¿Slack, WhatsApp o Telegram?

Comunicación para grupos online cuando no son grupos de trabajo.

Francisco Pérez
boostribe
4 min readSep 2, 2018

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Hace un año quisimos implementar Slack en Boostribe y no funcionó. Hoy 80% de la tribu se comunica por Slack y los canales explotan de contenido. La comunidad nunca estuvo tan activa.

¿Qué cambió? ¿Qué hicimos distinto?

Hoy abundan las comunidades online. Muchos se enfrentan a un mismo desafío: fomentar y optimizar la comunicación entre sus miembros.

También abundan herramientas. Slack, WhatsApp, Telegram, grupos de Facebook. ¿Cuál implementar y por qué?

Con una comunidad en crecimiento, más de una vez nos preguntamos esto en Boostribe, y las recomendaciones que recibimos rara vez se basaron en experiencia o información real, sino en gustos personales.

“X aplicación me gusta más porque tiene X característica”

Tratándose de equipos de trabajo, personas de una misma startup o empresa que necesitan comunicarse diariamente, Slack es lejos la mejor opción que conocemos. En este sentido, nunca hubo dudas.

Pero nuestra comunidad es el lugar donde buscar ideas, perspectivas, compañía y contención. Sus miembros tienen objetivos distintos y ninguno forma parte de un mismo equipo de trabajo, y por lo tanto, la naturaleza de las interacciones es distinta.

No nos quedó otra que experimentar, fallar, aprender e iterar. Acá les contamos:

Hace dos meses, nuestra mayor herramienta de comunicación era WhatsApp. Intentamos primero con grupos de Facebook pero no funcionó por cuestiones generacionales (hoy nuestra audiencia migró a full a Instagram).

WhatsApp era ideal porque los grupos (uno por cada tribu que viajó) tenían menos de 20 miembros y el objetivo era frecuentarse y saber la situación de sus compañeros. En ese sentido, WhatsApp era rápido y práctico. Además, el mejor moderador siempre fue la cultura (muy fácil de direccionar cuando el grupo es pequeño), evitando spam o mensajes vacíos de contenido desde el primer momento.

Cuando las distintas tribus se empezaron a conocer entre ellas en nuestros Encuentros Nacionales y webinars, buena parte de la comunidad pedía estar todos en un mismo lugar.

El mes pasado, la comunidad llegó a los 80 miembros y notamos que efectivamente se estaban perdiendo muchas oportunidades por no tener un grupo que unifique a todos. Pero no queríamos pecar de invasivos, porque todos sabemos lo molestos que pueden ser los grupos masivos de WhatsApp.

No íbamos a sumar a nadie sin su permiso, pero tampoco queríamos preguntar uno a uno para evitar que alguien se sumara por presión.

La solución: publicamos en los grupos existentes un link al grupo de WhatsApp general. De esa forma solo se sumaba quien quisiera, cuando quisiera. Y quien entraba, lo hacía con los incentivos correctos. Gracias a eso, el grupo fue un éxito.

Nuevo problema: con un grupo cada día más activo, ahora las oportunidades se perdían porque la información no estaba organizada. Con tantos mensajes era cada vez más difícil ponerse al día y estar en el momento correcto para enterase de anuncios u oportunidades relevantes para uno.

Recién en ese momento, con un grupo activo y mucho contenido, la misma tribu propuso soluciones a nuestras limitaciones en la comunicación. Y Slack surgió como la opción obvia.

Imagen del anuncio en el grupo de WhatsApp.

Aprendizajes:

  • En general, los grupos de Facebook ya no funcionan con una audiencia sub-30. Facebook ya no es un lugar amigable para los millenialls.
  • Slack no se puede forzar cuando no se trata de equipos de trabajo y los miembros de una comunidad no necesitan comunicarse diariamente. La fricción de descargar y aprender a usar una nueva aplicación, y generar un hábito de uso, es demasiado grande.
  • El uso actual de Slack no hubiese sido posible (y de hecho no lo fue en su momento) sin haber pasado previamente por un grupo de WhatsApp no invasivo. WhatsApp permitió frecuencia en la comunicación, eliminando muchas fricciones.
  • Si hay mucho movimiento y contenido de calidad generado por los miembros de la comunidad (y no solo por los creadores o moderadores), Slack es sostenible y deseable.

Cómo funcionamos ahora:

  • Nuestro grupo general de WhatsApp no murió. Ahora es el lugar donde podemos comunicar o pedir cosas urgentes. Y por supuesto, compartir memes.
  • Tan rápido inicie una conversación con profundidad, los participantes migran a Slack, manteniendo la información relevante en su canal correspondiente.

Esto fue lo que nos funcionó a nosotros y en el proceso aprendimos lo siguiente: no es cuestión de preferencias o características de una u otra herramienta, sino del objetivo y la etapa en la que se encuentre el grupo en el momento. E incluso pasar por varias herramientas en momentos distintos, puede ser necesario.

Si te toca liderar o moderar una comunidad online, espero que estos aprendizajes puedan ayudarte.

Y sino: experimentar, fallar, aprender e iterar. Es la que va.

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Francisco Pérez
boostribe

Aprendiz permanente. Cofundador de Boostribe (www.boostribe.com). Partner & Director Comercial en Edutive (www.edutive.co). | Buenos Aires, Argentina