Alium

Yazir Lucio
Borra del Café v.2.0
6 min readJun 10, 2018

Estoy frente a una situación que estoy seguro a nadie le gustaría estar, y me gustaría que alguien me pudiera aupar para saber cómo afrontarlo. Mas a nivel molecular has dejado una herida tan grande que desde entonces he sido un fugitivo de ella, al punto de que me ha seguido afectando en cada relación que he tenido. Y a menudo decimos que no sabemos cómo nos sentimos, pero por dentro esperamos que no sea verdad, mientras sabemos bien que sufrimos por aquel sentimiento. Y yo me encontraba en esa situación. Sigo pensando en ese momento en el que mi vida en que me le declaré a «N»; pudo haber sido tan diferente…

Todo se remonta a un año atrás, a mi primer semestre de preparatoria, era una etapa en la que, por tantas inseguridad, no me atrevía a hablarle a «N». «N» me parecía demasiado hermosa — y popular — para ser verdad, así que mantuve hice que mantuve la obviedad de que me gustaba lo más que pude. Pero, ¿acaso era muy evidente que me gustaba? Su mejor amiga me preguntó si me gustaba — y como en esos tiempos todavía era demasiado ingenuo — termine afirmando a su pregunta, que a ella era lo único que deseaba en la vida.

Esperando que fuera un secreto, estaba demasiado tranquilo, pero su amiga, — hoy ya me parece obvio — le contó todo lo que sentía por ella, y al final del día, «N» fue a mi encuentro.

Ella esperaba una respuesta mía, pero yo no estaba seguro de qué respuesta quería. Supongo que quería certeza de lo que yo sentía. Así que finalmente le dije todo, y en mi cabeza sonaba la misma canción de rechazo, que al parecer era la única que hube escuchado. Sin embargo su respuesta me impactó porque al fin tuve la oportunidad de poder llegar a tener algo serio con ella, y en realidad no pude soportar toda la felicidad que sentía dentro, y por un momento pensé que a lo mejor la vida, después de todo, no era tan cruel.

Pero qué equivocado estaba….

Al día siguiente, todo cambió, y lo único que recibí de ella fue una mirada fría, sin sentimientos, sin intención de mostrar algún interés ni mucho menos. Ni hablar de afecto. En varias ocasiones quise sacarle plática, pero era como hablarle a una pared: simplemente las palabras brotaban de mi boca sin rumbo alguno esperando llegar a su destino pero «N» no mostraba muchas intenciones de querer seguir la plática, y minuto a minuto, segundo a segundo, parecía que la comunicación entre ella y yo comenzaba a morirse, hasta que decidió abrirse conmigo y contarme su pasado. Al hacerlo, pude sentir un extraño vínculo de confianza, no sé…. mas no creo, hasta la fecha, que le haya importado mucho.

Pasaron los días, y como cualquier otro día me encontraba tranquilo sabiendo que había alguien que se interesaba por mí, pero un día que me quedé hasta tarde en la preparatoria y la vi sentada abrazando a un amigo suyo, de una forma que evidenciaba que tenían algo. Yo decidí quedarme callado y lleno de lágrimas, con toda la melancolía que cabía en mí, me encerré en mi cuarto a esperar que pasar lo que hasta entonces, fue el dolor más que grande que jamás hube sentido.

Ella me contó mentiras (diciendo que solo era un amigo suyo), pero como yo estaba cegado por lo que sentía por ella, decidí creerle, hasta que un buen día, sin más ni menos, me dijo que ya no quería nada conmigo y que ya tenía una relación con el había sentenciado como su «amigo». Y sí, me afectó demasiado y no supe cómo controlarlo. No tenía ganas de comer, de salir, no tenía ganas de nada… solo esperaba que los días pasaran hasta que el tiempo sanara mis heridas. Las cuales hasta hoy, no han sanado por completo.

En un intento desesperado quise olvidarla estando con alguien más, pero creo que fue lo peor que pude hacer porque quería llenar con alguien más el hueco que ella había ocasionado. Pero siempre tuve la ilusión que algún día se arrepentiría y que volvería a mis brazos, hasta que entendí que jamás sanaría mis heridas volviendo a lo que me rompió. Yo agarré un papel y una pluma y comencé a escribir:

«N»:

Nunca voy a olvidarte,
te volviste muy importante para mí,
y aunque muchos me mal influenciaron,
yo siempre supe que era para ti.

