JAV 14: Experiencias — 1ra Parte
Hace un tiempo les preguntamos a los últimos egresados del programa Jóvenes de Alto Vuelo, si se animaban a escribir unas palabras sobre su experiencia a lo largo de las distintas etapas que fueron viviendo. Para nuestra sorpresa, además que se hayan animado, fue la calidez con la cual se expresaron y contaron sobre el tema.
En esta primera entrega les compartimos tres de estas experiencias de jóvenes que pasaron por nuestra última edición de JAV. Porque si bien ya hemos escrito alguna vez lo que representa “la escuelita” (como le decimos cariñosamente) para quienes la organizamos, hoy queremos que lo lean de los mismos protagonistas. Ana, Fede, Javi, muchas gracias por compartir!
Experiencia Ana
Un poco de contexto
Comencé hace 2 años la carrera de informática sin tener mucha idea en qué me estaba metiendo ni en qué iba a terminar. Ingresé con la idea de probar algo nuevo, medio de careta, ya que venía de haber estudiado otra cosa y no sabía cómo me iba a adaptar (teniendo en cuenta que mis conocimientos sobre el tema tendían a cero en todo sentido).
Para mi sorpresa descubrí un gran interés por la programación desde el primer día que ingresé a la facultad. Si bien no me resultó fácil, considerando que no caigo en el estereotipo de persona inteligente ni mucho menos, es distinto encarar algo cuando te gusta por más que te cueste. Dicho sea de paso, tiro con un poco de propiedad la famosa frase “nunca es tarde para aprender a programar”.
En mi segundo año, si bien ya estaba pensando en que me gustaría dedicarme a esto un 100%, pensaba afianzar mis conocimientos un poco más (o bastante) antes de buscar un primer empleo de desarrollo. En ese contexto veo que un profe publica en el canal de un curso un link para anotarse a JAV.
Investigando un poco de la empresa y del programa, lo primero que pensé, como buena uruguaya que soy, es: “No tengo chances.” Si bien el llamado pedía conocimientos mínimos para el ingreso, me imaginaba que, tras un proceso de selección tan grande y pensando en toda la gente que podría aplicar, nunca iba a lograr pasar las instancias de evaluación.
Sin embargo, decidí anotarme ya que me resultó muy atractiva la propuesta de la capacitación inicial, y también de horarios como para poder continuar de estudiar sin problemas. Pero más que nada me pareció una buena oportunidad como para adquirir experiencia en procesos de selección, más aún proviniendo de una empresa como Despegar.
Proceso de selección
Como venía mentalizada de que no iba a quedar, me tomé bastante tranqui todo el proceso. Es más, casi no me conecto a la entrevista técnica porque me había llegado mail del invite con hora de Reino Unido y lo noté a último momento.
Si no me sentía preparada para ninguna evaluación, para esta última menos ya que de la nada la tenía en 15 minutos. Pero nuevamente la remé como pude, y no sé qué pasó después pero para mi sorpresa terminé quedando seleccionada.
Hago un pare para reconocer la buena onda de todas las personas que formaron parte del proceso, tanto en las pruebas técnicas como en las entrevistas con recursos humanos. Desde un inicio se notó la calidad humana y excelencia en todos las tareas desarrolladas.
Jóvenes de Alto Vuelo
Y llegó el día que comencé con JAV, o con la escuelita como le llaman. El grupo era de 25 personas, de las cuales 5 éramos de Uruguay. Debido a la pandemia, fue la primera vez que se dictó el programa de forma virtual (lo cual agradezco ya que por ese motivo pudieron extenderlo al otro lado del charco).
Además de la organización, lo otro que me llamó la atención desde un inicio fue la disposición de tanta gente en colaborar para JAV, ya sea preparando las tareas, exponiendo algún tema, o estando presentes para evacuar cualquier tipo de dudas o conceptos. Incluso cada uno de nosotros tenía asignada una persona para acompañarnos durante todo el programa como apoyo extra técnico (y moral, no menos importante).
