Libertad Creadora

¿Somos libres? He aquí la gran pregunta milenaria.

Piero Fiorio
Karaku: Cápsulas Filosóficas
9 min readJul 29, 2020

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La gran mayoría de las cosas que condicionaron (o, mejor dicho, condicionan) nuestras vidas no las elegimos: dónde nacimos, en cuál familia, con qué nivel socioeconómico y con cuáles características biológicas. Sin embargo, así como la vida tiene una súper dosis de determinismo, también se encuentra en constante cambio, un cambio de carácter imprevisible. De esta manera, la vida está siempre abierta a la posibilidad… ¡la vida genera posibilidad!

Casi todos los humanos tenemos los mismos genes (21.000) dispuestos de la misma manera y más del 99,9% de nuestra secuencia de ADN es idéntica a la de cualquier otra persona. Consecuentemente, solo el 0,1% de los pares bases de ADN, no solo marca nuestras diferencias, sino que nos hace únicos, pues la combinación de los mismos elementos (adenina, timina, citosina, y guanina) que conforman nuestro genoma, es única en cada persona. [I]

“El hecho de que el hombre sea capaz de actuar significa que de él cabe esperar lo inesperado, que puede realizar lo que es infinitamente improbable. Y esto, una vez más, solo es posible porque cada hombre es único, de modo que con cada nacimiento llega al mundo algo exclusivamente nuevo”. [II]

Reconociendo que cada individuo inicia el camino de la vida, de fábrica, en una posición diferente, con condiciones y características únicas y fuera de su control, para mí tiene mucho sentido, entonces, tratar de aprovechar al máximo las capacidades y el contexto que tengo disponibles y concentrarme en las cosas sobre las que sí tengo influencia. Aquí nos encontramos en un terreno muy explorado y a la vez desconocido, pues sigue abierta la investigación y la discusión sobre nuestro origen y posible destino, sobre el funcionamiento de nuestra mente y nuestro cuerpo, sobre las implicaciones de la genética en quiénes somos, sobre “el yo”, etc. En definitiva, se puede discutir mucho sobre lo cual tenemos o no control.

Luego, aceptando que aún nos falta información, propongo la siguiente reflexión. Ya que para comprender e interpretar el mundo necesitamos de referencias y mediciones, imaginemos lo siguiente: si pudiésemos cuantificar el control que tenemos sobre nuestras vidas y la cifra en cuestión resultase (por ejemplo) 0,1%, automáticamente nos podría resultar intuitivo que, en tal caso, importa muy poco lo que hagamos o no (pues 0,1% parece muy poco). Sin embargo, esta proporción tan pequeña es la que, al fin al cabo, determinará cómo el individuo continuará el camino desde su punto de partida (y con sus respectivas condiciones). Este 0,1% es el que marca (TODA) la diferencia, tal como en el ADN.

Si bien la cifra anterior es ficticia, el hecho de que no podamos cuantificarla es, en realidad, algo que tenemos a nuestro favor… ¿Cómo (pre)determinar la capacidad, la voluntad, la creatividad de un ser humano?

“Queremos ver el universo desde una perspectiva mecanicista y determinista, pero la realidad, al tener que ver con la vida y el tiempo, está abierta constantemente a la posibilidad”. [III]

Ahora bien, ¿cómo funciona esto 'de la influencia’ en la práctica? Básicamente, en el momento en que somos conscientes de los elementos existentes en nuestro universo interior se abre un mundo de infinitas posibilidades; infinitas posibilidades dado que la consciencia es amorfa y la imaginación es infinita (por supuesto, dentro de un marco de acción sujeto a diversas condiciones, como la entropía). Luego, nuestra relación con la mente y nuestras interpretaciones moldean nuestra experiencia e incitan que actuemos de determinadas maneras (favorables o no favorables, por ejemplo). Incluso, podemos auto-inducirnos a estados de bienestar [Personaje recomendado: Sam Harris].

Así, es en la relación con la mente donde tenemos influencia y, si bien no podemos controlar lo que sucede, podemos gestionar nuestra experiencia.

Todo esto posibilita que seamos protagonistas de nuestro caminar. Un ejemplo cotidiano y útil: la activación física es una buena forma de cortar las espirales negativas [IV], es decir, aquellos estados en los que todo apunta a que inevitablemente permanezcamos con sensaciones de disgusto, con emociones como la ira dominándonos.

