“Llevas barba, eres español”

Manu de La-Chica
Cartas a C.
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3 min readJul 25, 2017

De pakistaníes que escriben libros y esperas al autobús.

Mi liberadora:

Roma se ve de otra forma cuando ya llevas pateándola cuatro semanas. Dejas de formar parte de los turistas a los que asaltan en la plaza de San Pedro, sabes que no hay que coger la pulsera que te ofrecen “gratis” en Conciliazione, que los Caravaggio de san Luis de los Franceses se ven antes de las siete o que los capuccinos sólo se piden por la mañana. Pero no eres todavía un verdadero romano, porque tampoco lo serías aunque vivieras aquí el resto de tu vida. Me dijo F. el otro día: que hacen falta seis generaciones para que te consideren romano.

Quizá por eso los tres días que estuve esperando al autobús más de una hora (el transporte público aquí es impredecible) mis compañeros de espera descubrieron que era español. ¿Cómo? “Era muy fácil. Tienes cara de español. Llevas barba. Mira, mi hija tiene un compañero español, y ese compañero lleva barba”. Por supuesto, él, romano, estaba perfectamente afeitado. Y como yo soy español y él era italiano, el siguiente tema de conversación no podía ser otro: ¿Madrid o Barça?¿El Getafe está en segunda? ¡Qué buena selección sub-21 tenéis!

Sí, muy bien, pero uno de los cámaras de mi trabajo es romano y lleva barba, y no es precisamente una barba de dos días. Es de esas faraónicas, piramidales, que seguro se arregla en una barbería. No le he preguntado nunca, la verdad. Quizá porque los temas de conversación en la redacción son otros, como qué le habrá pasado al pakistaní que no para de llamarnos para que escribamos sobre el último libro que le ha inspirado Dios.

Ayer me encontré con Lorenzo Milá al salir del ascensor de la oficina. Sí, el corresponsal de TVE que antes saludaba desde Washington. El del pelo blanco. Justo, ese. Aunque no le reconocí de primeras y le saludé con un ciao, enseguida me di cuenta de que era español. Aunque no llevase barba. Tampoco traje. Llevaba unas bermudas, una camiseta roja y un libro bajo el brazo. También un perro. No me paré más. Iba pensando en llegar pronto a casa para cenar y prepararme la comida de hoy.

Hice pasta. En Italia hay muchísimos tipos distintos y formas de hacerla. Ya lo sabes y lo han dicho mil veces, pero es verdad. Como casi todo lo que dicen de los italianos. Yo al principio cenaba una pieza de fruta, para compensar; hasta que L. me dijo que iba a venir con unos kilitos de más y que lo sabía y que dejara entonces de disimular, que con los helados, las terrazas y los vinitos era misión imposible.

Así que le hice caso.

De vez en cuando ceno una pizza, o me voy a tomar unas birras (en italiano también se dice así) al Tevere. Sólo me queda un mes aquí. Para que vamos a cortarnos. Todavía quedan muchas cosas por ver y muchas tiquismundeces que probar, aunque me sigan viendo con barba.

Nos veremos pronto. Y ojalá sigas tan libre como te vi la última vez.

M.

Roma, 25.VII.2017

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Manu de La-Chica
Cartas a C.

Me gusta contar historias. Aprendí en el Diario de Navarra, El Español, Je Suis Réfugié, Rome Reports y Stolperstein.