De Músculos y Cerebros
Cartas a Lucilio de Séneca el Estoico (15)
Los antiguos Romanos tenían una costumbre que sigue incluso en mis tiempos. Empezaban cada carta con:
“Si tú estas bien, está bien; yo también estoy bien”
Nos vendría bien a personas como nosotros (estoicos) también decir:
“Si tú estas estudiando filosofía, está bien”. Pues este es el significado de “estar bien”. Sin filosofía la mente se vuelve enfermiza, y el cuerpo también. El cuerpo se puede volver muy fuerte, pero solo en el mismo sentido que un loco o un lunático.
La primera, la salud de la menta, es el tipo de salud que debes cultivar. La segunda es también importante, pero viene en segunda prioridad. Si deseas mantener una buena salud física, te costará un poco de esfuerzo. Es en verdad algo iluso, mi querido Lucilio, para un hombre cultivado el desear sobre desarrollar sus músculos, ensanchar la espalda y fortalecer sus pulmones.
Pues mientras puedas tener buenos resultados con alimentación pesada y tus ligamentos sean sólidos, nunca lograrás ganar en fuerza y peso a un toro de primera clase. Al sobrecargar el cuerpo con comida y esfuerzo, estrangulas el alma y la vuelves menos activa.
Limita la carne tanto como sea posible y permite al espíritu jugar libremente.
Hay muchas inconveniencias para aquellos que deciden avocarse a este tipo de metas. En primer lugar, tienen sus ejercicios, en los cuales deben invertir trabajo y fuerza vital. Esto los deja en una posición desfavorable para estudiar.
Segundo, para mantener el ritmo, deben de consumir grandes cantidades de alimentos. Deben tomar ordenes de los esclavos más viles, — hombres que alternan entre el aceite y el tarro. Sus días son satisfactorios si logran transpirar y beber para recuperar lo que han perdido en en sudor. Las grandes cantidades de licor llega mas hondo pues han ayunado, bebido y sudado. Es la vida de mal humorados.
Ahora, hay ejercicios simples que pueden cansar el cuerpo rápidamente, así ahorrarnos tiempo. Y este tiempo debemos de mantenerlo en una estricta contabilidad.
Estos ejercicios son correr, saltar y levantar pesas, —salto de altura y de longitud, lo que llamo “El baile del Sacerdote”, o en frases más ligeras “el salto de lava-ropas”. Elige practicar estos ejercicios, y los encontrarás sencillos y simples.
Sin importar que hagas, cuando termines el ejercicio necesario, regresa del cuerpo a la mente. La mente debe de ser ejercitada día y noche, y nutrida por trabajo moderado. Esta forma de ejercicio no se ve afectada por el clima frío o caluroso, o incluso por la edad avanzada. Por el contrario el Cultivar lo bueno que mejora con los años.
Por supuesto, no te ordeno que pases la vida frente a los libros y tus escrituras; la mente necesita cambios, — pero aquellos que no te enerven, sino simplemente despejen.
Cabalgar agita el cuerpo un poco, pero no interfiere con los estudios: uno puede leer, dictar o conversar, escucharse uno al otro; como así también el caminar permite todo esto.
No debes despreciar la cultura vocal; pero te prohibo que eleves o bajes la voz en escalas y entonaciones especificas. ¿ Y qué su propongo tomar lecciones en caminar ?
Me preguntarás “Entonces, mi voz debe de ser un grito desde el inicio forzando los pulmones a toda capacidad?” No. Lo natural es que tu voz se mute conforme a etapas ligeras. Ninguna persona inicia su discurso gritando “¡Ayúdenme ciudadanos!”
Así, cuando tus impulsos te lleven a ello, eleva un barullo, más fuerte en volumen y tonos moderados, conforme tu espíritu te los sugiera.
Después, ordena a tu voz regresar a la tierra, gentilmente, sin colapsar; bajando con tonos entre altos y bajos, y nunca debe de caer abruptamente como hacen los campesinos. Pues nuestro propósito no es ejercitar la voz, sino que la voz nos ejercite.
Veras, te he librado de una molestia que no es ligera; y ahora incluiré un pequeño regalo como complemento,— también es Griego. Es un proverbio y uno excellente:
“La vida del tonto esta vacía de gratitud y llena de miedos; su curso se tiende completamente hacia el futuro.”
¿De quién son estas palabras? Del mismo autor que he mencionado antes. ¿ Qué tipo de vida crees que merece este tonto ? ¿La misma de Baba e Isio?(*)
No, se refiere a nosotros, pues estamos sumergidos en por nuestros propios deseos en aventaras que nos lastimarán, pero ciertamente nunca nos satisfarán. Pues si nos pudiéramos satisfacer con algo, ya hubiéramos estado satisfechos hace mucho. Tampoco reflexionamos en lo placentero que es exigir nada. ! Qué noble es estar contento y no depender de Fortuna ¡
Entonces, recuerda continuamente, Lucilio, cuantas ambiciones has obtenido. Cuando veas muchas delante de ti, piensa cuantas tienes detrás. Si deseas agradecer a los dioses, agradece por tu vida pasada, deberas contemplar cuantos hombres haz superado.
¿ Pero que tienes que ver con otros ? Te haz superado a ti mismo !
Define un limite que nunca desearas pasar, si tienes el poder de hacerlo. Al final, desecha todos los bienes tracionéros. Se ven mejor en aquellos que los desean, que en aquellos que los han obtenido.
Si tuvieran algo de sustancia, tarde o temprano te hubieran satisfecho, así como están, apenas sacian la sed del bebedor. Fuera con todas las frivolidades que sólo sirven para ostentar.
En cuanto al futuro, tiene mucho de incierto. ¿ Por qué debería de exigirle a Fortuna que me de lo que demando y no debo desear ?¿ Y por qué debería desear; cual es el fin ?
Adios
- * Los bufones de la corte durante ese periodo
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