La que es para mi mamá y su mamá

Pwanerd
Cartas sobre cosas que pasan
2 min readOct 10, 2019

Hace 49 años años se moría mi abuela. Recién este año vi una foto suya y conocí su cara. Es la misma foto que ahora tiene mi mamá, que pasó gran parte de su vida sin recordar la cara de su mamá.

Yo soy una fotocopia de mi vieja, pero más allá de eso, me resulta muy difícil de concebir la idea de no conocer prácticamente la cara de mi propia madre. Cuando se murió mi abuelo y vaciamos su casa, encontré algunas cosas de ella.

Como la foto de cuando se casaron. Las fotos de la luna de miel, ¡coloreadas a mano! Las partidas de nacimiento de mi mamá y mi tía donde figuraba su nombre. Siempre fue una ausencia muy grande en nuestras vidas, y todas esas cosas son prueba de que existió.

Mi mamá se crió alternadamente con unas tías, hermanas mayores de mi abuela, solteronas, y con su papá. Tuvo una infancia rara, difícil por momentos, feliz por otros. Y formó una imagen de la maternidad muy particular, definida más por lo que ella no quería ser.

Mi vida, en muchas formas, está condicionada por cómo mi vieja es y por cómo me crió. Y no entiendo cómo lo hizo sin tener un modelo a seguir, lo que me hace pensar que, a pesar de las veces que se equivocó, es una genia. Es una madraza con todas las letras.

Es todo lo que una hija querría en una madre, y ojalá que si algún día tengo niñites, yo sea tan genia como mi mamá. La vara está alta, digamos. Quisiera que no le hubiera faltado su mamá. Quisiera que no me falte nunca la mía.

Querida abuela: gracias por parir a mi vieja.

¡La facha de mis abuelos cuando se casaron! Y luego de luna de miel: dos copias de la misma foto, una coloreada a mano, algo muy habitual en la época.

Originalmente publicado en el newsletter Cartas sobre cosas que pasan → https://mailchi.mp.

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Pequeño espacio para ensayos, relatos, poemas y reflexiones.