Cómo conseguir que tu hijo pierda miedo al dentista

El médico más temido por la mayoría los niños, el dentista. Muchos niños se sienten ansiosos al saber que tienen que visitar el consultorio del dentista para examinar sus pequeñas bocas.

Algunos explican que este miedo de los niños al dentista puede que se deba principalmente a una especie de “contagio familiar”, es decir, una ansiedad provocada por los padres, porque puede que uno de ellos, o ambos, también sientan miedo al visitar al dentista y terminar por pasar ese miedo a sus hijos.

Pero hoy vamos a darte algunos consejos para calmar la ansiedad que pueden sufrir los niños y hacerles sentir más relajados y aliviados durante sus próximas visitas al dentista.

Háblales sobre la importancia de la salud dental

Explicar la importancia de nuestros dientes hace posible que los niños comprendan la necesidad de visitar el dentista para mantener una buena salud bucal. Enfatiza en que la única persona que puede ayudar a cuidar de la salud de sus dientes es el dentista, que está calificado para ello porque son profesionales con las herramientas y el conocimiento necesario para “arreglar” sus dientes, resolverá todas sus dudas y le dará consejos para cuidar su dentadura.

Consulte con el dentista durante la cita

Durante la primera cita, es importante que el dentista sepa de antemano que el niño está ansioso, para que pueda ser más pedagógico durante la cita.

El dentista puede mostrar al niño la utilidad de cada herramienta, explicarle lo que hará para revisar su boca y cómo lo hará, lo que le permitirá comprender estas acciones mejor y ayudarle a sentirse más tranquilo.

En el momento de la cita, los padres deben cumplir un papel estrictamente de apoyo y dejar que el profesional maneje la situación. Al llegar al consultorio, es bueno que los padres dejen que el niño entre y toque solo, para enfatizar que él es el paciente este día y que es ya un niño “grande”.

Las palabras de aliento durante la espera de la cita son importante para animar al pequeño. Una vez que ingresan a la oficina del dentista, los padres deben desdibujar su autoridad; de hecho, durante esta cita es el profesional el que debe guiar al niño, demostrando así que todo está bajo control, y que el dentista está ahí para ayudarle y no para hacerle daño.

Convierta las visitas al dentista en un hábito

Se aconseja hacer una visita al dentista cada seis meses para ver si todo está bien, permitiendo que los niños asimilen al dentista como un médico al que deben ver a menudo y que al igual que el médico regular que visita para curarse un resfriado, el dentista está para ayudarle y hacerle sentir mejor.