Puf Cómics: 7-Simulador de Matasanos

Raúl HB
3 min readApr 17, 2018

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Bisturí (bisturí). Fórceps (fórceps). Helicóptero Apache (?)

Vamos a ello. Bien, Surgeon Simulator, o también uno de mis juegos indie favoritos de 2018 (al menos en lo que llevamos de año).

La historia detrás del juego

Os lo he puesto en un título bonito porque quizás influya en mi opinión a la hora de escribir. Me explico:

Este juego lo vi por primera vez en una Game Jam, en el ordenador de una amiga (Luly). Se lo estaba enseñando a otro amigo (Migue). Y yo con la cabecica por encima del hombro de este, partiéndome la caja con los controles.

Meses después, con mi primer sueldo, me compré mi primer porrón de juegos por un precio irrisorio en Steam. Entre ellos, el pack Surgeon Simulator + I am Bread.

Ahí sentí en mis propias carnes el maravilloso y ortopédico control de movimientos.

Para que os hagáis una idea, controlas una mano con teclado y ratón. Tu mano izquierda se reparte entre las teclas: A, W, E, R y barra espaciadora. Si os paráis un segundo a colocar la mano como corresponde, os daréis cuenta de que cada tecla corresponde a un dedo de la mano izquierda. Al pulsar, lo que haréis será “cerrar” ese dedo.

Bien, con el ratón: si lo mueves, mueves la mano por el espacio. Si haces click izquierdo, mueves el brazo hacia abajo. Si haces click derecho y mueves el ratón, rotas la mano.

Jodido, ¿eh?

Vale, pues el primer nivel es un transplante de corazón.

Y claro, tú te meas de la risa. ¿Tengo que hacer un transplante de corazón si con estos controles probablemente no sabría cortarme una uña?

Y te dejan una mesa llena de cosas. Instrumental médico, sí (bisturís, jeringuillas, una sierra ósea, etc. etc.) Pero también te dejan un martillo, un hacha, tijeras, bolígrafos, una taza, una botella de refresco vacía, un extintor…

Y tienes que coger los instrumentos necesarios en medio de ese mar de cosas.

Y averiguas que tienes que quitarle las costillas al paciente. Ya como quieras hacerlo es cosa tuya. Mi recomendación es con la sierra circular, pero el martillo y el láser también funcionan.

Luego, si lo haces mal, el paciente se empieza a desangrar mucho (que se desangre un poquito es normal). Y vas a coger la jeringuilla verde. Y la coges mal y te pinchas. Y empiezas a verlo todo borroso y de colorines.

Yo que sé, voy a dejar de destripar el juego (jaj).

Yendo a un apartado más técnico, la estética hace que el juego baile en una fina línea entre lo realista y lo cómico. Con lo fácil que es caer en uno de los dos lados.

No sé. Es divertido. Si podéis y no os da muy mal rollo todo el tema de operaciones y hospitales, dadle un tiento. Creo que no deja indiferente a nadie.

Ya veréis las risas con el trasplante de ojos.

¡Hasta la semana que viene!

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