Un esfuerzo global contra un desafío global: el Cambio Climático

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Por Susana Malcorra, ministra de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina.

La configuración cambiante de paisajes y las crecientes catástrofes naturales a las que nos enfrentamos son una clara demostración de que el cambio climático es uno de los retos globales más apremiantes de esta era. Y, como desafío global, sólo una acción concertada, urgente y eficaz de los gobiernos del mundo nos ayudará a salvar a miles de vidas desde hoy y hacia el futuro, porque los efectos nocivos del cambio climático nos afectan a todos y en particular los países en desarrollo, puesto que éstos tienen menos recursos para adaptarse.

Con esta idea en mente, casi todos los gobiernos del mundo participaron en las intensas negociaciones que llevaron a la adopción del Acuerdo de París en diciembre de 2015. Uno de los objetivos principales del acuerdo de París es mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 ° C en relación con los niveles preindustriales, siguiendo los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ° C. Estos objetivos pueden parecer pequeños a primera vista. Para alcanzarlos, es clave el compromiso real de todos y así abordar el cambio climático de manera eficaz.

También es importante señalar que el Acuerdo de París no se limita a la mitigación. Por primera vez, como parte de la respuesta global al cambio climático, se menciona explícitamente la adaptación a sus efectos adversos y la provisión de medios de ejecución, incluida la financiación, la transferencia de tecnología y el fomento de la capacidad (llamadas medidas de mitigación y adaptación).

La importancia de lo que se ha logrado a través de las negociaciones puede ser comprendida por el hecho de que el Acuerdo de París entró en vigor el pasado 4 de noviembre a una velocidad sin precedentes para un tratado multilateral. Después de ese primer y muy importante paso, es fundamental mantener este impulso a lo largo de la Conferencia sobre el Cambio Climático que se celebra en Marrakech, Marruecos.

La Argentina está dispuesta a hacerlo y está firmemente comprometida a desempeñar su papel en esta lucha y, en ese sentido, participa plenamente en el proceso de puesta en práctica del Acuerdo de París. El 21 de septiembre de 2016 mi país ratificó este tratado y presentará ahora una Contribución Nacional Determinada revisada con motivo de la actual Conferencia sobre el Cambio Climático. La contribución revisada implica un aumento de la ambición en la mitigación, al tiempo que profundiza los esfuerzos de adaptación en el contexto de nuestros retos globales y nacionales para hacer frente a este desafío. La contribución revisada es el resultado de un proceso abierto y participativo con el sector público y privado y la sociedad civil y debe entenderse como un trabajo en curso que tiene como objetivo lograr una mayor ambición en la lucha contra el cambio climático.

A nivel nacional, la nueva administración argentina ha creado un nuevo Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, que incluye una Subsecretaría de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible. En este sentido, se creó un Gabinete Nacional para el Cambio Climático, integrado por todos los Ministerios con responsabilidad en el campo (Medio Ambiente, Relaciones Exteriores, Energía, Transporte y Agroindustria, entre otros). Argentina también está implementando acciones para enfrentar los desafíos del cambio climático en mitigación y adaptación con financiamiento de fondos multilaterales bajo la CMNUCC, el Fondo Verde para el Clima, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Fondo de Adaptación. Argentina está representada en todos los órganos rectores de estos fondos y un organismo público, la Unidad de Cambio Rural, ha sido acreditado para gestionar directamente los recursos del Fondo de Adaptación y del Fondo Verde para el Clima, sin la mediación de organismos de las Naciones Unidas o multilaterales de desarrollo.

Esto, a su vez, atestigua la capacidad local para manejar la financiación climática. A nivel internacional, la Argentina también ha participado activamente en las negociaciones sobre la enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono. Las Partes en el Protocolo acordaron eliminar gradualmente el consumo y la producción de gases de efecto invernadero potentes, hidrofluorocarbonos (HFC), principalmente de sistemas de aire acondicionado, refrigeración, espuma y aerosoles. Esto podría ayudar a evitar hasta medio grado centígrado de calentamiento global para el final del siglo.

Las naciones más desarrolladas congelarán la producción de HFC más rápidamente que los países en desarrollo. Algunos países en desarrollo, incluida la Argentina, han optado por una eliminación acelerada, mostrando una mayor ambición y compromiso climático.

Asimismo, en la 39ª Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en la que la Argentina desempeñó un papel activo, se aprobó un Plan de Reducción y Compensación de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA). Su objetivo es contrarrestar cualquier aumento de las emisiones anuales totales de dióxido de carbono de la aviación internacional por encima de los niveles de 2020. De esta manera, Argentina asume un papel más proactivo para avanzar en la agenda del cambio climático, con una actitud de futuro que busca resolver los problemas globales a nivel multilateral a través del diálogo y la negociación.

Este artículo es la traducción de una serie de publicaciones producidas por The Huffington Post, en conjunto con #COP22.

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