nosotros mismos. O tal vez el juicio sí llegue de nuestros pensamientos. Nuestra moral actuando como aquello a lo que llamamos “conciencia”. Eso puede suceder, y sentirnos culpables, pero eso sería toda la consecuencia: la culpabilidad. No habría una fuerza externa sometiéndonos a un castigo. Un castigo coercitivo que puede afectar nuestro cuerpo, nuestro exterior.

La mayoría de los seres humanos preferimos experimentar un castigo interno (en mente y/o alma) que un castigo externo (en cuerpo o en nuestra situación social entendida como libertad de movimiento y de disfrutar de nuestros sentidos).

Creemos que es más dañino el castigo externo y por ende más indeseable pero ¿es eso cierto? ¿Es más dañino para el hombre un castigo externo que uno interno?

Un castigo externo puede ser más doloroso que la culpabilidad interna. Al menos en percepción porque lo llevaríamos sobre nuestro cuerpo, de manera física, así se convertiría en algo que llamamos “real”. Para los humanos la culpabilidad interna es una roncha que da comezón, el dolor físico es fuego que produce una llaga.

La culpabilidad puede ser aliviada por los resultados de nuestros malos actos. Por ejemplo: el placer de las compras con dinero robado puede hacer que un individuo se olvide de su mala acción, incluso puede darse el caso extremo de que el robo llegue a parecer un acto bueno después de ver los resultados obtenidos. Sin embargo las consecuencias de un castigo coercitivo son más difíciles de evitar ya que el individuo debe hacer uso de fuerza física en oposición a otra en sentido contrario. En cambio evitar o disminuir la culpabilidad no conlleva un acto de fuerza desmesurada. Es como quitar el polvo de una superficie (¿qué peso puede tener el polvo?). Eludir un castigo coercitivo exige mayor fuerza. Pide resistencia. Como levantar rocas. Si tenemos que decidir entre cargar rocas (arriesgarnos en contra de un castigo coercitivo) o limpiar polvo (atentar en contra de nuestra propia conciencia) muchos (por no decir todos) optarían por limpiar el polvo de sus conciencias (1).

Abel decidió matar a Caín cobijado por el anonimato que le brindaba el campo. Anónimo decidió presentarse ante la opinión pública el sub-comandante Marcos para encabezar en descontento de los pueblos indígenas.

Es tal vez por todo lo anterior que una persona encargada de trabajar en favor de las reglas de un determinado sistema de justicia sienta la libertad de traicionar a dicho sistema cuando se le presenta la condición del anonimato. Un caso así sucedió en días recientes en los Estados Unidos de Norteamérica. Véamos:

NOTA ANTES DE COMENZAR

  1. Ross Ulbricht alías Dread pirate Roberts. Creador de Silk Road.
  2. Carl M. Force, alías nob. Agente encubierto.
  3. Curtis Green, alías chronicpain. Administrador de Silk Road contratado por Ulbricht.

En el año 2012, en el estado norteamericano de Baltimore, fue creado un equipo de fuerzas especiales para investigar las operaciones ilegales de compra y venta de drogas realizadas en el sitio electrónico conocido como Silk Road (en español Ruta de la seda, en alusión a la ruta comercial que se extendió por todo el continente asiático a partir del año 206 a.C.).

En el equipo figuraba un agente de nombre Carl M. Force. Este investigador adoptó una identidad secreta en línea y escogió por seudónimo nob, que traducido sería “pez gordo”. Es decir una persona de alta posición dentro de un círculo social determinado.

La principal misión de Force era la de detectar a la(s) mente(s) detrás de Silk Road y crear una relación de confianza con el (ellos). Eventualmente el detective dio con la cabeza principal detrás del sitio, un sujeto a quien en ese momento se le conocía con el alías electrónico de Dread pirate Roberts y cuyo verdadero nombre se destapó más tarde como Ross Ulbricht.

A pesar de la desafortunada elección del apodo por el que se daría a conocer el agente en línea (“pez gordo” ¿hay un nombre más obvio?) y de las sospechas de muchos de los usuarios de Silk Road, Force logró completar exitósamente la misión y terminó ganándose la entera confianza de Ulbricht.

