El sol y nuestra piel.
Exponerse al sol sin protección daña la piel y los ojos, y puede provocar envejecimiento prematuro, manchas, e incluso cáncer.
La exposición al sol sin protección provoca daños que se acumulan día a día en la piel. Esta tiene efecto memoria, es decir, que el exceso de luz solar queda registrado sobre la piel y, cuando se ha producido una quemadura en el cuerpo, con el paso del tiempo puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel o, dependiendo de la gravedad, causar distintas lesiones.
Por ello, lo mejor es prevenir estas situaciones utilizando protectores solares adecuados, y siguiendo una serie de pautas como aplicarlos media hora antes de exponerse al sol, reponiendo el producto periódicamente, y evitando las horas de máxima intensidad lumínica (entre las 12 y las 4 de la tarde).
Pero el sol también trae beneficios para nuestra salud, tales como:
- Activar la circulación.
- Favorecer la síntesis de la vitamina D 3.
- Fortalecer los huesos.
- Reforzar el sistema inmunológico.
Asimismo, el sol influye en el estado de ánimo, ya que equilibra el sistema nervioso y ayuda a combatir la depresión.