Algo más que una mentira…

El Barça está dejando de ser Más que un Club para convertirse en algo Más que una mentira.

Santiago Cordera
Cámara Húngara
4 min readAug 29, 2017

--

Cuando estaban quitando a Neymar de la publicidad del club

Recuerdo aquel 28 de diciembre con nitidez. Tendría unos seis años cuando llegué a primera hora de la mañana a visitar a mi abuelo. Seducido por el Día de los Santos Inocentes, le dije que mi padre me enviaba para pedirle un billete de 20,000 mil pesos -aún existían esas denominaciones- para ir al mercado a comprar el pescado para hacer el ceviche del mediodía. Mi abuelo, sacó la cartera, con sus lentes de fondo de botella se aseguró de agarrar el billete correcto, y me lo dio en la mano. Sólo sentir el dinero entre mis dedos, le respondí: “Santo inocente que te dejaste engaña…”. Todavía no había terminado de pronunciar “en-ga-ñaa..” cuando me abuelo me quitó el billete y me dijo: “¡Muchachito pendejo!, a tu abuelo no le mientes ni le dices mentiras”. Más rápido que un pez vela, me cambió el billete de 20 mil pesos por uno de mil. Me di la vuelta, recuerdo que un poco lívido, y nunca más volví a jugarle una broma a mi abuelo, o más bien, nunca volví a hacerle lo que él nombraría hoy “algo más que una mentira”.

El Barça está dejando de ser Más que un Club para convertirse en algo Más que una mentira.

Mintió en la compra de Neymar asegurando que la operación se había cerrado por una menor cantidad para hacer sentir a la afición que su presidente había velado, sobre todo, por los intereses de sus socios.

Mintió con la razón que ofreció a los socios con la salida de Dani Alves al revelar que la decisión fue del jugador por motivos personales que sólo conocían él, el jugador y su esposa, un hecho que el brasileño desmintió con un tweet: “Mentira”.

Mintió con el patrocinio de Qatar al firmar un acuerdo por la mitad del dinero que había prometido.

Mintió por partida doble al asegurar que Messi había firmado su renovación y eso era un reflejo de que las cosas en el Barça “van bien e irán mejor”. Esa declaración la hizo el 5 julio. Un mes después, Neymar se fue dejando un vacío emocional y futbolístico de proporciones sísmicas que, a su vez, evidenció la falta de planeación de la directiva, porque hay que dejarlo claro, en el futbol hay cosas que no se pueden controlar, como el amor de Neymar por el dinero, pero sí la sucesión de un jugador con el ADN Barça como Iniesta, que se llama Bernardo Silva, y que este verano lo fichó Guardiola para el Manchester City. Qué curioso. Siempre Guardiola.

El Barça se ha convertido en eso, en una máquina de mentiras.

Al socio del Club, y me atrevería a decir que también a sus aficionados, sólo les importan dos cosas. Que el equipo juegue muy bien. Y que gane. Pero cuando esto no sucede, cuando la gallina de los huevos de oro que vive en La Masía no pone huevos, cuando los nuevos fichajes resultan un fracaso, cuando un club huele tu debilidad -llámese PSG-, y no te vende al jugador que quieres, te roba al tercer mejor jugador del mundo, pero además se burla de ti en redes sociales como si fueras un equipo de Tercera -con perdón a los equipos de Tercera-, cuando Messi te confronta en Instagram por el dolor que le causó la muerte de la MSN y además muestra su indignación por la demanda del club al brasileño, pensando que un día puede ser él, cuando ves tanta descomposición en la plantilla durante los dos últimos años y ves que no se ficha pero tampoco se vende, y se palpa la negligencia a miles de kilómetros de distancia, te das cuenta que la mentira se convirtió en el pilar de esta directiva culé para rellenar el vacío futbolístico con fantasías que huelen a ficción.

Son los últimos años de Messi. El tiempo se ha ido de prisa. Se ha hecho mayor. Con las mentiras se puede ir muy lejos, pero se pierde la esperanza de volver. Aterra pensar que Bartomeu nos ha mentido todo el tiempo, pero aterra más que Messi haya dejado de creer.

--

--

Santiago Cordera
Cámara Húngara

Cofundador y Director Editorial de @juanfutbol. Underdog. Director Ejecutivo @somoshungaros. Ex UEFA y El Confidencial. Escribo a título personal.