Una hora-nauta en la Ciudad Nuclear
25 de agosto de 2017
En el parque una muchacha se conecta a Internet: “Es la primera vez que lo hago -le dice a alguien en su dispositivo- y solo tengo una hora”. Y una hora también tengo yo -pienso- para conectarme y tomar algunas fotos en la Ciudad Nuclear.
11: 37 am
La Ciudad Nuclear no era mi destino. Cerca de allí está la Bahía de Cienfuegos y una playa en la que te puedes bañar mientras los barcos entran y salen del puerto.
Según Maps.me estoy a 950 metros de uno de los edificios del centro de la zona. El camino es corto y la playa está tranquila. Regresa rápido, me piden.
Los edificios son mi punto de referencia para entrar y el pretexto para caminar un rato bajo el sol. De camino, trato de conversar con un señor que lleva una carretilla, pero él me dice que no sabe nada, que no recuerda nada. No quiere hablarme, y no le insisto.
11:58
Carretilleros, cafeterías, la zona wifi y muchas personas pasando. Todo flanqueado por dos grandes edificios vacíos. Estoy en el centro de la Ciudad Nuclear, toda una infraestructura habitacional creada para alojar al personal que trabajaría en la Central Electronuclear de Juraguá, la obra industrial más grande que se construiría en Cuba y que no terminó por el contexto que llegó con los años 90.
La calle tiene su ritmo. Un niño pasea en una carretilla, dos pescadores aceptan de buen ánimo que los fotografíe, pasan coches de caballo, bicicletas y muchas sombrillas.
La Ciudad Nuclear tiene demasiadas historias: la de los que la fundaron, los que han pasado por ella, y los que la viven.
Converso con una pareja que vende viandas y vegetales en un punto rústico. Pregunto por el edificio, tiene muchos pisos y no lo terminaron. “Dicen que está inclinado, que para vivir en él, hay que bajarlo y construirlo de nuevo”, me responden.
12:24
Regreso a la wifi, me conecto, publico una historia en Instagram. La muchacha sigue hablando, supongo que por IMO. A los dos nos queda poco tiempo, a mí en la ciudad, a ella en Internet.
Son pocas las personas que están conectadas. Todos miran sus pantallas…
12:40
Un barco entra a la bahía. Por el camino rodeado de árboles que separa los edificios del mar siguen pasando las sombrillas. Atrás quedó mi hora-nauta en la Ciudad Nuclear.