Nuevamente nos topamos con varios desafíos:

  • El universo interior no tiene la misma lógica que el exterior.
  • Solo somos conscientes del 5% de nuestros pensamientos y estos son en su mayoría negativos. [IV]
  • Asimismo, la gran mayoría de las acciones (o, la gran parte de cada acción) que emprendemos, las realizamos en piloto automático, ya que son hábitos grabados en el subconsciente. Incluso nuestra forma de pensar es un hábito. [IV]

(La Secuencia del Todo es una lectura recomendada para aprender, entre otras cosas, a modificar nuestra forma de pensar).

No obstante, a pesar de que solo percibimos el 5% de nuestros pensamientos, no podemos ignorar su influencia en nuestras vidas. De hecho, este 5% representa, en cierta manera, toda nuestra vida, pues es la parte del todo que podemos percibir y con la cual podemos interactuar de forma directa. En este sentido, representa un todo en sí mismo.

Así, observamos nuevamente el mismo patrón: la porción del todo más pequeña es la que para nosotros marca (toda) la diferencia y, así como ésta tiene relación de correspondencia con el todo del cual forma parte, pareciera ser que la totalidad cabe en ella (o, dicho de otra forma, que es un todo en sí misma).

Haciendo una analogía: una gota de agua (simple y pequeña en comparación al mar entero) contiene la información esencial de todo el mar (H20) y termina afectando a su totalidad, tal como casi cada célula que compone nuestro cuerpo contiene los mismos 3 billones de pares bases de ADN que compone el genoma humano [V], el cual contiene toda la información necesaria para construir y mantener un organismo vivo durante toda su vida [I]. Continuando: si las gotas son nuestros pensamientos conscientes, es a esta pequeña gota a la que podemos modificar de forma directa y, por consiguiente, a través de ella afectar intencionalmente al mar entero (incluido su rumbo), es decir, nuestras vidas. Por otro lado, si las gotas somos nosotros, tan solo somos un punto ínfimo (valga la redundancia) en el universo y, simultáneamente, nuestro interior representa un universo entero; en esta dinámica bicondicional, cada gota afecta a todo el mar y viceversa.

EN UNA GOTA DE AGUA CABE LA INMENSIDAD DEL MAR.

Photo by zhang kaiyv on Unsplash

Nos invito a ser conscientes de lo siguiente: absolutamente todo lo que hacemos y dejamos de hacer, por más irrelevante que sea su apariencia, tiene un efecto en nuestra vida, en su rumbo y en todo el entorno. ¿Qué huella estamos dejando? ¿Cómo queremos que nos recuerden?

Sea o no que creamos que tenemos una misión personal, y sea ésta de carácter divina (o alguien/algo nos la haya designado), creo que podemos coincidir en que queremos recorrer el mejor camino posible. De esta manera, da igual si en nuestra cosmovisión este camino lo hacemos o lo descubrimos, pues el hecho es que queremos el mejor posible y contenemos la información y capacidades esenciales… por lo menos para intentar acerarnos a él. Entonces, ¡aventurémonos y empecemos a caminar intencionalmente! Los riesgos de no emprender camino alguno son más grandes que los de sufrir o perecer en el intento. De todas maneras, si de algo estamos seguros, es de que el sufrimiento es inherente a la vida y de que en algún momento imprevisto vamos a morir.

Basta creer para tener la posibilidad de crear.

¡Reconozcamos el hermoso e infinitamente valioso regalo que es la vida y asumamos el emocionante desafío que signfica transitarla! ¡Con todas nuestras capacidades al servicio de la misma!

Exploremos nuestro universo interior para poder plasmar nuestro máximo potencial en el mundo exterior. Que cada paso en nuestro caminar esté en armonía con todo su alrededor, nos plenifique y acerque a nuestra mejor versión. Que cada huella que dejemos agregue valor a todo(s) lo(s) demás, ¡especialmente a aquellos que empezaron el camino con mayores condiciones limitantes!

Gocemos de la vida y vivámosla al máximo, reconociendo cada persona, cada experiencia y cada oportunidad; agradeciendo, en primer lugar, el simple y trascendental hecho de estar vivos, cuya probabilidad es de 1 en 10 elevado a la 2.685.000 potencia [VI], pues, entre otras cosas, durante los últimos 3.800 millones de años (1) hemos adoptado distintas formas de vida para subsistir y (2) cada pareja que compone a nuestros antepasados se tuvo que encontrar y traer vida al mundo [VII]. Es decir, en la primer cifra hay más de dos millones de ceros a la izquierda del uno, por lo que ésta es prácticamente cero. Además, por si no bastasen suficientes razones para quedarnos perplejos ante las mínimas posibilidades de existir, podemos considerar que una vida humana larga solo suma unas 650.000 horas [VII].

