Startups en Cuba II: Innovando el futuro, en ecosistemas

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7 min readApr 6, 2016
Ilustración: Mayo Bous/Cachivache Media.

Por: Ramón González

¿Puede un árbol de roble nacer en medio del desierto? — Difícilmente.

Los grandes árboles maderables, antes de convertirse en dueños de los bosques, han de nacer y crecer en un ecosistema que les proteja y les ayude a encontrar todo lo que necesitan para sobrevivir el nacimiento y la primera etapa de la vida en la que son completamente frágiles.

Las grandes empresas como Apple, Twitter, Google y Facebook pueden clasificar como árboles gigantes cuyas raíces -infraestructura-, expandidas por casi todo el planeta, soportan perfectamente el gran peso de miles de trabajadores y decenas de productos en producción y en desarrollo, brindándole sus frutos a casi toda la humanidad.

Pero hasta Apple y Google fueron alguna vez una pequeña semilla, luchando por sobrevivir, su suerte: crecían en el Sillicon Valley, un ecosistema de emprendimiento.

Pero, ¿qué son los ecosistemas de emprendimiento? Se trata del ambiente en el que los emprendimientos surgen no solo por el talento, la voluntad y la visión de los fundadores, sino también porque existe todo un movimiento de apoyo alrededor de ellos que involucra al Gobierno, a través de políticas inclusivas de incentivo, y a los mismos emprendedores que se organizan en comunidades con el objetivo de ayudarse entre ellos en su afán de crecer y para proveer a los noveles de una serie de recursos, conocimientos y experiencias para iluminar el difícil camino de emprender.

Los ecosistemas han probado ser gran fuente de innovación, desarrollo, creación de valor y fuente de empleo. Muchos gobiernos de economías emergentes y de países desarrollados han apostado por incentivar el emprendimiento impulsando políticas amigables y reduciendo las barreras burocráticas. Sin embargo, en determinados casos, los ideales de ecosistemas de éxito están influenciados por experiencias de países cuyas economías son muy diferentes a las locales y lo que puede funcionar en un determinado lugar, podría causar el efecto contrario en otros.

Es por eso que el primero de los consejos del Profesor Daniel J. Isenberg publicados en la revista Harvard Business Review en 2010, bajo el título “How to Start an Entrepreneurial Revolution”, es exactamente: No imitar el Sillicon Valley.

Según el profesor Isenberg, la ambición de algunos gobiernos de crear un ecosistema similar en sus fronteras puede llevarlos a la frustración y el fracaso. Si bien es cierto que el Valley lo tiene todo –infraestructura, capital, talento, gran cantidad de emprendimientos y una cultura de la innovación y la colaboración–, su éxito fue consecuencia de una serie de circunstancias únicas y muy difíciles de reproducir: la creciente industria aeroespacial, fuertes lazos de colaboración entre la industria tecnológica y la Universidad de Stanford y una pujante e innovadora industria electrónica, entre otras.

En cambio, el profesor propone crear los ecosistemas teniendo en cuenta las condiciones locales. Cada economía es diferente y está estrechamente relacionada con la existencia o no de recursos naturales. Los países con menos recursos son los que muestran mayor innovación y son más propensos a favorecer el emprendimiento.

El tercer elemento que propone Isenberg, es involucrar al sector privado desde el comienzo. Los gobiernos no pueden impulsar los ecosistemas sin tener en cuenta que la principal motivación y la perspectiva más clara de cómo crear negocios auto-sustentables la tienen los emprendedores.

Del intercambio fluido y frecuente entre gobierno y actores privados pueden surgir importantes conocimientos para tomar las decisiones correctas y redactar las políticas adecuadas.

Si este proceso no fuera suficiente, el profesor sugiere que frecuentemente es posible encontrar conocimientos muy valiosos entre emigrados que hayan tenido éxito en ecosistemas extranjeros, invitándolos a participar activamente y facilitando su regreso si así lo desearan.

Un ejemplo de éxito en este sentido, mencionado por Isenberg, puede verse en Taiwán. En los años 70, luego de un drenaje de talento hacia los EEUU durante una década, el Gobierno reconoció la necesidad de impulsar los emprendimientos y decidieron enviar delegaciones al Sillicon Valley para aprender de las mejores prácticas. Varios ingenieros taiwaneses que se habían convertido en ejecutivos de grandes empresas en los EEUU, participaron activamente de ese intercambio técnico y en la creación de nuevas políticas de incentivo al emprendimiento. Para el año 1998, más de 40 mil ingenieros habían regresado a su país de origen en búsqueda de oportunidades de negocio.

¿Cómo crear un ecosistema de emprendimiento en Cuba?

Ante todo debe existir voluntad política para llevarlo a cabo, y un consenso entre Gobierno y sector privado sobre cómo hacerlo. Para ello las enseñanzas del profesor Isenberg antes mencionadas podrían ser un punto de partida: ¿Cómo impulsar un ecosistema de emprendimiento en las condiciones actuales de la economía nacional? ¿Cómo iniciar un diálogo entre autoridades y sector privado que conlleve a un consenso acerca de las políticas más adecuadas? ¿Cómo el sector privado y el gobierno pueden crear alianzas de apoyo mutuo que aporten a la formación de talento, a la solución de problemas y a la creación de valor? ¿Cómo involucrar a la diáspora en este sentido? ¿Es posible recuperar parte del talento que ha emigrado? ¿Qué factores favorecen el éxito de un ecosistema?

