Notas de “Una breve historia de casi todo”
de Bill Bryson

Santi Román Ferro
Boucherie Sanzot
Published in
15 min readJan 1, 2017

Uno de mis libros favoritos de 2016. Si te gusta la ciencia este libro es un referente para entender de forma amena y didáctica algunos de los principales enigmas de los seres humanos y el planeta que habitamos. No es un ningún descubrimiento ya que tanto el autor como el libro son reconocidos. Es una apuesta segura.

En Una breve historia de casi todo encontrarás muchas respuestas pero infinitamente más preguntas pendientes de resolver. Mi principal conclusión tras esta lectura es que aún nos falta mucho por entender y comprender sobre todo lo que nos rodea. Conocemos lo suficiente para saber que tenemos mucho más por aprender.

A continuación comparto las 85 notas/fragmentos destacados que he ido subrayando a medida que leía. A algunas de esta notas no les encontrarás sentido ya que están descontextualizadas, pero creo que son suficientes para dar una idea del contenido de este gran libro.

Por último comentar que la lectura de Una breve historia de casi todo empezó en papel, pero rápidamente decidí comprar su versión electrónica para poder tomar notas. Éstas están realizadas desde Google Play tanto con un smartphones (aprovecho cualquier momento para leer) como desde un iPad.

II EL TAMAÑO DE LA TIERRA

Pleistoceno («lo más reciente»), Plioceno («algo menos reciente»), Mioceno («moderadamente reciente») y Oligoceno («sólo un poco reciente») de una vaguedad muy atractiva

III NACE UNA NUEVA ERA

las cosas no se comportan en absoluto a una escala pequeña como a una escala grande

Nada podía superar la velocidad de la luz y, sin embargo, allí había físicos que insistían en que, de algún modo, a nivel subatómico, la información podía.

De pronto, necesitabas dos series de leyes para explicar la conducta del universo: la teoría cuántica para el mundo muy pequeño y la relatividad para el universo mayor

en la década de los treinta se descubrieron dos: la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil. La fuerza fuerte mantiene unidos a los átomos; es lo que permite a los protones acostarse juntos en el núcleo. La fuerza débil se encarga de tareas más diversas, relacionadas principalmente con el control de los índices de ciertos tipos de desintegración radiactiva.

La fuerza nuclear débil es, a pesar de su nombre, miles de miles de millones de veces más fuerte que la gravedad, y la fuerza nuclear fuerte es más potente aún (muchísimo más en realidad), pero su influjo sólo se extiende a distancias minúsculas. El alcance de la fuerza fuerte sólo llega hasta aproximadamente una cienmilésima del diámetro de un átomo. Es la razón de que el núcleo de los átomos sea tan denso y compacto, así como de que los elementos con núcleos grandes y atestados tiendan a ser tan inestables: la fuerza fuerte no es sencillamente capaz de contener a todos los protones.

El ozono es una forma de oxígeno en la que cada molécula tiene tres átomos de oxígeno en vez de los dos normales

Desintegrar núcleos atómicos requiere, sin embargo, muchísimo dinero y un generoso suministro de electricidad. Descender hasta el nivel de los quarks (las partículas que componen las partículas) requiere aún más; billones de voltios de electricidad y el presupuesto

El Modelo Estándar consiste es seis quarks, seis leptones, cinco bosones conocidos y un sexto postulado, el bosón de Higgs (por el científico escocés Peter Higgs), más tres de las cuatro fuerzas físicas: las fuerzas nucleares fuerte y débil y el electromagnetismo.

Esta ordenación consiste básicamente en que entre los bloques de construcción fundamentales de la materia figuran los quarks; éstos se mantienen unidos por unas partículas denominadas gluones; y los quarks y los gluones unidos forman protones y neutrones, el material del núcleo del átomo

El Modelo Estándar no sólo es incompleto y difícil de manejar. Por una parte, no dice absolutamente nada sobre la gravedad

Ni puede explicar la masa, como ya hemos comentado hace un momento. Para dar algo de masa a las partículas tenemos que introducir ese hipotético bosón de Higgs

Los físicos, en un intento de agruparlo todo, se han sacado de la manga algo llamado la teoría de las superecuerdas, que postula que todas esas cositas, como los quarks y los leptones, que habíamos considerado anteriormente partículas, son en realidad «cuerdas», fibras vibrantes de energía que oscilan en 11 dimensiones, consistentes en las tres que ya conocemos, más el tiempo, y otras siete dimensiones que son, bueno, incognoscibles para nosotros.

