Transmitiendo EndirectoCuba

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6 min readJul 27, 2016

Por: Aracelys Avilés Suárez

El Desfile de la Serpiente suele iniciar el Festival del Caribe en Santiago de Cuba. Foto: Aracelys Avilés.

Los presentes no se convencían de que estaban transmitiendo en vivo. Algunas veces se utiliza el truco del cabezal de un periódico; para la ocasión se les ocurrió que el locutor mencionara en cámara los nombres de quienes comentaban en Facebook. “A partir de ahí se disparó la audiencia”, cuenta Naskicet Domínguez, uno de los artífices de la primera transmisión televisiva en vivo para Internet desde Santiago de Cuba.

El pasado 5 de julio, durante el Desfile de la Serpiente que da inicio al Festival del Caribe, tres negocios privados santiagueros (Claustrofobias, Lía Videos y Real impresión) transmitieron en streaming por sus propios medios, sin más intervención estatal que la conexión –por cuya utilización pagaron a la Casa del Caribe– y el permiso de rodaje.

La coordinadora enviaba los nombres de los internautas al equipo de la calle por el chat del Zapya de su móvil, pero como en algún momento el Zapya se le bloqueó “tuvimos que recurrir al método tradicional del papelito”, recuerda Naskicet.

Unas 1 489 personas, de las 7 738 que vieron la transmisión, según estadísticas reportadas por el equipo, interactuaron directamente con él: “Please, no vayan a parar la señal, todos los de la brigada médica están mirando”, escribió el usuario IER; “No esperaba que fuera tan así… estoy llorando”, comentó Rihar; “Coñoo… me paralizaron el corazón. Pal carajo… estoy en Cuba”, fue otro de los comentarios. Estados Unidos, México, Venezuela, Ecuador, Chile, Francia, Suecia, Italia, Alemania, Brasil, fueron, en ese orden, los países de mayor audiencia.

Para la muchedumbre que se reunió en los bancos del parque y a ambos lados de la calle Aguilera, nada extraordinario aconteció ese día más que la bola de fuego que uno de los descendientes de haitianos lanzó al aire, o los cuchillos que el viejo hougán trató de clavarse en la barriga, apretando con fuerza sin que la punta le atravesara el cuero. Sin embargo, era la primera vez que el desfile inaugural del Festival superaba los límites físicos de la calle Aguilera. Por primera vez cada detalle –la bola de fuego, los cuchillos– se proyectó al mundo desde las cuatro perspectivas donde se ubicaron las cámaras, con edición en tiempo real y un equipo dispuesto a interactuar con los internautas-televidentes.

La primera vez que Naskicet pensó en hacer algo parecido fue en 2012. En aquel entonces él –que necesita estar metido en varios proyectos al mismo tiempo– era parte de Lía Videos, productora audiovisual independiente con dos décadas de trabajo en la ciudad, y había fundado, en ese mismo año, el proyecto de promoción literaria Claustrofobias con el joven escritor Yunier Riquenes.

Varios noticiarios que Lía Videos filmó durante el Festival del Caribe de 2012 no pudieron ser transmitidos por Teleturquino. Naskicet aprovechó entonces la buena conexión del Festival, creó un canal en Youtube, que bautizó con el nombre de EndirectoCuba, y subió los noticiarios a Internet. “Es ahí cuando surge la idea de mantener un canal solo para transmisiones culturales”, rememora.

Pero no había Wi-Fi, ni un ancho de banda que permitiera la subida regular de videos. Como él mismo refiere, había que esperar de un Festival a otro, o que hubiese una actividad de Cultura donde se estableciera una conexión de más de dos megas.

En uno de sus primeros viajes a la Feria del Libro de La Habana como parte de Claustrofobias, le dieron la tarea, a él y a su compañero, de colaborar con el equipo encargado de las transmisiones en vivo para Internet. “Fue una sorpresa. Trabajamos en las redes sociales, logramos más de 2 millones de visitas, esa fue como la prueba de fuego, y aunque no estuvimos directamente en la transmisión, nos demostró que sí, que era posible”, reflexiona Naskicet.