Iría hasta el fin del mundo,
para demostrarte que soy el indicado,
solo tuve que verte una vez,
para saber entender que estaba enamorado.

Cuando tuve que dejarte ir,
mentalmente no estaba preparado,
pero al momento de marcharte,
sentí que al irte una parte de mí fue separado.

Y otra vez estoy solo sin ti,
en el mismo lugar que en el principio,
pensando todos los días que te perdí.

No sé cómo entraste a mi corazón,
nadie lo había podido hacer
pero me enamoraste con la ilusión,
de que podríamos llegar a ser.

Lleno de nostalgia, doblé el papel, lo metí a un sobre y se lo dejé en su lugar, pensando que quizá al leerla, la carta pudiera llegar a generarle cierto sentimiento, y la ilusión de que se volviera a fijar en mí.
Pero no.

Un año después (cuando conocí a «X»)

En un lugar oscuro me encontraba,
después de tantas decepciones,
que si había una más,
mi corazón ya no tendría reparaciones.

Por mi cabeza pasaban muchas cosas qué decirle,
pero no paraba de pensar,
que llegaría algún momento de silencio,
y que no le llegaría a gustar.

En ése entonces no estaba seguro,
de cuánto me iba a durar ese sentimiento,
y desconocía que en cuestión de días,
se iba a ir con alguien más, y que la perdería.

Fui a pedirle consejo a sus amigas,
que me negaron a decirme la verdad,
porque no querían herirme,
pero yo ya no quería esperar.

Me contaron que ya estaba con alguien más,
y yo enfrentando a mi destino,
me propuse a olvidar,
pero mi corazón resentido,
aferrado a tu recuerdo, no hizo más que lastimar.

*6 Meses Después*

Lo que sentía hacia ella,
hace tiempo quedó en el pasado,
pero la veo todos los días,
sentada a mi lado.

Nos hicimos muy amigos,
pero no contaba,
que llegaría a tener algo con una de sus amigas,
y que al último no seríamos nada.

Ahora no es lo mismo que antes,
porque no la puedo buscar en la salida,
ni en los descansos porque está con sus amigas.

Y en realidad, Me sentía muy contento,
por esa nueva amistad,
que con mucho trabajo había sembrado.

Y en realidad estoy considerando,
que puede estar hablando mal de mí,
y que nada más me esté utilizando.

Y el día antes de verla,
me propongo a no darle importancia,
pero tiene una forma contagiosa de llamar mi atención,
y termino cediendo a cualquier situación.

Y en serio ya no quiero hablarle,
pero por mala suerte, o simplemente el destino,
que quiere que sufra,
por todos los errores que he cometido.

Sin ganas me levanto en la mañana,
esperando que pase algo interesante,
pero lo único que consigo,
es una soledad interminable.

Cada vez se me hace más difícil,
el tener que olvidarla,
porque siempre veo su cara hermosa,
y es irresistible el sentimiento de amarla.

Quisiera decirle todo lo que siento,
pero no creo que sea correcto,
y creo que si me diera una oportunidad,
estaría demasiado contento.

Me encanta hablar con ella,
por cómo me mira a los labios,
mientras que yo por dentro,
esperando alguna señal,
para besarla y decirle lo que siento.

Quisiera abrazarla,
y tenerla entre mis brazos,
y decirle que la amo,
mientras que la agarro de la cintura,
y nos besamos.

Cada día me gusta más,
y no sé cómo demostrarlo,
pero ya tiene novio,
y no quiero arruinarlo.

Y me hubiera ahorrado todo este sentimiento no correspondido si no hubiera sido tan ingenuo. Pero, ¿el ‘hubiera’ no existe? En ese momento estuve muy deprimido y no quería salir de mi cuarto; ahogándome en mis propias lágrimas hasta el punto de caer dormido. Y mientras sufría, por desear tanto ago, se me hizo realidad.

De repente me encontraba en el mismo día en el que «N» me interceptó y quería que le dijera que me gustaba, pero ésta vez sería diferente, porque lo cambiaría todo. La miré a los ojos y le dije:
«Cualquier cosa que te haya dicho tu amiga, es mentira. No me gustas.»

Y después de eso me lanzo a otro momento de mi vida en el que tengo a una novia increíblemente hermosa, aunque no supiera bien quién era. Solo sé que era feliz.

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