Nuestra satisfacción actual con los conocimientos de que disponemos puede deberse a la escasez de datos más que a la excelencia de la teoría

Cuando los científicos calculan la cantidad de materia necesaria para mantener unidas las cosas, siempre se quedan desesperadamente cortos. Parece ser que un 90% del universo, como mínimo, y puede que hasta el 99%, está compuesto por la «materia oscura» de Fritz Zwicky… algo que es, por su propia naturaleza, invisible para nosotros. Resulta un tanto fastidioso pensar que vivimos en un universo que en su mayor parte no podemos ni siquiera ver; pero ahí estamos.

Lo que resulta de todo esto es que vivimos en un universo cuya edad no podemos calcular del todo, rodeados de estrellas cuya distancia de nosotros y entre ellas no podemos conocer; lleno de materia que no somos capaces de identificar, que opera según leyes físicas cuyas propiedades no entendemos en realidad…

IV UN PLANETA PELIGROSO

Tokio ha padecido ya uno de los terremotos más devastadores de los tiempos modernos. El 1 de septiembre de 1923, poco antes del mediodía, se abatió sobre la ciudad el terremoto Gran Kanto, diez veces más potente que el de Kobe. Murieron 200.000 personas. Desde entonces, Tokio se ha mantenido extrañamente tranquilo, lo que significa que la tensión lleva ochenta años acumulándose en la superficie. Tiene que acabar estallando.

Las rocas son viscosas, pero sólo a la manera que lo es el cristal. Puede que no lo parezca, pero todo el cristal de la Tierra fluye hacia abajo, bajo la fuerte atracción de la gravedad. Retira un paño de cristal muy antiguo del ventanal de una catedral europea y verás que es visiblemente más grueso en la parte inferior que en la superior. Ese es el tipo de «fluidez» de que hablamo

Yellowstone es un supervolcán.

Que haya seguido una pauta en el pasado no significa que siga ateniéndose a ella

Resulta que la vida es infinitamente más lista y más adaptable de lo que nadie había supuesto jamás.

V LA VIDA MISMA

el agua es unas 1.300 veces más pesada que el aire, la presión aumenta rápidamente cuando desciendes, en el equivalente a una atmósfera cada 10 metros de profundidad

La atmósfera se divide, por conveniencia científica, en cuatro capas desiguales: troposfera, estratosfera, mesosfera e ionosfera

Un vaso de agua tal vez no parezca muy animado, pero cada molécula que hay en él está cambiando de pareja a razón de miles de millones de veces por segundo. Por eso las moléculas de agua se mantienen unidas formando cuerpos como los charcos y los lagos, pero no tan unidas como para no poder separarse fácilmente cuando te lanzas, por ejemplo, de cabeza a una piscina llena de ellas. Sólo el 15% de ellas se tocan realmente en cualquier momento dado.

El reino del agua se llama hidrosfera y es abrumadoramente oceánico. El 97% del agua del planeta está en los mares, la mayor parte en el Pacífico, que es mayor que todas las masas terrestres juntas. El Pacífico contiene en total más de la mitad de todo el agua oceánica (51,6%), el Atlántico contiene el 23,6% y, el océano Indico, el 21,2%, lo que sólo deja un 3,6% a todos los mares restantes

El Pacífico es 45 centímetros más alto a lo largo de su borde occidental debido a la fuerza centrífuga que crea la rotación de la Tierra. Igual que cuando te metes en una bañera llena de agua, el agua tiende a fluir hacia el otro extremo, como si no quisiese estar contigo, así la rotación terrestre hacia el este amontona el agua en los márgenes occidentales del océano.

Las proteínas son lo que obtienes cuando logras unir aminoácidos, y necesitamos muchísimas

En un momento determinado de los primeros 1.000 millones de años, las cianobacterias, o algas verdeazuladas, aprendieron a aprovechar un recurso al que había libre acceso: el hidrógeno que existe en el agua en abundancia espectacular.

Absorbían moléculas de agua, se zampaban el hidrógeno y liberaban el oxígeno como desecho, inventando así la fotosíntesis. Como dicen Margulis y Sagan, la fotosíntesis es «indudablemente la innovación metabólica más importante de la historia de la vida en el planeta»… y no la inventaron las plantas, sino las bacterias.

