Del frágil destino de las startups y las guerras de Post-it
Hace demasiado calor. No lo decimos nosotros (que también), lo confirma la propia NASA, que anunció que este año se va perfilando como uno de records en altas temperaturas. Mejor quedarse en casa, acompañados de ser posible con una limonada y nuestras recomendaciones de la semana.
Comenzamos con el tráiler de Swiss Army Man, que ha hecho las delicias de la redacción; un filme que además de venir avalado con un premio a Mejor Dirección en el Festival de Sundance, parece contar una historia tan divertida como surrealista, de la mano de un náufrago y su compañero de ruta el hombre-navaja-suiza.
Otro anuncio de que nuestro futuro será caluroso pero mejor, es que Twitter –según un reporte de Bloomberg Businessweek– próximamente permitirá que las fotografías y los enlaces no entren en el conteo de los 140 caracteres de sus mensajes. Una excelente noticia para los medios de comunicación y los disparadores de memes.
Si el esfuerzo de los chicos de la compañía del pajarito azul no les convence, y creen que pudieran hacerlo mejor, siempre les queda apostar sus ahorros en el próximo rival de Twitter (como se habrán dado cuenta los lectores cubanos, esto es más que una licencia poética; acá no podemos ni comprar online, no digamos adquirir acciones de una compañía a través de plataformas de crowdfunding). En este trabajo explican todo lo que debe saber si quiere convertirse en accionista del Facebook de la próxima década.
En cualquier caso, no les recomendamos que lo apuesten todo a una startup. A todos nos hace ilusión vernos convertidos en los nuevos reyes del barrio, pero la verdad es que el porciento de fracasos de estos emprendimientos es inmenso. Y es por eso que un grupo de investigadores analizaron casi 200 blogs de startups buscando las causas de su fracaso. Aquí pueden revisar una muestra de los resultados.
Para contrarrestar la depresión que debe haberles dejado descubrir que nunca tendrán la fortuna de Mark Zuckerberg, aquí les dejamos un repaso por algunas de las comidas más famosas de los dibujos animados. Advertencia: ver con la barriga llena, que la gula es un mal imparable.
Y nos despedimos con la adorable historia de una batalla de Post-it entre dos edificios en Canal Street, New York. Una contienda de creatividades y humor entre las compañías que se alojan en estos inmuebles, muchas de ellas de publicidad. Ojalá todas las guerras fueran así.
