Intensamente: La película que enamoró a la psicología

Carola Fernández
Carola Fernández
6 min readJun 25, 2018

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“Intensamente” de Pixar, había visto el tráiler hace meses e incluso lo estaba usando en capacitaciones, a modo de introducción en las clases de comunicación… llevaba mucho tiempo esperando verla.
Al estrenarse no lo pensé dos veces para ir al cine, en horario completamente infantil y en vacaciones de invierno…rodeada de niños y niñas me disponía a ver esta hermosa obra del séptimo arte que enamoró a niños, niñas, adolescentes, adultos y especialmente a ¡psicólogos! ¿Qué tiene esta película que la hace tan única? Dejaré mis impresiones acerca de esta pregunta, no sólo para manifestar púbicamente mi asombro, sino porque realmente nos encontramos con una obra de arte, con una experiencia sanadora, con una herramienta para psicoterapeutas y como una excusa para dar pie a lo que podría ser una hermosa conversación con nuestros niños y porqué no…entre nosotros “los adultos”.

Hay muchos elementos de esta película que me cautivaron y los pongo a disposición, tanto para la reflexión, así como también para motivar a aquellos que aun no la han visto todavía:

Nuestro “mundo interno” es único e irrepetible: Si, esto parece quizás un poco obvio desde la lógica, pero ciertamente en la cotidianidad no estamos tan cerca de interiorizarlo. Muchas veces creemos que la verdad de uno es “LA verdad”. Este punto es interesante, la película grafica con mucha claridad como cada persona es un mundo diferente, en donde predominan distintas formas de ser y actuar en el mundo, todas igual de validas y dignas. Desde aquí aceptar las diferencias puede ser algo menos complejo de lo que suele ser generalmente, pues comprendo que tú tienes un modo muy distinto de ver el mundo…va un poco más profundo, ya que no se trata de aceptar al otro porque es distinto a mi físicamente, o porque tiene otra cultura, o porque tiene otros gustos (como se muestra en otras películas)…no, ahora se trata de comprender que nuestro mundo interno es diferente entre unos y otros.

– Nuestro mundo interno es flexible y dinámico: Es increíble cómo todo lo que finalmente retrata la película es como una niña comienza a crecer y comienza una crisis que va a generar un cambio “estructural” desde su interior. Esto es un buen recordatorio, mientras estemos en desarrollo más irá cambiando y enriqueciéndose nuestro mundo interno…las crisis son señal de que algo está cambiando, y según cómo la abordemos estos cambios pueden ser muy favorecedores. Así que también es una invitación a perderle temor a esas grandes crisis que nos hacen crecer.
— La relevancia de las experiencias y vínculos tempranos: La psicología ha sido bastante insistente en este punto y el film lo plasma de una hermosa manera. Nuestros vínculos y experiencias nos conforman desde el inicio de nuestra vida, hasta contar con nuestra propia personalidad, llena de particularidades. O sea, nuestro mundo interno no es azaroso, es una construcción muy coherente de aquello que nos ha tocado vivir.
Quizás no todos los niños noten este punto, pero me he encontrado con una grata sorpresa en los adolescentes, quienes me han manifestado con mucho entusiasmo cómo la película les ha permitido simbolizar la construcción de su propia identidad, señalando:- “tengo claro cuáles son las islas que conforman mi personalidad”- Algo realmente valorable en su desarrollo.

– No hay emociones buenas ni malas: Realmente la vida de muchos habría sido bastante diferente si no nos hubiéramos “peleado” con varias emociones, porque se nos decían que eran “malas”. Esta película muestra como cada emoción es determinante e importante en nuestra vida. Es posiblemente este elemento el que los niños logran identificar con mucha claridad en la película. He podido sorprenderme con niños que han manifestado luego de ver la película:- “aprendí que no es malo tener pena”– algo realmente rupturista, para una sociedad que ha castigado tanto a esta emoción.
Es así como la película nos saca de la clásica dualidad existente en las películas infantiles de lo bueno — lo malo, el héroe — el villano, el lindo- el feo, etc. Y nos sumerge en la riqueza de los matices.
— Junto con ello, y rescatando la experiencia de varios colegas en sus sesiones con niños, la película incluso ha facilitado la identificación y simbolización del mundo emotivo del niño, algo más que importante en la psicoterapia infantil.
Mi favorita, “el poder de la tristeza”: Hay una hermosa y pequeña escena en esta película, que habla de enorme poder que tiene la tristeza en nuestra vida. Vemos a Tristeza consolando al amigo imaginario, ¡algo que Alegría no pudo hacer! Esto es realmente una joya, sucede que aquello que nos ayuda a empatizar con el dolor del otro es mi propia vivencia de dolor. Nuestra experiencia de vulnerabilidad, nos permite conectar e impactarnos con la vulnerabilidad del otro, lo que nos ayuda a contener y acompañar de manera más efectiva.

– Trabajo en equipo: Esta es una enseñanza más recurrente en las películas infantiles, la idea de que no hay alguien que sea más importante que otro en un equipo de trabajo, sino que todos tienen un rol fundamental y que todo es más armonioso cuando trabajamos en equipo, es algo que hemos visto en muchas películas, pero que siempre es bueno que no deje de estar presente.
— Personaje femenino no esteriotipado: Este elemento sin ser central en la trama, también es algo que se escapa de lo que estamos acostumbrados. La película muestra cómo es la mente de una niña que está llena de matices, lo que la hace sumamente humana. No nos encontramos con la princesa enamorada y correcta, ni con un extremo opuesto, por el contrario vemos a una niña que de pequeña tenía un amigo imaginario y que sueña con unicornios, pero que al mismo tiempo nunca vemos vestida de rosa, que parte importante de su identidad es “hacer bobadas”, que le gusta el hockey y que disfruta de sus amistades, que tiene un amor platónico (que está muy lejos de ser tema central de la película), se trata de alguien que pasa por distintos estados emocionales y es eso lo que la hace ser perfecta para esta historia…¡claramente un personaje con el que es bastante fácil identificarse!

¿Cómo ir más allá de la película?
Una película muy humana, entretenida, sanadora y muy fácil de integrar en el trabajo psicoterapéutico y a la relación con los hijos…simple, sólo siéntate saca dos hojas y lápices y que cada uno dibuje cómo es la mente de cada uno y cuáles son las emociones más presentes, cuales son las islas que conforman la personalidad, cuáles son esos recuerdos centrales que nos hace ser lo que somos, etc. Lo maravilloso es que la película facilita la simbolización de estos elementos que resultan tan abstractos y nos ayuda a conocernos y darnos a conocer. Si todavía no hay mucha claridad respecto a cómo son las emociones, siempre se puede hacer un trabajo de roles, esto es muy simple y entretenido, se trata de actuar como cada emoción, moverse, hablar y gesticular…actuar como soy cuando siento alegría, tristeza, miedo y desagrado, pueden incorporar otras emociones y observar cómo se llevan al cuerpo.

La conversación y la reflexión respecto a lo que vieron en la película es una experiencia infaltable…y no será ni forzado, hasta los más “adultos” salimos con muchas ganas de comentarla.

¿La viste?… ¿hay algo más que agregarías a esta lista?, por mi parte estoy segura que si la viera otra vez me encontraría con más elementos dignos de reflexión.

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Carola Fernández
Carola Fernández

Psicóloga Clínica, amante de la terapia Gestalt y Terapeuta Sexual.