El arte de trabajar

Susanna Carbona
BroadcasterMedia
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2 min readFeb 12, 2020

La mayoría de personas separan su vida personal de la laboral, lo que conduce a dividir la vida en tiempo de trabajo y tiempo de ocio. En días de trabajo y de vacaciones. En días laborales y festivos. “Trabajo 5 días a la semana durante 8 horas y a partir de las 6 de la tarde y los fines de semana, vivo”. Al hacer esta diferenciación entre una esfera de la vida y la otra, sin quererlo, estamos catalogando nuestro trabajo como una obligación y no como una parte más de la vida.

En las profesiones creativas, el trabajo forma parte de un concepto de vida global. El trabajo debe convertirse en un arte y favorecer la creatividad. Resulta muy anticuado pensarlo como algo aislado y no como parte de la vida activa. Alguien me dijo alguna vez que no tenía hobbies, porque entendía que aquello que hacía en su tiempo libre era un “momento integral” de su vida. Y no le faltaba razón.

En el sector de la comunicación y más en la actualidad, vivimos en una retroalimentación constante entre trabajo y vida personal. Al ir el domingo por la tarde a una exposición es posible que, sin ser del todo conscientes de ello, cojamos una idea para nuestra próxima sesión de fotos, guión, programa televisivo o estrategia de branding. ¿Y en ese momento se considerará que estamos trabajando? Todo está conectado y parece imposible disociar una cosa de la otra.

Aún así, es importante mantener el equilibrio entre work-life, pues trabajo y vida son los dos platillos de una balanza que debe estar equilibrada. En un platillo se encuentra la obligación y en el otro la libertad. Pero esto no concierne a la creatividad, que acaba convirtiéndose en una forma de vida. Quién sólo se siente libre en su tiempo libre, se siente preso en el trabajo. Y cuando no vemos el trabajo como una parte integral de la vida, la creatividad corre peligro. Para las personas creativas, el trabajo es el lugar de la libertad bien dosificada y dónde se hacen realidad las ideas propias.

El gurú norteamericano de la publicidad, George Lois — el cuál, paradójicamente, dormía 5 horas al día para tener más tiempo para trabajar en sus ideas creativas — decía: A lo largo de tu vida emociónate por estar haciendo en el trabajo lo que amas (¡y que te estén pagando por ello!).

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