El progreso social de las mujeres en América Latina

Para cerrar el mes internacional de la mujer, período en que anualmente se ponen de relieve los derechos de las Mujeres, comparto con ustedes los principales hallazgos del estudio “El Progreso Social de las Mujeres en América Latina: Hacia la Construcción de Sociedades Equitativas”, publicado el pasado noviembre por Incae Business School y dirigido por Dra. Camelia Ilie-Cardoza, Decana de esa prestigiosa universidad.

El Índice de Progreso Social (IPS)

El IPS un modelo integral que mide el alcance logrado por los países en la satisfacción de las necesidades sociales y medioambientales de sus ciudadanos.

Este utiliza 54 indicadores y excluye las variables económicas, para convertirlas en un referente que permite determinar los efectos de estas sobre las otras tres dimensiones que el mismo modelo establece:

  1. Necesidades Humanas Básicas;
  2. Fundamentos del Bienestar; y
  3. Oportunidades.

El IPS fue diseñado por el Social Progress Imperative con base en las teorías de Amartya Sen, Douglass North, y Joseph Stiglitz, y es el primero en el mundo, que permite este tipo de análisis.

Principales conclusiones del estudio

El nuevo IPS de las Mujeres incluye los 11 indicadores de género del IPS original y otros 20 que componen una cuarta dimensión exclusiva para las Mujeres.

Se utilizó por primera vez en este estudio de INCAE, dando como resultado los siguientes hallazgos:

1) Las leyes o políticas públicas para la igualdad de oportunidades no garantizan su acceso ni uso eficaz por parte de las mujeres. No basta la creación de marcos legales, políticas y programas; es necesaria la promoción activa que los dé a conocer y motive su uso.

2) En cuanto a educación, los resultados muestran también dificultades de acceso y escasa eficacia de las instituciones responsables, en especial cuando se trata de oportunidades para el desarrollo profesional y productivo de las mujeres.

3) En materia laboral, si bien el avance tecnológico podría haber favorecido modelos flexibles para el balance de vida personal y profesional, la realidad es que en América Latina estos son poco conocidos e incipientes, resultando en un porcentaje muy pequeño de beneficiarias.

4) En lo referente a emprendimiento femenino, siguen habiendo escasos resultados. Aún cuando muchas conocen algunas iniciativas vigentes, las mujeres continúan enfrentando fuertes barreras a la hora de acceder al crédito y otros apoyos para el establecimiento de nuevas empresas y, por tanto, pocas han accedido a sus beneficios.

5) En el acceso a posiciones de liderazgo político o de responsabilidad pública, se observan retos similares de acceso, lo cual les impide incidir directamente en posibles reformas para eliminar los sesgos de género vigentes en todas las dimensiones del desarrollo.

6) Finalmente, los patrones culturales y las prácticas sociales prevalecientes en esta Región, siguen asignando roles predominantemente domésticos a la mujer, lo cual limita sus posibilidades de desarrollo personal y desaprovecha su potencial productivo.

En resumen, los resultados de la investigación son bastante desalentadores.

En la percepción de las mujeres latinoamericanas, predomina el pesimismo con relación a los beneficios reales que reciben en los cuatro componentes analizados:

  1. derechos civiles,
  2. potencial educativo,
  3. potencial económico y
  4. potencial político.

Incluso perciben retrocesos en algunas de estas áreas.

Por todo lo anterior, desde BAC Credomatic nos sumamos a la propuesta de INCAE de promover el trabajo conjunto con gobiernos, ONGs, empresas privadas, organismos multilaterales, academia y medios de comunicación, como único medio para crear las condiciones que lleven a hacer efectivo el Progreso Social de las Mujeres en América Latina.

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