El programa se dividía en una parte de dictado de clases teórico-prácticas, y luego un trabajo práctico (o TP) individual, para el cual también nos asignaron una persona para darnos seguimiento. Aprovecho este punto para agradecerle a todo el equipo involucrado, ya que no puedo creer la paciencia que me tuvieron y el empeño que pusieron en transmitir sus conocimientos.
En lo personal desconocía muchas de las temáticas que vimos en la capacitación, por lo cual la misma resultó ser un desafío para mí y una instancia de mucho aprendizaje. Particularmente en mi caso fue clave hacer el TP, sobretodo por el feedback constante de mi correctora que me ayudó a comprender el problema y encararlo de la mejor manera posible.
Graduación y distribución de equipos
Finalmente culminamos con la escuelita y tocó el momento divertido de descubrir a qué equipos nos habían asignado. La parte de los criterios tomados para esto la desconozco, pero me pareció muy valioso que hayan invertido tiempo y esfuerzo en evaluarnos en todo momento, siempre con ánimos de brindarnos el mayor apoyo posible y teniendo en cuenta nuestras preferencias o intereses.
Al día de hoy estoy muy contenta de formar parte de Despegar, y en particular del equipo de Checkout con el cual me encuentro trabajando hoy (el mejor :D). Sigo aprendiendo cada día de todos mis compañeros, y espero poder aportar cada vez más y mejor en esta hermosa empresa donde da gusto trabajar.
Experiencia Fede
Intro
El 19 de abril del 2021 se publicó en la cuenta de Despegar que este año habría una nueva edición de JAV. Por un conocido sabía que: “Es una oportunidad única para arrancar a trabajar si no tenés experiencia previa. Te capacitan tres meses y después arrancas a trabajar en un equipo, todo mientras sos empleado (o sea, te pagan por aprender)”. A día de hoy no vi nada parecido en la industria de IT y el hecho de que se lleva haciendo tantos años da una pauta de lo rentable que es para ambas partes.
Experiencia personal
Pasé por varias entrevistas, exámenes, todo super acompañado y con predisposición por parte del equipo para sacarme todas las dudas. Finalmente me dieron la noticia y quedé. Arrancamos en agosto. Mi primer trabajo en la industria de IT.
Estoy ahora llegando al 5to año de la carrera de Ingeniería en Computación, tengo unas bases bastante sólidas. En JAV pude poner en práctica todo lo que vengo aprendiendo. Bibliotecas, buenas prácticas de programación, herramientas para desarrolladores, todo desde lo técnico hasta lo humano, la experiencia fue excelente.
Las clases son dadas por gente que la tiene muy clara en el tema, y que son tus futurxs compañerxs de trabajo, quienes le dedican tiempo y pasión para ver cómo enseñarte un tema de manera que lo entiendas lo mejor posible y lo pongas en práctica con ejercicios. Gente que te invita a construir el espacio de aprendizaje con ellxs, a participar, y a crecer. Que no te pone barreras, más bien te facilita el camino para que puedas avanzar, busca que le digas “che, y por qué x es una mejor solución que y? No es mejor hacer z?”.
Entrar a laburar en Despe ya de por sí es algo muy lindo, pero entrar por JAV no tiene comparación. Te llevas un montón de conocimiento desde lo técnico hasta lo organizativo, pasando por lo humano, la “cultura Despe” se te pega. Desde el día 1 que se presentó hasta el CTO hasta el último día en el que cada JAV fue enviado a un equipo, no paré de conocer personas copadas, amistosas y predispuestas a dar una mano.
Al escribir esto pensé “fua, esto parece re armado”, y me acordé de cuando el primer día vinieron a contar sus experiencias ex JAVs diciendo cosas muy parecidas. Bueno, ahora lo confirmo, es así e invito a cualquiera que quiera comprobarlo.
En estos tres meses disfruté una experiencia que recomendaría a cualquier persona intentar. Era levantarme y tener ganas de entrar a la llamada a ver qué íbamos a aprender ese día, o a seguir con el proyecto final, a saludar a mis compañerxs. En lo personal, siento que pegué un salto. Fue un crecimiento profesional en todo sentido y eso, gracias a todas las personas que organizaron la escuelita, compañerxs de trabajo que saben que el producto de JAV son sus futuros colegas.