A finales del 2012 Carl M. Force (nob) colocó a la venta en Silk Road 1 kg. de cocaína por un valor aproximado de $27,000 dólares en Bitcoin como parte de la estrategia para atrapar a Ross. Force pidió ayuda al mismo Ross Ulbricht para vender la mercancía. Este último no lo dudó y se dio a la tarea de conectar a Force con uno de los administradores de Silk Road al que se le conocía con el usuario chronicpain y cuyo nombre real era Curtis Green. Este encontró rápidamente un comprador y se ofreció a recibir el paquete de cocaína en su misma casa, para después entregarlo al consumidor (claramente un gravísimo error).

El 17 de Enero de 2013 el paquete llegó y justo en el momento en que Green lo abría un equipo SWAT irrumpió en su domicilio y Curtis Green (chronicpain) fue arrestado.

Ross se enteró del arresto de Green pero jamás dudó de Carl M. Force y no lo consideró un traidor (Ross ni siquiera conocía en persona a Force). Ulbricht prefirió juzgar a su mismo ex-administrador Green como enemigo y traidor por alguna extraña razón.

Ulbricht siempre mantuvo sus reservas con respecto a chronicpain (Green). Pensaba que el trabajo que chronicpain prestó a Silk Road lo hizo pensando más en las ganancias monetarias que en los ideales de libertad pregonados por el sitio de internet. Ross fue más allá y confío al agente encubierto Carl M. Force los sentimientos que guardaba con respecto a chronicpain y le solicitó que le proveyera de unos golpeadores para desalentar a chronicpain de cooperar con las autoridades. Poco después la petición de Ulbricht cambió, ya no era — golpéenlo — ahora era -mátenlo- (según la versión de las autoridades). El agente supo que era hora de actuar.

Días más tarde, el martes 1 de Octubre de 2013, Ulbricht fue detenido en una biblioteca pública de San Francisco (pueden leer algo de eso aquí). Fue hasta el día 29 de Mayo de 2015 que a Ross, alías Dread Pirate Roberts, se le condenó a cadena perpetua gracias al trabajo encubierto del agente Carl M. Force alías nob.

Hasta aquí la historia del agente Force pudo terminar como una muestra de éxito del sistema de justicia estadounidense. Sin embargo todo tomó un rumbo muy diferente e inesperado.

El pasado jueves 2 de Julio de 2015 varios medios de comunicación informaron que un agente que había participado en la investigación conducida en contra de Silk Road fue encontrado culpable de extraer más de $700,000 dólares en Bitcoin para uso personal. Tal agente era Carl M. Force (alias nob).

Seducido por la percepción de anonimato ofrecida por la moneda virtual y la red profunda de internet, Force… obtuvo fraudulentamente cientos de miles de dólares en bitcoins.

Lo anterior lo manifestó la fiscal adjunta general Leslie Caldwell.

El detective encubierto Carl Force aprovechando el conocimiento obtenido por su trabajo de investigación en Bitcoin y Silk Road creo otros alías (presuntamente French Maid -Mucama francesa- y Death from Above -Muerte desde arriba-) para obtener miles de dólares en bitcoins que usaría para su propio beneficio. El uso de Bitcoin es ciertamente anónimo, el problema fue que Force desvió los recursos financieros obtenidos a sus cuentas bancarias personales las cuales están concretamente ligadas a una sola persona.

Esta historia se presta para el emocionante argumento de una película (tan es así que el agente Force se aseguró de negociar con los estudios Fox los derechos para un filme acerca de la investigación de Silk Road en la que participó) pero queda claro que una vez más la realidad supera a la ficción.

Bitcoin fue pensado por sus creadores como un sistema que no requiriera confianza en el voluble e impredecible factor humano, sino solamente en una infalible e inflexible ecuación matemática. Sin embargo, paradójicamente, gran parte de su futuro éxito descansa en el uso que los hombres le den a las ventajas que presta: el anonimato y la auto-regulación.

Si más gente inescrupulosa logra acercarse a la tecnología de Bitcoin este finalmente caerá como lo que muchos desean considerarlo: una moneda exclusiva para la comisión de delitos. Ahora todo depende de la naturaleza humana.

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Edgar
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Cine, historia, literatura, política, economía y marketing mis pasiones. “Nuestros miedos nos mienten por anticipado” Donald Draper (Mad Men)