Get out of the Box!
Son tiempos convulsos, tiempos complejos y como ya todos hemos aprendido, tiempos en que la resiliencia es necesaria.
Tiempos en los que hemos aprendido aquello que ya sabíamos; que nuestro equipo es una extensión de nuestra familia, y que, cuanta más honestidad mayor y mejor éxito.
Tiempos en los que, tras una veneración de lo tecnológico y automatizado, lo que verdaderamente importa es la persona… (vamos bajando el souflé) Hablamos de:
- Humanismo Tecnológico
- User Experience
- Customer Experience
- Customer Journey Maps
- Gestión de personas
- Comunicación interna
En definitiva, vivimos en tiempos en que la humanización y las humanidades en general son necesarias. Pero a su vez las personas también replicamos la peor parte de las máquinas cuando erramos en nuestro valor. Ellas nos imitan para alcanzar la perfección pero nosotros las replicamos cuando olvidamos que lo que nos separa de ellas es la capacidad de parar, pero sobre todo, de crear y de pensar.
Y cuanto más caemos en la repetición de aquello que funcionó, más ahondamos en aquello que nos hundirá en la miseria. Parece un contrasentido pero lamentablemente a menudo es así (o así lo entiendo yo). De hecho, personalmente siempre me impuse un truco para evitar caer en la comodidad de aquello que funciona. Desde hace unos 12 años, soy profesor asociado de la Universidad de New Haven para alumnos norteamericanos que vienen a Barcelona a estudiar, igual que lo soy del Master de Periodismo Bcn_NYC (de la Universidad de Barcelona y la Columbia School of Journalism) y un buen día me di cuenta de que mi mejor palanca de motivación era siempre compartir TODOS mis conocimientos sobre cada tema, dentro de las limitaciones que el tiempo de cada clase me ofrecía. Y además de convertir las clases en momentos casi catárquicos (donde a veces aprendo más yo de lo que comparto que los pobres receptores), me obligan a reinventarme y seguir aprendiendo constantemente. Lo contado lo doy por amortizado.
Y eso es exactamente lo que me motiva a pensar en la necesidad de convertir nuestros proyectos y nuestras empresas en organizaciones ambidiestras; organizaciones capaces de consolidar aquello que hacen y en lo que se sustenta su modelo de negocio, mientras lo combinan con aquello que detectan como oportunidad, siendo capaces de pivotar sin por ello perder la esencia que les hizo llegar donde están. Hoy todos deberíamos ser ambidiestros cuando observamos nuestro futuro. Deberíamos ser capaces de desdibujar nuestra “posición” o “cargo” por ser mucho más de lo que dicen 4 palabras, y todo ello mientras ya exploramos esa 5 acepción que nos hará más valiosos y deseables.
Estos conceptos me hacen pensar en el experimiento que hizo un joven norteamericano, responsable de un canal de Youtube llamado “SmarterEveryDay”, y quien se enfrentó a un reto aparentemente absurdo; conducir una bici con un manillar que se comportaba al revés de lo “normal/habitual”… A su cabeza le costó una barbaridad cambiar ese chip tan consolidado desde pequeño, pero tras 8 meses, lo consiguió. Incluso hizo giras por todo el país para compartir lo aprendido en teatros y escenarios de lo más variopintos… El problema fue cuando su cabeza consiguió romper con lo asimilado, ya que entonces se dio cuenta de que no había vuelta atrás, o que como mínimo eso ya no sería tan sencillo. Pues bien, ojalá nos pase eso a todos y nos demos cuenta que ya no hay vuelta atrás. Por si tenéis curiosidad y queréis saber como terminó la historia, aquí os dejo el vídeo. (Gracias Carlos Iglesias por la recomendación y reflexiones adquiridas).
Así, pues, cambiemos el manillar de vez en cuando como mínimo para sentirnos incómodos y seguir aprendiendo y ofreciendo.
