12 aprendizajes de un año de mi*rda
2020 ha sido un año malo. No lo digo yo, es una realidad. La pandemia de COVID-19, que hasta la fecha ha afectado directamente a casi 70 millones de personas y ha arrebatado la vida de más de un millón y medio en todo el mundo, ha marcado un antes y un después en la manera de vivir de la sociedad.
Tal es la desafección hacia este año que hasta se ha creado una petición en Change.org para que “dosmilveinte” se añada al diccionario de la Real Academia Español (RAE) como insulto. En concreto, piden que este nuevo adjetivo describa todo aquello “que provoca terror, catástrofes y desgracias”, “que engloba todas las calamidades que le puedan suceder a alguien y provoca rechazo y repulsión” o “referente a una catástrofe de magnitudes colosales”.
Bromas aparte, las consecuencias de esta crisis sanitaria sin duda han desembocado en otras muchas crisis: económica, demográfica y social. Ha sido el año de los ERTOs, de persianas bajadas, del paro al alza; de los velatorios llenos de cuerpos y vacíos de veladores, de llantos y duelos sin abrazos, de muerte solitaria; de miradas cómplices tras las mascarillas y de distancia fría entre humanos.
En este año de mierda, yo encontré trabajo. Y no puedo parar de pensar en lo afortunada que he sido de tener una oportunidad así entre tanta desgracia. No quiero regodearme en mi suerte, 2020 también me ha afectado personalmente, pero el hecho de haber empezado a trabajar en Broadcaster tan solo 11 días antes del inicio del confinamiento de marzo ha sido un privilegio dadas las circunstancias en las que se encuentra el mundo.
Durante estos meses he podido aprender mucho de mi profesión y de las relaciones humanas (aunque sea a través de una pantalla). Por ello, sin querer ir de gurú del buen rollo ni de reina de la sabiduría, me falta mucho para llegar a ser un ejemplo de algo en la vida, en este último artículo del año os traigo 12 aprendizajes, personales y profesionales, que extraigo de 2020:
- No des nada por hecho. La vida está hasta que se va.
- No te calles nada. Confía en tu instinto.
- Trabaja duro y valora los consejos de tus compañeras.
- Si miras a la oscuridad a los ojos, la habitación se irá iluminando poco a poco.
- Di ‘te quiero’ más a menudo. Tus seres queridos lo saben, pero eso no quiere decir que no deseen que se lo recuerdes.
- Dormir también es un pasatiempo, que no te hagan sentir mal por querer descansar. Tómate un tiempo diario para ti misma.
- Se puede decir mucho con una mirada, las sonrisas se perciben más allá de las mascarillas.
- Si te quedas callada ante una situación injusta, eres cómplice de la injusticia.
- Eres válida, sin importar tu aspecto, tu cuerpo o tus habilidades sociales; quiérete.
- Algún día morirás, o peor: morirán aquellos a los que amas. No te arrepientas de no haber podido decir o hacer todo lo que querías antes de que llegue el momento.
- Da siempre las gracias, pero no pidas tanto perdón.
- En el camino te encontrarás cosas malas, pero es el precio a pagar para poder descubrir otras muchas maravillosas.
Espero que 2021 sea un año mejor, un año feliz, el equivalente al cielo de los años: con bondad, fortuna, cariño y perritos saltando a nuestro lado (punto muy importante para ser felices). Y sobre todo espero que nos traiga a todas muchos más aprendizajes; si puede ser, esta vez a base de más caricias y menos palos.