El “yoga” del café

Sé un máster en la práctica y disfrútalo como se debe

pamela vazz
Cafe con Pam
8 min readFeb 15, 2020

--

A casi todo el mundo nos gusta tomar café. Por otro lado, cada vez más gente practica yoga o se interesa por practicarlo alguna vez en su vida. Pero ¿qué tienen que ver el café y la práctica de yoga? ¿cómo se conjugan? ¿cuál es la relación? ¿existe una combinación perfecta?

¡Muy bien, lectores! Ahí les voy…

Photo by Patrick Malleret on Unsplash

Para empezar debemos tener bien claro, o lo más claro posible, qué es yoga, y para hacerlo breve les cuento primero lo que no es:

No es una religión ni movimiento social; no es un deporte ni juego de azar o truco de magia.

Tampoco es ir por 45 minutos 3 veces por semana a un estudio y sentarse con las piernas enroscadas como un bretzel, haciendo figuritas con las manos cantando “omm” y luego pararse de manos o hacer postureo acrobático lastimando tu cuerpo para que lo vean tus amiguitos de instagram. No. Esto no es yoga.

Las posturas del cuerpo (asanas) y manos (mudras), acompañados de la correcta respiración (pranaiama) y meditación (dhiana) son solo una parte — muy importante, pero solo una parte- del yoga.

Por definición y a grosso modo, el yoga (del sánscrito ‘unión’) es una tradicional disciplina física y mental que enfatiza la meditación y la liberación. Y como tal, es mucho más que solo 45 minutos de práctica cada 3 días. Es una disciplina por lo tanto es un trabajo constante con nosotros mismos, en cada acción, en cada palabra y pensamiento: cuerpo y mente. Es estar presente, ser plenamente consciente.

Ya lo que cada quien opine, si le gusta o no, si le funciona o no, si lo encuentra lógico o absurdo, es rollo de cada quien y ahí no nos vamos a meter. No hay que desviarnos.

Ahora, ¿ya vieron por dónde vamos?…ok, sí, pero ¿el café qué tiene que ver?
Ok. Les voy a compartir lo poco que conozco, lo que he aprendido y que en mi caso se ha vuelto una práctica constante y muy placentera. Y no tiene que ver única y exclusivamente con el café.

Dentro de este “todo” o trabajo constante, existe otra parte que es fundamental pero que muchas veces se pasa por alto o lo tomamos como algo secundario, pero en realidad es casi casi, el principio… Esto que sería un combo de las bases de pratiajara, dharana, santosha y samadhi, llamémoslo el ‘yoga de la nutrición’ para no entrar en detalles confusos. Nos explica como el alimento es mucho más efectivo que cualquier pensamiento, emoción o esfuerzo de voluntad; algo así como “barriga llena, corazón contento” a lo que yo agregaría: “…y mente consciente”.

Cuando padecemos hambre y sed, el solo hecho de alimentarnos calma toda nuestra ansiedad, malestar o debilidad, nos fortalece y pone de buen humor, es la única cosa capaz de reponer nuestra salud y energía. Gracias al alimento podemos seguir moviéndonos, hablando, sintiendo, y pensando. Podemos vivir.

La humanidad ha trabajado todos los días desde hace miles de años para conseguir alimento, incluso esto ha sido causa de muchas guerras pero esta actitud es simplemente un instinto que como humanos compartimos con el resto de los animales.

Photo by Peter Secan on Unsplash

Sin embargo, no hemos entendido la importancia de acto de comer/beber. En realidad ni siquiera tenemos idea de cómo hacerlo tragamos todo casi sin masticar o sin sentir el sabor de lo que estamos bebiendo. Sin saber lo que estamos haciendo. Nuestras cabezas y corazones están sumergidas en ideas caóticas, por eso nos enfermamos solos! Todas nuestras funciones están alteradas, nada funciona como debería, ni la digestión ni la eliminación de toxinas. Mucha gente se enferma seriamente de esta manera sin saber que una de las principales causas es la manera en la que come.

Cuando las personas comen distraidas de su alimento, después de comer se sienten cansadas o con sueño y poco entusiasmo, y no digieren bien su comida— típico mal del puerco- por el contrario, aquellos que saben cómo hacerlo correctamente están claros de mente y en estado de alerta después de comer (con o sin café).

¿Y cómo debemos comer/beber? ¿Dónde está el ‘yoga del café’ o de la nutrición?

Viene a continuación, y como les dije antes, no es exclusivo para el café sino que aplica para cualquier tipo de alimento, solo que yo lo he llevado mucho a la práctica con el café, y lo quise tomar como base y ejemplo para compartir con ustedes.

Mucho antes de que tu estómago reciba la bebida o el alimento, el sistema nervioso ya se alimentó.

1. El comienzo: sistema nervioso

Inhala

  • Antes de tomar café o alimentarte, deséalo. Y si lo puedes preparar tu mismo/a disfruta todo el proceso. Házlo con todas las ganas.
  • Disfruta cada olor.

Los olores y sabores no los podemos tocar ni ver, sin embargo existen para activar nuestras neuronas y hacer funcionar nuestros sistemas. Funcionan parecido al amor.

Cuando nuestro olfato percibe moléculas volátiles, se produce una señal eléctrica que llega al cerebro y este la ubica un archivo personal de olores que almacenamos desde nuestro primer respiro. Al oler una cosa el subconsciente recuerda todo lo que sabemos sobre ella.

Photo by William Moreland on Unsplash

El café tiene una serie de compuestos aromáticos placenteros para la mayoría de nosotros provocando una sensación de bienestar Observa ¿cómo te sientes cuando hueles el café recién molido o recién preparado?

