Llora la tierra. Lloramos nosotros, sin darnos cuenta

de que caminamos hacia el final. Y triste será el día en que se despiertar; no hay distinción entre nuestro cuerpo y la mente de los ríos, del tigre que llama en los márgenes de una carretera: “el fuego que me quema es lo mismo que pesará en su propia justicia”.

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Raquel Rapini
Cadeira Para um Só? Sim, por favor

Journalist | Muita coisa na cabeça, pouco nexo e alguns vômitos mentais