Nostalgia Milenial

Carolina Alvarez Borrell
BroadcasterMedia
Published in
6 min readMay 18, 2021

Ser Milenial tiene sus cosas. Así en general. Buenas, malas y reguleras. Podría escribir un par de líneas para describirnos, pero como ya existen cuentas de Instagram que nos definen tan bien, prefiero ahorrármelas.

No obstante, hay algo que tenemos en común que sí que me parece interesante mencionar. La mayoría de nosotros vivimos la aparición de las redes sociales durante una etapa vital muy delicada: nuestra adolescencia.

La expansión de Internet en España tuvo su mayor crecimiento entre 2002 y 2003. Y precisamente dos redes sociales creadas en 2002, y una que renació en 2005, no sólo revolucionaron una generación, sino que también asentaron las bases (e inspiraron de gran manera) a las redes sociales que usamos hoy en día.

Decir que revolucionaron una generación, quizás es un término un poco “desmesurado” para les tres redes sociales que menciono a continuación, pero sí que lo petaron muy fuerte entre mi círculo de amistades. Lo que es innegable, es que existen muchas similitudes entre los objetivos y funciones que tenían dichas redes y las actuales.

GIF de GiPHY

Fotolog, la primera piedra de Instagram

No sé quién es esta gente, he encontrado la imagen en Google, pero admito que podría conocerles perfectamente.

Esta fue, sin duda, mi red social favorita durante varios años. Incluso cuando todos mis amigos y amigas habían dejado de usarla, yo me negaba a dejar de actualizarlo. Para quién no lo sepa, Fotolog era una red social basada en la publicación de fotografías y un texto que las acompañara (ejem, ejem Instagram). Cada persona tenía su página y podía publicar una foto al día, la cual podía recibir un máximo de 20 comentarios de otras cuentas de Fotolog. Además, podías seguir a otras cuentas de Fotolog para añadirlas a tus amistades, lo que se conocía como amigos/favoritos o f/f (ejem, ejem Instagram #2)

Por supuesto, existía una élite que pagaban mensualmente para tener ciertos privilegios en sus cuentas, como la utilización de banners personalizados, la posibilidad de publicar más de una foto al día, o la eliminación del límite de veinte comentarios por post. Además, junto a su nombre lucía una insignia dorada que permitía identificarlos rápidamente como miembros Gold (ejem, ejem LinkedIn)

En 2007, cuando Fotolog había alcanzado los 13 millones de usuarios, fue comprada por Hi-Media Group (ahora AdUx) una empresa dedicada a la publicidad y la experiencia de usuario. En sus 11 años de vida, Fotolog llegó a tener más de 33 millones de usuarios, y se convirtió en la primera red social que utilizaban algunos de los influencers más conocidos de España (como Dulceida o Daniel Illescas).

Podría pasarme horas hablando de Fotolog, y aunque me da pena que finalmente desapareciera, hay cosas que ya está bien que hayan desaparecido. Prefiero recordar lo ridícula que era a los 15 en la intimidad.

Patatabrava, la red universitaria por excelencia

Imagen sacada de Google

Una de las primeras cosas que me descubrió la Universidad, fue la existencia de Patatabrava, una red pensada, principalmente, para estudiantes de Universidad (aunque también incluía a futuros y antiguos estudiantes y a todas aquellas personas que cursaban una FP). El objetivo de esta red social era conectar a alumnos de una carrera con gente de su clase y de promociones anteriores para compartir apuntes, curiosidades e incluso frases míticas de algún profesor.

Pero no sólo se ocupaba de la vertiente estudiantil y académica (jamás encontré unos apuntes que me sirvieran para algo más que perder el tiempo), sino que claramente tenía la intención de crear comunidad y conocer a gente, tanto de tu clase como del resto. Por ejemplo, Patata Brava te ofrecía la posibilidad de votar diariamente a diferentes perfiles para que subieran posiciones en su Ranking de clase.