Que el oxígeno sea fundamentalmente tóxico suele constituir una sorpresa para los que lo encontramos tan grato para nuestro bienestar, pero eso se debe únicamente a que hemos evolucionado para poder aprovecharlo. Para otros seres es aterrado

El nuevo tipo de células se conoce como eucariota (que significa «verdaderamente nucleadas»), a diferencia del viejo tipo, que se conocen como procariotas («prenucleadas»),

En zonas profundas, los microbios disminuyen de tamaño y se vuelven extremadamente lentos e inactivos. El más dinámico de ellos puede dividirse no más de una vez por siglo, algunos puede que sólo de una vez en quinientos años. Como ha dicho The Economist: «La clave para una larga vida es, al parecer, no hacer demasiado».

Constituye un impulso humano natural concebir la evolución como una larga cadena de mejoras, un avance interminable hacia el mayor tamaño y la complejidad… en una palabra, hacia nosotros.

En total, sólo aproximadamente un microbio de cada mil es patógeno para los humanos, según National Geographic

Uno de los aspectos más extraños de la infección es que microbios, que normalmente no hacen ningún daño, se introducen a veces en partes impropias del cuerpo y «se vuelven como locos», en palabras del doctor Bryan Marsh, un especialista en enfermedades infecciosas del Centro Médico Dartmouth-Hitchcock de Lebanon, New Hampshire. «Pasa continuamente con los accidentes de trafico, cuando la gente sufre lesiones internas. Microbios que en general son benignos en el intestino entran en otras partes del cuerpo (el torrente sanguíneo, por ejemplo) y organizan un desastre terrible.»

sólo en los hospitales estadounidenses mueren de infecciones que contraen en ellos catorce mil personas al año.

James Surowiecki en un artículo de New Yorker, si se da a elegir a los laboratorios farmacéuticos entre producir antibióticos que la gente tomará a diario durante dos semanas y antidepresivos que la gente tomará a diario siempre, no debe sorprendernos que opten por esto último. Aunque se han reforzado un poco unos cuantos antibióticos, la industria farmacéutica no nos ha dado un antibiótico completamente nuevo desde los años setenta.

Un virus es una entidad extraña y nada bonita, «un trozo de ácido nucleico rodeado de malas noticias», según la memorable frase del premio Nobel Peter Medawar. Más pequeños y más simples que las bacterias, los virus no están vivos. Cuando están aislados son inertes e inofensivos. Pero introdúcelos en un anfitrión adecuado y empiezan inmediatamente a actuar; cobran vida.

Hay muchas cosas de la gripe de 1918 que no entendemos bien o que no entendemos en absoluto. Uno de los misterios es como surgió súbitamente, en todas partes, en lugares separados por océanos, cordilleras y otros obstáculos terrestres. Un virus no puede sobrevivir más de unas cuantas horas fuera de un cuerpo anfitrión así que ¿cómo pudo aparecer en Madrid, Bombay y Filadelfia en la misma semana?

Cuando se te apague la chispa, todas las moléculas que posees se desprenderán de ti, o se dispersarán, y pasarán a utilizarse en algún otro sistema

La mayor parte de lo que ha vivido en la Tierra no ha dejado atrás el menor recuerdo

Consideremos esos organismos tan resistentes y poco conocidos llamados rotíferos bdeloides. Se trata de animales microscópicos que pueden sobrevivir casi a cualquier cosa. Cuando las condiciones son duras, se enroscan adoptando una forma compacta, desconectan su metabolismo y esperan tiempos mejores. En ese estado puedes echarlos en agua hirviendo o congelarlos casi hasta el cero absoluto (es decir; el nivel al que hasta los átomos se rinden) y, cuando ese tormento haya concluido y hayan regresado a un entorno más placentero, se desperezarán y seguirán con su vida como si no hubiese pasado n

Hasta la década de 1860, y la obra decisiva de Louis Pasteur en Francia, no quedó demostrado concluyentemente que la vida no puede surgir de forma espontánea, sino que debe llegar de células preexistentes. Esta creencia pasó a conocerse como «teoría celular» y es la base de toda la biología moderna

La membrana no es, como imaginamos la mayoría de nosotros, una cubierta correosa y duradera, algo que necesitases un alfiler de buena punta para pincharlo. Está compuesta, en realidad, de un tipo de material graso conocido como lípido, que es de la consistencia aproximada «de un aceite de máquina de tipo ligero

a escala microscópica, las cosas se comportan de forma diferente. A nivel molecular; el agua se convierte en una especie de gel muy resistente

Son especialmente vivaces las proteínas que giran, palpitan y vuelan unas

en otras hasta mil millones de veces por segundo. Las enzimas, que son también un tipo de proteínas, corren por todas partes, realizando mil tareas por segundo. Construyen y reconstruyen diligentemente moléculas,

el mundo molecular debe permanecer necesariamente fuera del alcance de nuestra imaginación debido a la increíble velocidad con que suceden allí las cosas

El oxígeno lo absorben las mitocondrias. Son las centrales eléctricas de las células y suele haber unas 1.000 por célula, aunque el número varía considerablemente según lo que la célula haga y la cantidad de energía que necesite.

