Concertación postergada
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«Quién necesita piedad,
si no aquellos que no tienen
compasión de nadie».
Albert Camus
Del fruto existencial que revierte la certidumbre ocasional, estos días recientes han sido una fusión preciosa de smooth soul. Entre la indecisión de como lograr ligar dos espacios completamente desconocidos surge un tercero, el de la compasión que acompaña tan permanentemente la frase de Camus. El texto breve de hoy, es un revuelto de varios objetos fundamentales para saber esta semana, signos de que los tiempos cambian (o que el tiempo cambia los signos), en fin hoy nos reune a esta lectura, una reconciliación entre la música, la política y finalmente, un artículo de La Nación que vale la pena (como raramente sucede).
Quizás no existen en mi vida, figuras más introvertidas, que me hayan acompañado en la desolación típica y etapas fúnebres, como Marvin Gaye. Hoy traigo a una figura que no solamente ha conectado personalmente conmigo en años recientes, sino que también su historia de vida reúne los criterios para aprender de perdón, de misericordia.
Marvin Gaye es una afroamericano, cantante, legionario de la música soul, y precisamente, después de que la Revista Rolling Stone, sacara de su ranking este 2020, de los mejores álbumes de su historia, el reguero de figuras masculinas y arias, un afroamericano ocupa el primer lugar a mejor álbum de toda la historia, con su Vynyl (en aquél entonces), What’s Going On (1971)[link]. «El Principe de Motown», como le conocía la masa de seguidores gringxs, fallece en 1984, es una voz que nadie apaga y cuyo camino de vida, es el resultado de un camino de vida duro, marcado por la guerra y también como sus himnos de canciones, maravillosos que merecen un lugar en nuestra listas de reproducción.
Gaye, es un caso sumamente virtuoso de vida, un caso que también deprime, para este texto, nos limitaremos fundamentalmente a un episodio selecto, propio de la aparición en escenarios con su mágica pareja de canto, en el dúo Tammi Terrell. Este dueto probablemente representa la imagen más permanente del soul en Motown, ya que lograban reflejar en sus conciertos una destreza vocal majestuosa y un vínculo cuasiperfecto de ambos. A continuación una interpretación del dueto (puede escuchar mientras se reproduce).
Tammi Tarrell fue reconocida en su tiempo por haber sido pareja del cantante también James Brown (mítico en su área), en 1963, se separaron luego de que ella mencionara que había sufrido una serie de abusos por parte del autor de I Got You (I Feel Good). Esto no impidió que su carrera continuara con gran revuelo, sin embargo, en 1967 se le detectó un tumor cerebral, lo que la limitó mucho a su aparición de los escenarios.
Justamente en un concierto del dueto, en ese mismo año sufrió un desmayo junto a Gaye, por lo cuál tuvo que cancelar la gira. Tiempo después se tuvo que someter a operaciones tortuosas de las que salió bien librada, eso no impidió que en los años 68-69, grabara dos álbumes más, uno en solitario: Irresistible[link].
La última ocasión en la que cantó junto a Gaye, interpretaron el mítico tema: You’re All I Need to Get By. Ella tuvo que cantar en silla de ruedas dado su estado, en el teatro Apollo en Nueva York. Antes de cumplir los 25 años, falleció, un 16 de marzo en el año 1970.
La historia de la artista, devastó personalmente a Marvin Gaye, quien se separó abruptamente de los escenarios y cayó en profunda depresión. El gran cantante de Motown, tuvo muchos reveses y acercamientos con las drogas, justamente su separación de los escenarios era justificada por el dolor de la pérdida de su amiga Tammi. Años después contestó en una entrevista: «Siento que, de alguna manera, he muerto con ella».
El regreso del artista era previsibl: un año después, logró colocar un sencillo , y finalmente, en el año 71 establecer su obra maestra: What’s Going On. Influenciado por la música pop y la tendencia musical a la crítica social, los setentas se llenan de sus canciones y goza de un notable éxito.