Algunas prácticas (generales) que creo pueden resultar útiles para experimentar la libertad, acercarnos a nuestra mejor versión, impactar de manera positiva y alterar según nuestros deseos y necesidades (y los medios a disposición) nuestro destino, son las siguientes:

  • Conocernos. ¿Cómo? Dándonos espacios intencionales de silencio y contemplación, pues estos momentos son fundamentales para explorar nuestro universo interior, para descubrir la vida que sucede y todo lo que es, para dar lugar a preguntas e intentar responderlas, para darle forma y color a nuestra cosmovisión. Sin pausas es difícil digerir (dimensionar) la vida, reconocer lo que es y sucede, y generar aprendizaje. En estos (y otros) momentos: escribir. En definitiva, en el proceso de (re)conocernos y explorar el mundo, queremos sembrar en nuestro interior creencias (las cuales nos permiten crear) que nos potencien y se manifiesten de la mejor manera posible en el exterior.
  • Compartir e invertir lo más preciado que tenemos, nuestro tiempo, con nuestros seres queridos y las personas que realmente nos hacen bien. En cada momento, dejar nuestra mente y nuestro corazón abiertos; participar en el tiempo-espacio con interés genuino y escucha activa a los demás, filtrando cada palabra que vamos a decir de acuerdo a lo que es simultáneamente verdadero, necesario y bueno y teniendo en cuenta la siguiente pregunta: '¿Qué estoy transmitiendo?' [IV] Hacer todo esto también con aquellas personas a las que pensamos podemos agregar valor y están dispuestas a recibir nuestra ayuda. Utilizar todos nuestros medios disponibles, generar todas las condiciones posibles, para nutrir y alimentar, para profundizar y ampliar, nuestros vínculos interpersonales (pues ellas son la piedra angular para vivir una vida sana y feliz [VIII]).
  • Identificar cuáles son las fuentes de energía que nos sanan, nos traen a tierra, nos liberan y nos llenan de vida, en sus distintas proporciones y con sus respectivas compatibilidades con las diferentes situaciones cotidianas en las que nos encontramos (e.g. compartir con un ser querido, hacer ejercicio físico, meditar o rezar…). Luego, empeñarnos en transformarlas en hábitos. Dicho de otra forma: hacer sistemáticamente más de lo que nos gusta, nos hace bien y nos hace crecer. Esto afecta nuestra calidad de vida, nos permite crecer y va moldeando nuestro destino. Cuanto mejor nos encontremos, más y mejor podremos hacer (por lo que impactaremos mejor en nuestro entorno).
  • Dar espacio a la creatividad y a la intuición; sumergirnos profundamente en los momentos de flow y conocer cómo generarlos.
  • Amar.

Seamos sabios. Asumamos las nociones y emprendamos las acciones más elevadas, más amplias, más nobles y más profundas que nos sean posibles. ¿Tienes idea de la responsabilidad que te corresponde por este quehacer del futuro de la humanidad? Si realmente fueses consciente, desde el fondo de tu corazón, del profundo impacto que cada uno de tus pensamientos, sentimientos y acciones tienen en la forma del mañana que ahora empieza, te quedarías boquiabierto ante la importancia de este momento, el más importante y resplandeciente de todos los días de tu vida… [IX]

¿Te animas a experimentar la libertad, asumiendo verdaderamente el potencial de co-crear juntos un mundo mejor?

¡Hasta la próxima!

Referencias:

[I] National Human Genome Research Institute (NHGRI).

[II] Hanna Arendt, en La Condición Humana (1958).

[III] Interpretación de Tom Butler-Bowdon respecto a La Evolución Creadora (1907) de Henri Bergson, en 50 Clásicos de la Filosofía (2013).

[IV] Bruno Fiorio Carrizosa, en La Secuencia del Todo.

[V] Science in the News, a Graduate Student Group at the Harvard Graduate School of the Arts and Sciences.

[VI] Infographic: The odds of being alive, del Dr. y M.Phil. Ali Binazir, disponible en The Business Insider.

[VII] Bill Bryson, en Una breve historia de casi todo.

[VIII] Robert Waldinger, Director of the Harvard Study of Adult Development, en What makes a good life? Lessons from the longest study on happiness.

[IX] Ken Wilber, en La Religión del Futuro.

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Piero Fiorio
Karaku: Cápsulas Filosóficas

La realidad supera ampliamente a la ficción. Fascinado con la experiencia de vivir.