Cuando una célula, como a veces ocurre, no expira de la forma prescrita, sino que en lugar de eso empieza a dividirse y a proliferar descontroladamente, llamamos al resultado cáncer. Las células cancerosas simplemente son células confundidas

Darwin no sólo insistió en que todo cambio era gradual, sino que casi cada nueva edición de El origen de las especies aumentaba la cantidad de tiempo que consideraba necesario para que la evolución pudiese progresar,

Darwin percibió que todos los seres vivos están emparentados, que en última instancia «su ascendencia se remonta a un origen único común

Somos también asombrosamente parecidos. Compara tus genes con los de cualquier otro ser humano y serán iguales en un 99,9% como media.

qué son los genes? Bueno, empecemos de nuevo con una célula. Dentro de la célula hay un núcleo y dentro de cada núcleo están los cromosomas, 46 hacecillos de complejidad, de los que 23 proceden de tu madre y 23 de tu padre. Con muy pocas excepciones, todas las células de tu cuerpo (99,999%

El 97% de tu ADN consiste en largas extensiones de materia extraña sin sentido… «basura» o «ADN sin código» como prefieren decir los bioquímicos.

Los genes no son nada más (ni menos) que instrucciones para hacer proteínas

Un medio alternativo y más común de enfocar el genoma es como un manual de instrucciones para el cuerpo. Visto de ese modo, podemos imaginar los cromosomas como los capítulos de un libro y los genes como instrucciones individuales para hacer proteínas.

Las bases (las letras del alfabeto genético) consisten en los cuatro nucleótidos mencionados anteriormente: adenina, tiamina, guanina y citosina.

La forma de una molécula de ADN es, como todo el mundo sabe, bastante parecida a una escalera de caracol o una escala de cuerda retorcida: la famosa doble hélice.

Nuestro ADN se reduplica en general con diligente exactitud, pero sólo de vez en cuando (aproximadamente una vez en un millón) hay una letra que se coloca en el sitio equivocado. Esto se conoce como un polimorfismo nucleótido único, o SNP lo que los bioquímicos llaman familiarmente un «snip». Estos «snips» están generalmente enterrados en extensiones de ADN no codificante y no tienen ninguna consecuencia desagradable para el cuerpo. Pero, de vez en cuando, pueden tener consecuencias. Podrían dejarte predispuesto para alguna enfermedad, pero también podrían otorgarte alguna pequeña ventaja, como por ejemplo, más pigmentación protectora o una mayor producción de células rojas en sangre para alguien que vive a mucha altitud.

la verdad es que parece que el propósito de la vida es perpetuar el ADN

Todos los organismos son, en cierto modo, esclavos de sus genes

Descubrieron que podían insertar ADN humano en ciertas células de moscas y que las moscas lo aceptaban como si fuese suyo. Resulta que más del 60% de los genes humanos son básicamente los mismos que se encuentran en las moscas de la fruta. El 90%, como mínimo, se corresponde en cierto modo con los que se encuentran en los ratones. (Tenemos incluso los mismos genes para hacer una cola, bastaría activarlos.) Los investigadores descubrieron en un campo tras otro que, fuese el que fuese el organismo con el que trabajasen, solían estar estudiando esencialmente los mismos genes. Parecía que la vida se construyese a partir de un solo juego de planos.

Los genes hox son los que les dan las instrucciones y lo hacen, en gran medida, del mismo modo para todos los organismos.

Curiosamente, la cuantía de material genético y como está organizado no reflejan siempre, ni siquiera en general, el nivel de complejidad de la criatura correspondiente.

35.000 genes funcionando independientemente no son ni mucho menos suficientes para producir el tipo de complejidad física que hace un ser humano satisfactorio. Es evidente, pues, que los genes tienen que cooperar.

Nuestro destino y nuestro bienestar (y hasta el color de nuestros ojos) no los determinan, en general, genes individuales, sino conjuntos de genes que trabajan coaligados. Por eso es tan difícil saber cómo encaja todo y por qué no empezaremos todavía a producir bebés de diseño.

el desciframiento del genoma humano vino a considerarse casi inmediatamente sólo un principio. El genoma, como ha dicho Eric Lander del MIT, es como una lista de piezas del cuerpo humano: nos dice de qué estamos hechos, pero no dice nada de cómo funcionamos.

la vida es toda una.