Mi clase era muy poco activa en Patatabrava (hacía sociología de tardes, así que la media de edad rondaba los 30), así que mis amigas y yo acabábamos siempre en el TOP 5 de clase, ya que éramos prácticamente las únicas que votábamos. Imagen sacada de Google.

También te permitía enviarle “patatas” al resto de usuarios. Estas “patatas” se dividían en diferentes categorías (“patata guapa”, “patata tímida”, “patata estudiosa”, “patata divertida”, “patata deportiva”…) y podías escoger cuál de éstas mandarle a cada persona. Como podéis imaginar, su finalidad no era otra que ayudarte a tirarle la caña a alguien que te pudiera gustar.

Uno de los objetivos de la plataforma que fue haciéndose cada vez más obvio a lo largo de los años, era su intención de ayudarte a ligar. De hecho, una de mis mejores amigas había conocido a su novio vía Patata Brava (imagino que él le enviaría una “patata guapa” y ella le correspondería con una “patata tímida”). Romanticismo del siglo XXI.

En 2017, Patatabrava acabó siendo absorbida por Docsity, una plataforma italiana de apuntes, resúmenes, ejercicios y otros materiales para estudiantes universitarios y de secundaria. Es decir, una plataforma más profesionalizada y seria que decidió comerse las patatas que habíamos enviado durante nuestra etapa universitaria.

Este flyer corresponde a la fiesta de inicio de curso en la que no me permitieron la entrada. No me perdí mucho, pero sigo teniendo la espinita clavada.

Me gustaría acabar remarcando que Patatabrava había llegado a organizar fiestas universitarias, convirtiéndose en la primera y única fiesta a la que no me dejaban entrar por ser menor de edad (uno de los inconvenientes de comenzar la Universidad con 17 años).

MSN (Live) Messenger

Me parece un poco absurdo tener que explicar qué era MSN Messenger. Ahora mismo, creo que sería como explicarle a alguien qué es Facebook. Messenger llegó a tener 330 millones de usuarios a nivel mundial, lo que en su momento fue una cifra astronómica (aunque ahora nos parezca irrisoria comparada con los 2.740 millones que lograba Facebook en enero de 2021).

Recuerdo descubrir Messenger (cuando ya había pasado a ser MSN Live Messenger) con 11 años, cuando mi padre me creó mi primera cuenta de correo (@msn.com) y que todavía conservo. Por entonces, no tenía más que cinco contactos, y me sorprendía la idea de poder escribirme (¡gratis!) con gente de mi clase desde mi casa. Como es habitual en una niña tan pequeña, no tenía mucho que escribirme y comentarme con el resto, así que me divertía investigando nuevos fondos de pantalla para las conversaciones, colores y tipos de fuente, imágenes de perfil… Si hasta recuerdo que mi primer “nick” fue “E.T. El Extraterrestre” (idea de mi padre, que se llamaba “Paranoia Total”).

Ningún curso de mecanografía o ninguna clase de informática me ayudó tanto como Messenger a aprender a escribir en el teclado del ordenador de forma fluida y sin necesidad de mirar a las teclas. Las discusiones y los párrafos kilométricos cargados de drama adolescente, te obligaban a perfeccionar tu mecanografía, porque no había nada más tedioso que alguien que tardaba mucho rato en responderte a un mensaje.

Hay quien dice que MSN Messenger desapareció porque se quedó “anticuado”, pero a mi siempre me pareció mucho mejor que Facebook Messenger. Supongo que soy de las pocas personas que no sustituyó un Messenger (MSN) por otro (Facebook), sino que directamente migré a WhatsApp.

Como decía al principio, ser Milenial tiene sus cosas buenas, sus cosas malas y sus cosas reguleras, pero siempre estaré agradecida por haber vivido la época de los zumbidos, haber hecho el ridículo por Fotolog, y ser capaz de encontrarle diversas lecturas a una “patata guapa”.

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Carolina Alvarez Borrell
BroadcasterMedia

Siempre pegada al móvil, pero con millones de whats sin leer.