¿Cuál es tu objetivo?
Subir a un taxi y no saber a dónde ir no tiene sentido y cuesta dinero.
Ultimamente estoy conversando con muchas personas que tienen grandes ideas y me cuentan como lo quieren hacer y porque lo quieren hacer y como lo van a hacer etc, etc. Inclusive a mi me pasa cada día, cada página web que visito o en cada lugar al que voy me surgen ideas o dudas sobre mil cosas que tengo ganas de hacer.
El problema que tengo es que aunque tenga mil ideas geniales en la cabeza, haciendo mi check list me he dado cuenta de que muchas de esas ideas no me sirven de nada en este momento para las cosas que necesito o quiero lograr y solo me quedan capturarlas y guardarlas para usarlas en algún momento.
Muchas de esas ideas que me exponen en conversaciones se caen a pedazos para las personas que me las cuentan, cuando hago la gran pregunta: ¿A dónde quieres llegar?¿Cuál es el tu objetivo?.
Muchos estamos mal acostumbrados (sobre todo en el mundo publicitario) de que las ideas venden y que las ideas son lo más importante. Yo llegué a la conclusión de que no es así.
Y antes de que muchos se rasguen las vestiduras les explico por qué:
Las ideas (personalmente) son parte de un proceso de solución a algo, no son el fin, sino el medio. Es un ingrediente de una parte de la receta. Podemos tener mil ideas geniales, como tener cien tomates en un canasto.
En cambio, tener un objetivo y una meta clara creo que es la clave. Saber a donde queremos llegar y la motivación de por qué queremos llegar a ese lugar debería ser nuestro principal foco ante cada cosa que hacemos.
Por eso siempre veo este ejemplo como el del taxi: Puedes subir a uno y pedir al conductor que te lleve. (Qué genial idea!) Pero si no le dices a dónde, el no sabrá la ruta ni el lugar y lo único que harás es dar vueltas y perder dinero. (Lo que a muchos taxistas (proveedores) no les preocupa).
Sobre todo a la hora de trabajar, sea con un equipo o solos, tener muy en claro antes de empezar a hacer nada cuales son los objetivos que tenemos además de sus metas y a partir de ahí generar las ideas como soluciones, aunque el proceso sea más difícil, el resultado aseguro que será más beneficioso para todos.
Hoy con la saturación de información, el multitasking, la sobre valoración de ideas hemos perdido el foco, que debe ser siempre saber donde queremos clavar nuestra bandera. A donde queremos llegar.
Una de las acciones que tomé para controlar mi sobredosis de ideas y poder enfocarme es cada día tener muy claro mis objetivos y metas, inclusive antes de mi agenda y tareas y de esta manera organizar mi vida de la mejor manera. Cuesta mucho, porque tenemos el impulso de querer aplicar nuestras grandes ideas a nuestra vida, pero lastimosamente eso nos hace perder el norte y por sobre todo nuestros objetivos.
Entonces cada lista de tareas, agenda e ideas están tituladas siempre con su objetivos y metas, para así no olvidarnos nunca a donde queremos llegar.
Y tú… ¿Cuál es tu objetivo?.