VI EL CAMINO HASTA NOSOTROS

Croll fue el primero que indicó que los cambios cíclicos en la forma de la órbita de la Tierra, de elíptica (es decir, ligeramente oval) a casi circular y a elíptica de nuevo, podrían explicar la aparición y el repliegue de las eras glaciales. A nadie se le había ocurrido plantear antes una explicación astronómica de las variaciones en el clima de la Tierra

Dos culpables de la época actual a los que suele citarse son el surgimiento del Himalava y la formación del istmo de Panamá, el primero por perturbar la circulación de las corrientes de aire y, el segundo, por interrumpir las corrientes oceánicas. India, en tiempos una isla, se ha incrustado 2.000 kilómetros en la masa continental asiática en los últimos cuarenta y cinco millones de años, haciendo surgir no sólo el Himalava sino también la vasta altiplanicie tibetana que hay detrás. La hipótesis es que el terreno más elevado que se creo no solo era más frío, sino que además desviaba los vientos de manera que los hacía fluir hacia el norte y hacia Norteamérica, que pasó a ser por ello más propensa a fríos prolongados. Luego en un proceso que se inició hace unos cinco millones de años, afloró del mar Panamá, cerrando el vacío entre Norteamérica y Suramérica, interrumpiendo el paso de corrientes cálidas entre el Pacífico y el Atlántico y modificando las pautas de las precipitaciones en la mitad del mundo como mínimo. Una consecuencia fue un desecamiento de África que obligó a los monos a bajarse de los árboles va buscar una nueva forma de vida en las sabanas en formación.

Si la Tierra se congeló, se plantea la difícil cuestión de cómo llegó a calentarse de nuevo. Un planeta helado reflejaría tanto calor que se mantendría congelado para siempre. Parece ser que la salvación pudo llegar de nuestro interior fundido. Tal vez debamos dar las gracias, una vez mas, a la tectónica por permitirnos estar aquí. La idea es que nos salvaron los volcanes, que brotaron a través de la superficie enterrada, bombeando gran cantidad de calor y de gases que fundieron las nieves y reformaron la atmósfera.

progresión en línea recta, en la que cada especie de homínido iba portando el testigo de la evolución un trecho y se lo pasaba luego a un corredor más joven y fresco. Ahora, sin embargo, parece seguro que muchas de esas primeras formas siguieron senderos laterales que no llevaban a ningún sitio.

La línea Homo se inicia convencionalmente con Homo habilis, una criatura sobre la que no sabemos casi nada, y concluye con nosotros, Homo sapiens (literalmente «hombre que sabe»).

No hay sencillamente, que sepamos, ninguna razón convincente que explique por qué los cerebros humanos se hicieron grandes — dice Tattersall.

Un cerebro enorme es un órgano exigente: constituye sólo el 2% de la masa corporal, pero devora el 20% de su energía.

Lo que quiere es glucosa, y en grandes cantidades.

La antropología moderna se edificó toda ella en torno a la idea de que los humanos salieron de África en dos oleadas: una primera de Homo erectus, que se convirtió en el hombre de Java y el hombre de Pekín y similares, y otra oleada posterior más avanzada de Homo sapiens, que desplazó a la primera.

Cómo lo hicieron exactamente ha sido siempre motivo de polémica. Nunca se han hallado testimonios de matanzas, así que la mayoría de las autoridades en la materia cree que simplemente ganaron los nuevos homínidos, aunque puedan haber influido también otros factores. — Tal vez les contagiamos la viruela — sugirió Tattersall — . Pero la verdad es que no hay modo de saberlo. Lo único seguro es que nosotros estamos ahora aquí y ellos no.

los cromañones, que es como se acabaron denominando los humanos modernos de Europa, habían ido empujando delante de ellos a los neandertales en su avance

Sigue siendo frecuente que se afirme que los neandertales carecían de la inteligencia o la fuerza de carácter necesarias para competir en condiciones de igualdad con el recién llegado Homo sapiens, más esbelto y cerebralmente más dotado.

los seres humanos modernos muestran una variabilidad notablemente escasa. Una autoridad en la materia ha dicho que hay más diversidad en un grupo social de cincuenta y cinco chimpancés que en toda la población humana y eso explicaría por qué

Nadie sabe hasta qué punto son destructivos los seres humanos, pero es un hecho que, en los últimos 50.000 años o así, adonde quiera que hemos ido los animales han tendido a desaparecer; a menudo en un número asombrosamente grande.

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