Preservando la Palabra
Un área de interés constante para todo estudiante del Nuevo Testamento — ¡o de cualquier documento antiguo! — es la producción de ediciones críticas, las cuales tienen como único objetivo proponer una reconstrucción de los textos lo más cercana posible a su forma “original”.
En este marco, sumado al lanzamiento en 2012 (Nestle-Aland 28) y 2014 (UBSGNT 5) de una nueva revisión de las dos ediciones estándar del texto griego del Nuevo Testamento y, en agosto de 2017, la finalización en tres partes de la Editio Critica Maior del libro de Hechos de los Apóstoles, el 15 de noviembre de 2017 vio la luz el Tyndale House Greek New Testament, editado por los doctores Dirk Jongkind (St. Edmund’s College, University of Cambridge) y Peter Williams (Tyndale House, Cambridge). El Tyndale House Greek New Testament surge como una contribución independiente y original, si bien reconociéndose heredera de la importante edición del teólogo y crítico textual Samuel P. Tregelles (1813–1875), puesto que proporciona una edición crítica del texto griego del Nuevo Testamento que hunde sus raíces en los hallazgos e investigaciones de la erudición bíblica de las últimas décadas. Sin duda alguna, ante una empresa de semejante envergadura, todo estudiante del Nuevo Testamento ha contraído una deuda de gratitud con aquellos que, de una u otra forma, han colaborado en la producción del Tyndale House Greek New Testament.
“Un estudio de caso”
Hace ya poco más de dos años, por diversos motivos, me encontraba estudiando la autenticidad de la fórmula bautismal trina registrada en Mateo 28:19. Tras examinar este pasaje evangélico en los manuscritos griegos, las versiones antiguas al latín, al siríaco y al copto y, finalmente, en diversos documentos históricos de primer orden, uno de los aspectos que observé fue el consenso absoluto entre los textos críticos más importantes del Nuevo Testamento griego respecto del carácter original de este dicho de Jesús de Nazaret. Las ediciones cotejadas — abarcando un período de quinientos años — fueron las siguientes: Desiderius Erasmus (1516, pág. 72), Biblia Políglota Complutense (1520), Robertus Stephanus (1550, pág. 57), Theodore Beza (1588, pág. 139), Alberto Bengelio (1734, pág. 49), Joannis J. Wettstein (1751–1752, vol. 1, pág. 547), Johannes J. Griesbach (1775–1777, vol. 1, pág. 142), Christianus F. Matthaei (1782–1788, vol. 1, pág. 165), Karl Lachmann (1831, pág. 60), Gulielmi Greenfield (1855, pág. 78), Frederick H. A. Scrivener (1887, pág. 79), Constantin von Tischendorf (1869–1894, vol. 1, págs. 211–212), Samuel P. Tregelles (1857–1879, pág. 118), Brooke F. Westcott y Fenton J. A. Hort (1886, pág. 71), Richard F. Weymouth (1892, pág. 85), Henry Alford (1898, vol. 1, pág. 307), Bernhard Weiss (1905, pág. 171), Friedrich Brandscheid (1906, pág. 170), Hermann F. von Soden (1911–1913, pág. 117), Heinrich J. Vogels (1922, pág. 88), Augustinus Merk (1992, pág. 108), José M. Bover (1968, pág. 99), Maurice A. Robinson y William G. Pierpont (2005, pág. 68), SBLGNT (2010, pág. 66), Nestle-Aland 28 (2012, pág. 101) y UBSGNT 5 (2014, pág. 114).
En otras palabras, no pude hallar una sola edición del texto griego del Nuevo Testamento que, en su propuesta de reconstrucción de Mateo 28:19, omita la significativa sentencia “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Una de las razones para esto es muy sencilla: los manuscritos del Nuevo Testamento no ofrecen base alguna para dudar de la autenticidad de esta declaración jesuana. Ahora bien, qué decir del Tyndale House Greek New Testament y esta expresión trina. Al leer Mateo 28:19 en esta reciente edición crítica notamos que, partiendo de la evidencia disponible y de una mayor comprensión de la naturaleza de los diversos documentos, los editores se alinean con el consenso antes mencionado al sostener, una vez más, la autenticidad de “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (THGNT | 2017, pág. 66).
