Contra Trump, storytelling deportivo

En la antesala del horror, los medios deportivos deben comprometerse con sus héroes y sus consumidores.

Santiago Cordera
Cámara Húngara
3 min readJan 20, 2017

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Foto: Hernán Piñera (WC)

México se está desangrando. En el Norte y en el Sur. Las malas noticias llegan en forma de tormenta. El peso sube. A Peña sólo lo aprueba un 12% de la población según la última encuesta del periódico Reforma. Nos despertamos con balaceras en el Caribe. Nos horrorizamos con matanzas en escuelas. Y estamos por ver lo que nos depara el destino con la llegada a la presidencia de Estados Unidos de un engreído y peligroso Donald Trump.

Negar la preocupación que como mexicanos nos embarga sería irresponsable. Negar que estamos ante una adversidad de dimensiones desconocidas nos acercaría al abismo. Pero no reconocer que con el desprecio de nuestro vecino del Norte tenemos una gran oportunidad como mexicanos, sería un error.

Es momento de actuar, de mover el balón por todo el campo para que el rival corra, se desgaste, muy a lo Guardiola, de lado al lado hasta que se abran los espacios, el rival se canse, y las oportunidades de gol lleguen a nuestros pies. La industria del entretenimiento tendrá un papel protagónico y una responsabilidad mayúscula. Debe convertirse en un punto de fuga, abrir una dimensión sin extensiones físicas en la que el usuario encuentre un refugio ocasional, momentáneo, y las narrativas sean un bálsamo que alivie las heridas.

El periodismo deportivo fue concebido como un canal de comunicación entre deportistas y aficionados. A través del puño y la tinta en el pasado, y el teclado en nuestros tiempos, el periodista escrito, debía reducir las distancias que existen entre los atletas que recrean un mundo idílico y los aficionados que consumen sus historias. El fin, crear un paraíso terrenal de convivencia entre protagonistas y consumidores.

En ese mundo convivían todos. Deportistas, aficionados y periodistas. Era una comuna no tan hippie que alimentaba las ilusiones que la realidad política, económica, social, a nivel mundial, mataba a golpe de guerras, corrupción, y crisis económicas.

Este 20 de enero la relación bilateral entre México y Estados Unidos cambiará. México tiene la oportunidad de independizarse -de cierta manera- de su vecino. Unirse y trabajar en conjunto para volverse menos vulnerable y hacerse más fuerte. Su vecino, cargado de un nacionalismo abominable, probará suerte, probablemente sin saber las consecuencias, sin nuestro respaldo, que no es poco. Pero también, este 20 de enero debe ser un parteaguas para la industria del entretenimiento en la que también debería habitar el storytelling deportivo.

Como proveedores de contenido, tenemos la tarea de recrear un mundo en el que circule la información de calidad y asegure el entretenimiento. Ante tiempos difíciles, bálsamos de rosas. En la antesala del horror, los medios deportivos deben comprometerse con sus héroes y sus consumidores, hacer de esa dimensión sin extensiones físicas un punto de fuga para escapar, aunque sea por unos minutos, de la dura realidad nacional. La industria del entretenimiento crece en épocas oscuras. Hoy, tenemos la oportunidad de cambiar. Hoy, tenemos la tarea de informar y entretener. Hoy, tenemos la oportunidad de crear un paraíso terrenal a través del deporte, sin evasiones, o con ellas, pero con la conciencia de que nuestro contenido debe ser el más efectivo bálsamo contra la dolorosa realidad.

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Santiago Cordera
Cámara Húngara

Cofundador y Director Editorial de @juanfutbol. Underdog. Director Ejecutivo @somoshungaros. Ex UEFA y El Confidencial. Escribo a título personal.