2. El durante: consciencia

Sostén el pensamiento

  • Procura beber o comer en silencio (o al menos con la cabeza en paz, presente).
  • Bebe o mastica de manera consciente. Lentamente disfruta y descubre cada textura y saboreala hasta que se desvanesca en tu boca.

La boca contiene dispositivos altamente perfeccionados en forma de glándulas encima y debajo de la lengua que tienen la habilidad y la tarea de extraer las partículas más finas o “etéreas” de los alimentos y bebidas. Por eso nos sentimos aliviados y mucho mejor con saborear el primer sorbo de café, té, agua o bocado. Mucho antes de que tu estómago reciba la bebida o el alimento, el sistema nervioso ya se alimentó.

Sí, pero ¿cómo hacerlo presente, lenta y conscientemente? No se puede ser tan zen con sed ni cuando tienes muchísima hambre.

Pues ahí está la parte importante del trabajo y la práctica: intenta, desde que lo estés preparando y también cuando lo estés bebiendo o comiendo, en concentrarte, enfocarte en el alimento en sí, desde cómo será la semilla o la planta de la que viene, o dónde se originó. Cómo se cultiva. Qué te aporta nutricionalmente. Todo el proceso que requirió y por todas las manos y lugares por las que tuvo que pasar para que finalmente lo puedas estar disfrutando. Dónde lo adquiriste (aún mejor si lo cultivaste tú mismo). Cómo lo recibiste. Qué estás haciendo para prepararlo. Con qué lo vas a combinar y por qué te gusta comerlo o beberlo de esa manera.

Si es un café, ¿cómo lo tomas y por qué? ¿cómo es la costumbre de tomar el café en el lugar donde estás? ¿cómo es diferente este ritual en otras partes del mundo? ¿por qué lo tomas solo, con más agua o con menos, con leche, etc.? ¿por qué sabe a lo que sabe? ¿sabe a algo más? ¿detectas otros sabores escondidos: a fruta, frutos secos, plantas, ahumado, especias, etc? ¿detectas lo dulce, ácido, amargo, salado...? ¿en qué parte de la lengua logras (o no logras) sentir cada sabor?

Photo by Jeremy Banks on Unsplash

Pon atención a cómo se siente cuando toca tus labios y pasa por tu lengua, garganta hasta llegar al estómago. Si su textura es suave, porosa, crujiente, cremosa, aceitosa… ¿cuántos sabores de tu alimento puedes distinguir? … incluso, ¿qué ingnoras y qué sabes de lo que estás comiendo o bebiendo? ¿sabes cómo funciona dentro de tu cuerpo?… ¿te gustaría saber más?

Siente lo rico que es y lo bien que te hace sentir. Eso te llevará despacio y sin esfuerzo al último paso.

3. El final: buen provecho

Exhala

No conozco a alguien que no se sienta agradecido (aunque no siempre de manera consciente) por comer delicioso o por sentirse bien de cualquier manera , y aunque lo recomedable es estar agradecidos por los alimentos desde antes de comer, no está de más tenerlo claro también cuando hemos terminado. Ahí está el verdadero “buen provecho”. Una vez que has comido de esta manera podrás entender mejor el valor del alimento o bebida y cada vez que lo hagas serás más consciente de ello. Habrás estado presente, aquí y ahora con tus alimentos. Quizá ya en este punto entiendas lo sagrado que hay en ello (si es que te gusta verlo de ese modo). Y toda información que cada partícula de tus alimentos le entregue a cada célula de tu cuerpo llevará toda la energía que tú mismo le has dado durante todo este proceso, y te será entonces de muy buen provecho.

Photo by Dayne Topkin on Unsplash

Con el café pasa exactamente lo mismo, ¿o no te has dado cuenta que después de tu primer sorbo de café lanzas un “aaaahhh” (silencioso o no) como de alivio? Y quizá no te das cuenta pero también es agradecimiento. Entonces el siguiente paso es hacerte consciente y agradecerlo. Incluyendo a todo lo que tuvo que pasar y a la gente que trabajó por tantos años cuidando esos granos de café: Regando, abonando, cortando bajo el sol, frío y lluvia. Cultivando. Transportando. Seleccionando una y otra vez. Calibrando. Tostando… para que pudieras disfrutar ese cafecito que huele a felicidad y sabe a gloria por las mañanas, o a cualquier hora.

Y ahora un dato para acompañar tu trabajo y práctica del “yoga del café”. Los granos de café que te tomaste esta mañana tu vieron que pasar por un proceso de mínimo 4 o 5 años para llegar hasta tu taza, ese café que, si fue un espresso, te tardaste menos de 1 minuto en tomarlo, y si fue un café largo: negro -o americano- , cappuccino, latte, etc. quizá unos 10 -15 minutos. Ahora que si echabas el chisme y lo disfrutabas a sorbos pequeños entre risa y risa, entonces posiblemente unos 20 - 30 minutos. Pero de cualquier forma es muy poco comparado con todo tuvo que pasar para llegar a darte ese pequeño gran placer. Así que te invito a valorarlo. Agradecerlo. Sé consciente de que cada gota representa no sólo lo 3 minutos de preparación en la barra, sino años de dedicación y trabajo, y nada más por si todavía no dimensionamos claramente…¿cuánto pagaste por ese cafecito? ¿y cuánto crees que costó realmente desde que lo sembraron hasta que llegó a tu taza? …Te digo, sumérgete en él, disfrútalo con todos tus sentidos a consciencia plena y …agradece. Esto es el yoga del café. Es el ‘yoga’ de la vida.

Inhala — sostén — exhala (repite).

--

--

pamela vazz
Cafe con Pam

Caffeinated thoughts / Communication Experiments / Human hormotional behaviour + other nonsense (but serious) stories in spanglishtalian / You’re welcome!