Despertar

Microrrelato

9:25 hs Me desperté y olí. En mis 28 años de vida nunca tuve esa oportunidad. No nací con olfato, no conocía el perfume de mi mujer, ni percibía el aroma de mi comida preferida. Tampoco el olor a verdín o a vainilla. Mi mundo era un mundo incompleto; un mundo pobre, quieto, insensible.

9:33 hs Hoy 15 de mayo de 1963, me despierta un olor negro, desagradable. Puedo describirlo pero no logro ponerle un nombre. Esa sensación no me deja levantarme de la cama.

9:47 hs Me levanto confundido. Se nota el miedo en mis ojos, en mi nariz. Por un momento, siento que me ahogo de angustia ¿o de temor? Ya no sé quién soy, ya no soy yo. Siento que alguien se apropia de mi cuerpo, de mi ser. Me encuentro desorientado en mi habitación, no sé a dónde ir. No sé si esta experiencia es parte de mi vida nueva o pertenece a mi vida anterior.

10:00 hs Tengo miedo y estoy cansado. La única seguridad que tengo es mi propia inseguridad. Me siento inseguro de ser yo y tener la capacidad de oler.

10: 02 hs Poco a poco mi inseguridad se va desvaneciendo; pero no es lo único que se desvanece. El olor me abruma, me atosiga, me oprime. Me encierra en una soledad infinita.

El 15 de mayo de 1963 a las 10:05 hs Ramón Valdez muere en su casa a causa de un escape de gas. Yace muerto en su cama. El olfato no había llegado a tiempo.