¿Qué tan cerca estamos de Iron Man?
Para los fans de Marvel siempre ha sido un tema de discusión e imaginación debatir sobre qué tan cerca estamos de un traje funcional de Iron Man. El consenso suele ser que necesitaríamos un mecanismo lo suficientemente pequeño y a la vez lo suficientemente poderoso para generar energía equivalente a un reactor nuclear para cubrir todas las funcionalidades del traje (En otras palabras, un Arc Reactor).
Si bien es cierto aún no tenemos un traje completamente funcional, y menos aún uno como el que pudimos apreciar en las últimas películas de Avengers: Infinity War y End Game; ya existen trajes que permiten volar de forma muy similar a Iron Man y no, no han sido desarrollados por bases militares secretas de gobiernos extranjeros, existen gracias a startups que aplican la metodología STEM para crear nuevos productos aeronáuticos.
En este vídeo podrán ver una prueba sobre el agua y, si son como yo, estoy seguro de que van a seguir su página de instagram para emocionarse con cada nueva publicación. Es realmente increíble lo cerca que estamos de crear cosas que cuando éramos niños parecían sólo un sueño. Es más, si a alguien le sobra medio millón de dólares podría adquirir uno de estos juguetes hoy mismo según su perfil en redes sociales. Si eso está un poco fuera de su presupuesto, siempre pueden comprar el merchandising que venden a través de su página web.
Pero lo más interesante es cómo se dan estos saltos en el avance tecnológico. Algo que la empresa predica y busca compartir es la metodología STEM. Para quien no la conoce, consiste en un proceso de aprendizaje y ejecución que combina ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (Science, Technology, Engineering and Mathematics por sus siglas en inglés). La idea es proponer problemas o retos y enseñar de forma integrada, y no como disciplinas separadas, matemáticas, ciencia, tecnología e ingeniería en un proceso práctico de diseño y resolución de problemas. En otras palabras, “¿Cómo logramos que el traje vuele?” sería el problema y la solución enseñarle estas disciplinas a distintas personas como herramientas puntuales para poder pensar en un producto, sistema o proceso que logre este cometido.
La colaboración en el mundo de la tecnología nos ha permitido dar saltos gigantes a través de plataformas de código abierto, en el que programadores externos a las empresas pueden colaborar y mejorar soluciones o incluso crear cosas completamente nuevas. Pero esta filosofía no se limita al mundo del software. Empresas como Gravity.co fomentan este estilo de trabajo y comparten recursos educativos en su web de forma totalmente gratuita para que cualquier persona pueda aprender de termodinámica, física, combustión, aerodinámica y todo lo necesario para entender cómo funcionan estos trajes. Así es, si pudieras poner tus manos en los materiales necesarios quizá podrías crear tu propio traje. La idea detrás de esto es colaborar, educar a las personas a través de la metodología STEM y conseguir los mismos saltos tecnológicos que vienen del crowdsourcing generalmente a nivel de software, pero aplicado a otras industrias como la aeronáutica.
¿Qué opinan?, ¿Qué tan cerca estamos de un verdadero Iron Man por nuestras ciudades?