Sus últimos años, estuvieron marcados por la adicción a las drogas y por varios intentos de suicidio, por lo que decidió irse a su casa con ambos padres, lamentablemente en una de las discusiones violentas con su papá, este lo asesina con dos disparos, el 1ero de abril de 1984. Acabando con la carrera del notable músico.
Precisamente hay un tema musical del artista, denominado Mercy Mercy Me[link], con la cuál yo particularmente hago una conexión increíble. Aquí el pase a la misericordia: Gaye era justamente formado en el pentecontalismo. Yo que no soy muy religioso, he reconocido que uno de los valores vitales en la vida definitivamente, tienen que ver con el perdón. La capacidad de perdonar a otras personas, de tocar fondo a la diferencia, retirar el paño, mirar la humedad aún permanente. No sabemos lo que deben estar sufriendo personas, cuya disculpa nunca llegó. Perdonar sin escucharla es un acto de misericordia. No soy la persona más persignada para decirlo, pero si le agradezco algo a mi formación pseudo cristiana, definitivamente son estos principios de oro, que no cambio por nada, y que veo a bien como la mejor maduración de la espiritualidad. Aprende todos los días más.
Hoy finalmente, La Nación publicó algo de interés, en su sección de Corrillos Políticos, el periodista Esteban Oviedo, escribió una artículo de lujo que pone de frente las causantes del agravio nacional: la aparente implementación de (más) impuestos [link].
¿Por qué es importante este artículo? Bueno particularmente, esta nota tiene un componente histórico que nos ayuda a evaluar como el descuido en algún momento de la historia nacional sobre la tolerancia del déficit fiscal, provocó un barranco imprevisible hace unos años, por parte de Luis Guillermos Solís.
Luisgui, utilizó una analogía imperdonable hoy en retrospectiva: «Afirmó que un Estado puede vivir con un nivel de endeudamiento, así como lo hace cualquier familia».
El descaro, completamente. Aunque Luis Guillermo, no es el gran responsable de la crisis, Carlos Alvarado entró obligado a la realización de la Reforma Fiscal, la tan mencionada obsesión de los neoliberales en Costa Rica (en palabras de Luisgui).
Hoy mirando en retrospectiva, nos damos cuenta que la reforma fiscal salió atropellada, y que peculiarmente, hay necesidades de concertación y consenso nacional, donde se ven dos vertientes: un inminente miedo a los sindicatos (que lograron contener al gobierno PAC 2014–2018) y al acecho el bloque empresarial (que actualmente posee un nivel de influencia relativa muy alto en el PAC-PLN-PUSC-FA 2018–2022); ¿podremos esperar un cambio?. Es la gran interrogante.
La propuesta de negociación frente al FMI, ya tuvo suficiente golpe estas semanas, y parece que hay cosas que van por que van (como la venta de activos), pero… no es así con los impuestos.
¿Cuál es la otra alternativa que señalan algunos sectores? Precisamente el diputado José María Villalta, presentó un proyecto que pretende meter un paquete de impuesto solidario a altos salarios, altas rentas, y capitales, pero como es heredero de un partido de izquierda, la viabilidad de su proyecto está sobre bambalinas. Pero no es el único, los sectores sociales como sindicatos y algunas economistas apuntan al mismo sitio. ¿Para qué financiar el país si podemos cobrar impuestos a personas que sí pueden pagarlos?
Porque el FMI ofrece un montón de plata, con bajos interéses, basicamente. He aquí la oferta de oportunidad, a la que el gobierno no quiere soltar. Lamentablemente, estamos buscando ajustes tributarios, no para poder mejorar nuestros sistema tributario (el espíritu de como opera un país), sino para financiar lo que se pueda en unos 4 años más, el gasto público, mediante el endeudamiento.
Estas ambas caras de la moneda son graves, este país de caer en tal situación puede declararse en un default, al mejor estilo de como Luis Guillermo nunca se lo imaginó. Un escenario tenebroso, sospechoso y donde se impondrá sobre la paz social, la estabilidad económica (como ha sido la tradición).
