Metamorfosis: cómo convertir un chanchito en una ternerita

A sus 12 años de edad, Darwin Javier Guidos Díaz era un niño nicaragüense con mentalidad de hombre grande; moreno, alto, delgado, de dientes perfectos y rasgos muy finos. Inocente, tremendamente reservado y muy popular por lo guapo y serio.

Le ayudaba a su tía en la atención de una pulpería y también a su mamá, Doña María, vendiendo “cosa de horno”. Su madre le enseñó a hacer pan y cuando no tenía tarea escolar, salía con ella a vender y así terminaban rápidamente. Doña María lava y plancha ajeno para aportar al presupuesto familiar. Su marido es obrero de la construcción y gana muy poco.

La llegada de nuestros ejecutivos de BAC Credomatic a su escuela a inicios del año 2011, abrió para este niño la posibilidad de cumplir un sueño anhelado desde que era “chigüín”. Cuando visitaba a los abuelos en su finca, situada en un remoto pueblito de la ciudad de León, jugaba con la cría de la vaca y pensaba para sus adentros: “algún día me compraré una ternera”.

Sus abuelos son personas de campo, humildes, esforzados, trabajadores, parte de esos nicaragüenses a los cuales apenitas les alcanza el ingreso para sobrevivir. Cinco animales conforman su patrimonio más valioso y siempre buscan reproducirlos para garantizar la subsistencia familiar.

Nuestro Programa “Ahorrando para tu Futuro” de BAC Credomatic Nicaragua, es una iniciativa que promueve el hábito del ahorro entre escolares de ese país. Opera mediante la entrega de alcancías con forma de cerdito, cuyo fin es motivar a los niños a economizar durante un año para lograr una meta específica.

Para ello, cuentan con el apoyo de sus padres, maestros y voluntarios de BAC Credomatic, quienes dan seguimiento quincenal al Programa. Cada vez que llegan a la escuela, pesan los chanchitos frente a toda la clase y en una pizarra blanca, anotan el peso alcanzado por cada uno, registrando así el avance en la meta de ahorro de los niños participantes.

Al iniciar el programa en la escuelita Una cita con Dios, ocurrió un evento particular y sorprendente: un niño quería ahorrar dinero para comprar a fin de año una ternera… ¿Estás seguro de que no querés una pelota de fútbol, una bicicleta o una patineta?, le preguntaron los voluntarios muy intrigados. Darwin contestó con mucha firmeza: “Estoy absolutamente seguro de que quiero ahorrar para comprarme una ternera”. Ante la seguridad mostrada por el niño, los voluntarios sugirieron que la maestra hablara con los padres para evitar una frustración futura, pues no pensaron que la meta fuera alcanzable y proponían que Darwin replanteara su ahorro hacia una meta más realista.

Al día siguiente, Doña María fue a la escuela y ratificó su aceptación y el compromiso de la familia para que su hijo pudiera alcanzar su meta. El niño, a su vez, para juntar el dinero, se comprometió a trabajar más días en su tiempo libre, tanto en la pulpería, como vendiendo pan y tortillas en los alrededores de su barrio, conservando además las buenas calificaciones que ostentaba siempre en sus materias escolares.

Viendo el claro compromiso mostrado por el niño y sus familiares, los voluntarios de BAC Credomatic aceptaron la meta planteada y se propusieron apoyar a Darwin para el logro de su ambicioso objetivo.

Llegó el día de contabilizar el dinero de los chanchitos y en fila india, tomaditos de la mano, junto a la maestra y los voluntarios, los niños muy emocionados se dirigieron a la sucursal de BAC Credomatic más cercana, donde un ejecutivo los esperaba para contar el monto de ahorro de cada uno.

Era la primera vez que Darwin entraba a un banco. Esperando en la fila, observaba detenidamente a las personas que caminaban hacia las otras ventanillas. Le llamó poderosamente la atención un hombre de campo, con ropa de trabajo, sombrero y maletín. Cuando llegó su turno, con una carita llena de asombro, Darwin le comentó al cajero: “¡El maletín estaba repleto de reales! ¡Ya quisiera tener todo ese dinero para comprar una finca!

Darwin se sentía ansioso y aunque no logró ahorrar la cantidad de dinero necesaria para comprar la ternera, obtuvo el primer lugar de la escuela, pues fue el niño que alcanzó el monto más alto de ahorro, cosa que lo hizo sentir muy orgulloso. Para premiar el esfuerzo de su hijo, el padre de Darwin y su madrina le regalaron los trescientos córdobas que le hacían falta para completar el precio del animal.

Con sus reales en la bolsa, este pequeño hombre de negocios viajó a León, pagó su ternera y la llevó a la finca de sus abuelos.

Le preguntamos: “¿por qué una ternera y no un ternero?” Desde su lenguaje inocente contestó: “Porque mi abuelo tiene un ternero y cuando mi ternera ya esté grande, ¡el toro la puede ‘cubrir’! Así tendré una cría y va a ser mía; en cambio a los toros los ponen a trabajar y no hacen nada más.

Han pasado 2 años y Darwin ya está en segundo año de secundaria. Su ternera se convirtió en una vaca que ya parió otra ternera. Siguió ahorrando por su cuenta y está a punto de comprar un segundo animal. Esto le permitirá contar con 3 vacas que a su vez seguirán aumentando su ganado.

Con 14 años recién cumplidos, Darwin se hace responsable del alimento y las vacunas de sus animales. Se emociona comentando que hace unos meses, cuando su papá se quedó sin trabajo, el pudo prestarle sus ahorros, hasta que este consiguió trabajo de nuevo.

Evelin María Benavides, maestra de la escuela Una cita con Dios y encargada del proyecto “Ahorrando para tu futuro” en ese centro educativo, lo pone siempre como un ejemplo a seguir para los otros niños.

Darwin se ha transformado en un símbolo, en un referente de esfuerzo y superación. Evelin nos comenta que cuando ingresó a la escuela, era un niño extremadamente tímido, pero la participación en este Programa lo fortaleció de tal forma, que ahora es sociable y seguro de sí mismo.

A partir de la cuenta de ahorros que abrió con BAC Credomatic, Darwin ya está planeando nuevas inversiones. Más adelante piensa vender una de las vacas para comprar un molino y trabajarlo con su mamá.

Según lo que aprendió en las clases de educación financiera del Programa, calcula que si ahorra las ganancias durante los tres años que le faltan para terminar la secundaria, podrá comprarse una camioneta de tina, que pondrá a trabajar haciendo fletes, para así poder pagar, cuando sea grande, la carrera universitaria de ingeniero que aspira tener. Por eso, desde ya, un vecino le está enseñando a conducir.

Otro Darwin, hace más de doscientos años, planteó la teoría de la selección natural, según la cual en las especies vivas, sobrevive el más fuerte, el mejor aspectado, el que es más esforzado, como Darwin Javier Guidos Díaz, quien ha sido capaz de mirar hacia adelante y aprender, crecer y evolucionar hacia una especie más humana, más autosuficiente, más responsable y por supuesto, ¡más feliz!

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