Un Resumen Ejecutivo publicado por la red internacional de apoyo a las comunidades emprendedoras, TECHSTARS, plantea que los cinco elementos fundamentales que, al converger, favorecen el éxito de los ecosistemas de Startups son: Talento, Densidad de Talento, Cultura, Capital y Ambiente Regulatorio.

Startup Weekend celebado en La Habana, en noviembre de 2015. Imagen: El catalejo de Rami

El capital humano es la mayor fortaleza de nuestro país. Durante décadas cientos de ingenieros y licenciados han sido graduados en todos los campos, especialmente en las ciencias de la computación.

En cambio, en los demás elementos la situación no es favorable: no se promueve la cultura del emprendimiento, el acceso al capital es muy reducido y el ambiente regulatorio es todavía demasiado estrecho.

En temas de infraestructura y servicios de apoyo también tenemos problemas. Es imprescindible la ampliación del acceso a internet de banda ancha entre toda la ciudadanía, siguiendo las mejores prácticas de seguridad y privacidad.

La red de redes es el terreno fértil en la metáfora inicial, es el lugar donde se plantan todas las semillas y donde se encuentran todos los recursos necesarios para sobrevivir, crecer y madurar.

Y con el Internet, se necesita también Pasarelas de Pago, desarrolladas desde el sistema bancario cubano, que puedan ser consumidas y usadas por aplicaciones de comercio electrónico, servicios online y descargas de productos digitales. De esta manera, la ciudadanía cubana podría convertirse en consumidor activo de estos productos y servicios, mejorando así su calidad de vida.

Desde el exterior, también debería ser muy fácil pagar servicios y productos online desarrollados y ofrecidos desde Cuba. Recientemente la compañía de pagos en línea PayPal ha informado que planea abrir sus servicios para Cuba. La startup norteamericana Stripe Atlas también ha decidido crear un servicio de asistencia bancaria para emprendedores cubanos, que podrán abrir cuentas bancarias en los EEUU y gestionar sus ingresos y pagos en el exterior.

Otro elemento planteado por el resumen de TECHSTARS es la Densidad de Talento. Necesitamos trabajar juntos, aprender los unos de los otros, colaborar en proyectos de todo tipo, compartir nuestro conocimiento e incentivar el interés de los más jóvenes por estudiar ciencias de la computación.

Para ello es necesario crear nuevos espacios de trabajo colaborativos, llamados co-working, donde pueda participar todo aquel que tiene una idea y está decidido a hacerla realidad.

Al sembrar buenas ideas –semillas– en un invernadero lleno de talento y creatividad, las probabilidades de “vida” aumentan considerablemente.

Los espacios de co-working están cambiando la forma en que se trabaja en el ambiente emprendedor, convirtiendo los nuevos retos económicos, sociales y culturales en oportunidades a través de la innovación.

El manifiesto internacional de los co-working plantea la solución:

(…) Inspirados por la cultura de la participación del movimiento de código abierto y el carácter transformador de las TIC, estamos construyendo un futuro más sostenible. Somos un grupo conectado de personas y pequeñas empresas que crean una economía de la innovación y la creatividad en nuestras comunidades y en todo el mundo. Tenemos la visión de un nuevo motor económico compuesto por la colaboración y la comunidad (…)

Como bien dice el manifiesto, es necesario crear comunidades de apoyo, que involucren mentores y emprendedores experimentados que puedan guiar el trabajo de los noveles a través de eventos y sesiones de entrenamiento, algunos muy conocidos como los Startup-Weekend, Startup-NEXT, Startup-Week. Participar en uno de estos talleres puede ser decisivo en la vida de un emprendedor.

El último de los consejos del profesor Isenberg es actualizar o reformar el ambiente regulatorio.

Las actuales Licencias de Trabajo por Cuenta Propia (TCP) no responden a las necesidades reales de protección legal e incentivo que se necesita para salir adelante como emprendedor. Es necesaria una evolución de las regulaciones en las que la creación y disolución de pequeñas empresas pueda ser un proceso fácil y alejado de burocratismos.

¿Qué regulaciones serían las más óptimas para Cuba? — Es la pregunta del millón de CUC. Lo que sí es un hecho es que esas regulaciones deben nacer del consenso y la razón en las que se exprese la voluntad política de incentivar el emprendimiento más allá de solo permitirlo.

Los emprendedores e innovadores van a tener un rol protagónico en la construcción del futuro de Cuba. Sin embargo, es imprescindible apoyar el movimiento a través de ecosistemas funcionales y activos, logrados a partir de un estudio profundo de las condiciones actuales de la economía, las oportunidades que representarían para Cuba y de las alianzas y el intercambio constante entre las autoridades y el sector privado.

Asegurémonos de que empujamos todos en el mismo sentido.

Este es el segundo post de una serie sobre las Startups en Cuba, sus características y su introducción en el nuevo escenario económico cubano.

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