Algo más…
Siendo más taxativos, en el primer mes y medio nos enseñaron todo lo necesario para poner en práctica en un trabajo de backend. Clases divertidas, llenas de memes, para nada monótonas y que buscaban la participación de lxs JAVs. Teníamos un tutor (tutora en mi caso) con quien nos reuníamos diariamente a charlar, y nos seguía individualmente para ver si habíamos tenido algún problema o dificultad con algún tema. ¡Unx tutorx por persona! Y encima, para el trabajo, teníamos unx correctorx. O sea, dos personas por cada JAV acompañando el proceso de aprendizaje. A todo esto se le agregaban los espacios de consulta a la tarde (y bueno, durante las clases de más está decir). Simplemente excelente.
Además, semanalmente había reuniones con gente de RRHH con actividades recreativas para conocernos un poco mejor y favorecer el ambiente de trabajo.
Experiencia Javi
Mi experiencia durante el programa Jóvenes de Alto Vuelo durante el año 2021 fue bastante particular:
Habiendo egresado de un colegio técnico en computación el año anterior, me encontraba ya trabajando como desarrollador en una empresa donde no me sentía incluido en lo absoluto, me sentía abandonado por el personal de recursos humanos, no me sentía bien valorado, no encontraba desafíos que me apasionaran, no me sentía bien con el trato por parte del project manager del equipo hacia mí, en pocas palabras, no me sentía querido por la empresa. Un día, en mis, cada vez más frecuentes, revisiones a LinkedIn, observé una publicación que me pareció muy interesante y una excelente forma de “re-empezar” en mi carrera como desarrollador de software, se trataba de una búsqueda de personal para pasar por una capacitación de primer empleo, en nada más ni nada menos que Despegar; con algo de miedo, principalmente a ser rechazado, decidí inscribirme.
Luego de un proceso de selección, de varias etapas pero con tiempos de respuesta muy cortos, fui notificado de que había tenido éxito en dicho proceso, al poco tiempo recibí mi kit de bienvenida en una bellísima mochila y con una linda remera, que incluso a veces creo que uso más fuera del trabajo que durante el mismo.
Un lunes 9 de agosto tuve la primera reunión para comenzar el programa; si en esta altura todavía seguía inseguro con respecto a mi decisión, luego de la reunión entendí perfectamente que había tomado la decisión correcta. A lo largo del programa adquirí un montón de conocimientos, tanto de herramientas que hoy en día utilizo, buenas prácticas, e incluso herramientas que todavía no he utilizado pero que me encanta conocer; conocí a increíbles personas a las que hoy puedo llamar, con orgullo, compañeros, y para cerrar el programa, nos fue encomendada la tarea de hacer un trabajo integrando los conocimientos que habíamos adquirido y que, más allá del sufrimiento que me puede haber ocasionado en su momento, considero que fue una tarea excelente y muy similar al tipo de problemas que actualmente solucionamos en Despegar.
Me es imposible describir lo excelente que fue mi experiencia y lo agradecido que estoy por haber tenido esta oportunidad, por haber vivido esta experiencia y por encontrarme actualmente feliz trabajando en una empresa compuesta por personas increíbles, donde aprendo cada vez más, donde siempre me siento incluido en la cultura de la misma y donde nunca me falta apoyo y acompañamiento a la hora de tener problemas incluso más allá del trabajo. Anécdotas para contar hay muchas, desde llegar 10 minutos tarde a una reunión y, en lugar de ser regañado, recibir consejos para dormir mejor; o que Lucio Loiacono pregunte “A alguien le interesaría trabajar en un equipo de Mobile?” y, luego de decirle que sí, me asigne a ese equipo. Pero creo que lo más destacable es la inclusión en la cultura de la empresa desde el primer día; sin dudas, si tuviera que volver a elegir, nuevamente aceptaría participar del programa.