De vuelta a Santiago, tocó la puerta de Aramís Fonseca, director de Lía Videos y amigo suyo, aunque ya había dejado de trabajar con él para dedicarse por completo a Claustrofobias. Aramís, un nombre bien conocido en Santiago, no solo por su trabajo con la productora, sino por impulsar otros proyectos no vinculados específicamente a lo audiovisual, como el concurso para voces santiagueras Oye mi canto, había logrado completar en su stock una unidad móvil de televisión.

“Fue en el 2010 cuando empezamos a hacer las primeras cosas con la unidad móvil, al inicio pedimos prestado a Cultura un equipo cercano al que necesitábamos y luego compramos un switcher. Aquellas primeras experiencias fueron un desastre, pero fuimos mejorando con el tiempo. Teníamos solo dos cámaras de definición estándar y pedíamos otra tercera para cada grabación”, cuenta Aramís.

En aquel encuentro los amigos no lograron ponerse de acuerdo en cuanto a si era posible o no hacer lo que en lenguaje técnico se llama streaming, desde Santiago de Cuba.

Pasó un año. “Me inserté con Aramís en la promoción del concurso Oye mi canto, que él patrocinaba, tratando de convencerlo a él y a su equipo de que internet y, en específico, una transmisión en vivo, eran lo mejor para que el evento fuera conocido”, recuerda, pero aun así no logró que creyeran en su experimento, y desistió. Pasaron tres años más para que a las puertas del 36 Festival del Caribe, Aramís, equipado ahora con sus cuatro cámaras HD, lo buscara a él para intentarlo.

El Gobierno municipal les dio luz verde para ubicar tres computadoras con Internet en la segunda planta de su sede y ETECSA llegó 15 minutos antes de que empezara todo. “Cualquier cosa podía fallar, que no sirviera la conexión, que se rompiera una cámara o una computadora, yo solo tenía la confianza de que era posible”, cuenta Naskicet.

“Lo que hicimos ese día no fue nada nuevo para el equipo, que es la grabación y edición en tiempo real de un evento. Nosotros solo teníamos que entregarle la señal a Naskicet”, dice Aramís.

Para las 6 de la tarde del 5 de julio, las cuatro Sony XD Cam PXW 200 ya estaban conectadas a una computadora, y listo también el software Vmix para obtener, editar y enviar las cuatro señales. “Con esta computadora es muy fácil hacer una transmisión de este tipo, el mismo software manda la señal para el sitio donde tú le digas, solo tienes que estar conectado a internet”, señala Aramís.

En toda la provincia, solo el telecentro estatal tiene una unidad móvil, pero es de calidad estándar, aunque en esta ocasión habría servido igual desde el punto de vista tecnológico, porque los 2 megabytes de ancho de banda que se contrataron a ETECSA solo dieron para transmitir en 720 x 480 pixeles, una calidad mínima. Aun así, Naskicet y Aramís no descartan la posibilidad de transmitir con una mayor calidad, “solo hace falta pagar una conexión más potente”, comenta Aramís.

Trabajaron unas 12 personas: cuatro camarógrafos, dos asistentes, una productora, el switcherman, el sonidista, dos en las redes y el director de la transmisión. Se utilizó el mismo canal que Naskicet creara en Youtube hace cuatro años, EndirectoCuba, que según sus propias palabras, es mucho más que eso: “La idea es nuclear a varios proyectos creativos en uno común, y que sea un gran proyecto de promoción cultural”, apunta.

¿Cómo va a funcionar ese proyecto? ¿Cómo superar el acto pionero de este 5 de julio y convertirlo en una práctica frecuente, rentable? Es importante demostrar competencias, como dicen los dos cabezas de la transmisión: “demostrar que sí se puede”, y lo demostraron, pero el reto que vencieron ese día y lo que está por venir, supera lo puramente tecnológico, justo porque la práctica se sostiene en un modelo de colaboración entre estatales y privados, cuyos hilos son aún muy finos y endebles.

Sin embargo, y más allá de las interrogantes, bien pueden los precursores sentarse a mirar los fuegos artificiales que dejó el hecho en sí mismo.

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