Cómo pasé de 0 a 7.000 suscriptores en Youtube en un año (¡y subiendo!)

Victor Abarca
Blog de Victor Abarca
6 min readMar 15, 2016

Mi aventura en YouTube comenzó a finales de enero del año pasado con un vídeo del unboxing de una consola de Nintendo. Con ese gesto sabía muy bien lo que estaba haciendo: sumándome a una red que a día de hoy es la más visitada a nivel mundial y que tiene más visualizaciones que la televisión tradicional. También sabía que si comenzaba subiendo ese unboxing la cosa no podía terminar ahí.

Si estas leyendo este texto sabrás que me dedico al marketing digital desde hace unos años y soy uno de esos a los que llaman “nativos de Internet”. Comencé haciendo mis pinitos en Fotolog, Myspace, Tuenti, etc. Conozco las redes sociales y conozco el cómo se controla y gestiona una comunidad de usuarios. Pero desde hacía unos años me había puesto detrás de otras marcas para darles voz y había dejado la mía personal en barbecho. Lo suficiente como para que pudiera revivirla en una nueva red, esta vez aplicando no solo la intuición del que vive en el entorno digital, sino de alguien con la capacidad de crear estrategias, fidelizar y buscar una audiencia afín y por supuesto, rentable.

Estaba animado a comenzar una comunidad hispanohablante de jugadores de videojuegos, ya que es mi gran pasión, y que además fueran mayores de edad. En una red donde los grandes YouTubers como El Rubius, JPelirrojo, Mangel y otros muchos han declarado que la edad media de sus suscriptores era de 14 años intenté seleccionar un target que estuviera próximo a mi edad, ahora tengo 25, y que fuera económica independiente.

En las redes sociales, conseguir el éxito no depende únicamente del contenido. El contenido supone el 50% del crecimiento; el networking y la difusión es el resto.

Cuando establecí la estrategia que seguiría para YouTube pensé siempre en un contenido que fuera relativamente fácil de hacer, a la par que tuviera calidad -crear el producto mínimo viable- e interactuar con los suscriptores todo lo que pudiera. La multicanalidad podía ser un problema de dispersión sobre todo al comienzo de este nuevo reto, por lo que Twitter, Facebook y otros canales no se convirtieron en primer momento como redes donde difundir el contenido, al menos, no al comienzo.

Quería testear la viabilidad del proyecto, su repercusión e impacto, y al mismo tiempo crear una nueva comunidad de usuarios con un punto en común: los videojuegos. Por ese motivo no quería usar las otras redes en las que tengo presencia. Twitter lo usaba para comunicar cosas sobre marketing y tecnología, Instagram es mi repositorio de fotos personales y en LinkedIn tengo una presencia profesional, poco “amateur”, como así tendrían los primeros vídeos de YouTube.

Una vez que lancé mi primer vídeo me puse con el siguiente, y después con el siguiente. La repercusión vino relativamente pronto cuando vi que una comparativa entre dos consolas portátiles ascendió en unos pocos días de la nada a más de 2.000 visualizaciones, después a 3.000 hasta las 90.000 que tiene hoy en día. Al mismo tiempo vi como el canal iba cogiendo poco a poco tracción. Para fidelizar a los nuevos suscriptores interactuaba con ellos todos los días, escribiendo largas respuestas a sus comentarios y siempre invitándoles a que escribieran aún más.

Durante esos primeros meses cada suscriptor era un tesoro, casi podía decir que me sabía el nick de cada uno. Cada noche lo último que hacía era mirar el número de suscriptores y comentarios que tenía y a la mañana siguiente volvía a hacer un recuento para ver cuántos se habían suscrito desde Latinoamérica.

Suscriptores conseguidos en el canal durante los 6 primeros meses de vida

Llegué a los 1.000 suscriptores a finales de junio. Durante seis meses los suscriptores habían ido apareciendo con cuentagotas. Aún así estaba completamente volcado en seguir subiendo contenido. Poco a poco iba moldeando el canal añadiéndole una cabecera, una entrada a los vídeos, un saludo personal y por supuesto una fórmula con la que iniciaba siempre los vídeos. Esta fórmula es como el gesto de Nadal antes de empezar un partido: un pequeño ritual en el que uno mismo se prepara para lo que va a decir a la cámara, y el espectador se prepara porque sabe a quién está viendo delante. Un gesto familiar que poco a poco va calando de forma inconsciente. Así, en todos los vídeos comienzo con un primer plano y presentándome “Hola a todos, soy Víctor Abarca y en este vídeo vamos a ver (…) ¡Dentro vídeo!”

En septiembre ya tenía 2.000 suscriptores. Justo en el mismo momento en el que llegaba a Tokyo para ver y grabar día a día mis andanzas por la cuna del videojuego. Estar en esa ciudad justo cuando se celebraba uno de los eventos más importantes del mundo del videojuego era un sueño para mi y así quería transmitírselo a los suscriptores. Mostré día a día el Tokyo Game Show en el canal. Volvía pronto al apartamento tokiota para montar el vídeo y que con la diferencia horaria los suscriptores pudieran verlo a una hora temprana. Cuando uno se toma tan en serio su proyecto que incluso planea el resto de los eventos de un viaje para que puedan coexistir con él es cuando uno se da cuenta de que el proyecto sí puede funcionar, porque uno mismo hace que funcione con toda su pasión.

El canal fue creciendo poco a poco y a medida que aumentaba en suscriptores, aumentaba en comentarios. A veces, no siempre buenos, pero eso es motivo para otro post que comentaré más adelante por aquí. Quería que la comunidad fuera lo más amigable, abierta y volcada posible por lo que siempre respondo a los suscriptores, incluso cuando son comentarios negativos. Busco el diálogo y no la controversia. De este modo he conseguido que personas que vinieron con una conducta muy negativa, terminaran siendo grandes suscriptores. Siempre parto de que si has visto el vídeo, y lo criticas, al menos algo le habrá interesado porque sino, no se hubiera quedado a verlo.

A finales de noviembre éramos ya 3.000 los suscriptores en el canal. Una cifra increíblemente bonita, y sinceramente, si me hubieran dicho en enero que a finales de noviembre, primeros de diciembre tendría esa cantidad de suscriptores hubiera dicho que no sería posible. Pero ahí estaban esas 3.000 personas que se habían suscrito al contenido del canal y que querían ver día a día nuevos contenidos.

Evolucion de suscriptores a lo largo del primer año de vida del canal

Además de publicar un vídeo cada día, seguí respondiendo a los comentarios de forma distendida como cuando el canal era una comunidad más pequeña. De este modo, y debido al efecto exponencial de las redes sociales, el canal ha pasado a tener 4.000 suscriptores. Estos últimos 1.000 suscriptores fueron en menos de 15 días.

A día de hoy el canal cuenta con 7.000 suscriptores y cerca de las 700.000 visualizaciones. Cuando uno ve las estadística que ofrece Google y los comentarios es cuando coges perspectiva y dices: “Esto puede funcionar”.

Sin duda no está siendo un camino sencillo. Los bajos ingresos de YouTube y la altísima competencia que hay en la red hacen que pueda desistir cualquiera, sin embargo las ganas de querer sacar adelante este proyecto y la pasión con la que lo vivimos tanto los suscriptores como yo, es lo que hace que siga subiendo contenido casi a diario, esforzándome cada vez más y diciendo: ¡sí, se puede lograr!

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Victor Abarca
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Hago vídeos en YouTube sobre cómo la tecnología y la cultura digital impacta en nuestras vidas.